En la relación arte y diseño, en la que no faltan tensiones, una nueva tendencia acerca posiciones en el escenario cultural local, a través del nuevo movimiento de galerías y proyectos comerciales que impulsan el emergente coleccionismo del diseño. Esta novedad, además de expandir el mercado, cambia de foco: la cultura material y el arte aplicado, tanto histórico como contemporáneo, se ubican virtuosamente en el centro.
En Argentina se ha contado parcialmente la historia del diseño, sin todavía establecer lazos con la macroeconomía que condiciona su producción y le da contexto. En los últimos tiempos, sin embargo, somos testigos de un hito en esta historia. Iniciativas privadas que en diversos formatos habilitan la difusión y el posicionamiento del diseño como bien cultural en primera instancia, además de fomentar el mercado.
![Un consagrado. Ary Brizzi, parte de la vanguardia geométrica porteña, protagoniza una muestra de su trabajo en diseño. Foto: MNAD.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/sUBJlWk8H_720x0__1.jpg)
En el circuito porteño, emergieron Satsch Gallery y Arkheion, nuevas galerías de diseño que tratan a sus piezas, hallazgos materiales, como cuasi piezas de arte aunque siguen siendo objetos utilitarios. Ambos proyectos se conectan con la exposición Ary Brizzi. Arte, Diseño y Modernidad, curada por María José Herrera, que hasta el 2 de marzo en el Museo Nacional de Arte Decorativo una faceta desconocida del maestro argentino: la de su trabajo con el diseño y el interiorismo.
Puntos de encuentro
Los tres proyectos tienen puntos en común: la mirada sobre la cultura material, la puesta en valor de un patrimonio proyectado y producido en nuestro país y el énfasis en las cualidades estéticas y simbólicas que sobresalen de otros casos netamente funcionales. A esto se suma el momento histórico de estos eventos, todos inician sus recorridos en un periodo cercano, entre 2018 y 2022. Es posible que generaciones pasadas no hayan valorado lo suficiente lo “hecho en Argentina”, tal vez porqué el diseño estuvo condicionado por el prejuicio: “todo lo importado es mejor”. Con lo cual salir al rescate de las producciones destacadas a nivel local, es un acto político y de soberanía, que estudia las particularidades de nuestra esencia.
![Primera muestra de Arkheion en la Galería Revólver.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/A3Jqq_ljo_720x0__1.jpg)
Ubicado en Barrio Parque, Satsch Gallery impulsa el coleccionismo privado e institucional de Diseño, dirigido por Sandra T. Hillar y Wustavo Quiroga. Su acervo incluye íconos históricos, creaciones contemporáneas y ensayos rupturistas de objetualidades nacionales. Su misión de insertar al diseño en el ecosistema artístico y corporativo, se ejecuta a través del estudio conceptual de los autores y el respaldo documental para comprender el valor de las piezas.
En la galería seleccionan diseños basados en su procedencia y estado de originalidad, se ocupan de certificar su autenticidad (con los autores o custodios), y les asignan un número de identificación para darle trazabilidad futura. También financian el desarrollo de proyectos contemporáneos, mediante el formato de acompañamiento y representación.
![Arkheion en la galería W, ex sede del CAyC, en la calle Viamonte.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/14jbnPht4_720x0__1.jpg)
Nacido con una estructura nómade, Arkheion implica un trabajo de curaduría, exhibición y venta directa (originalmente en formato de subasta) de piezas de diseño coleccionable en relación con el valor simbólico-arquitectónico de la locación y su historia. La búsqueda está delimitada a piezas de relevancia del s. XX, que en su mayoría son industrializadas relevantes en la historia del mueble (por tecnología, técnica o la propia historia de los diseñadores); aunque suman prototipos, ediciones limitadas y piezas únicas del s. XXI.
La idea de exponer el trabajo de Ary Brizzi como diseñador emergió del estudio de su archivo para un libro sobre su trayectoria. “No descubrimos nada, eso siempre estuvo ahí, ahora los estudiamos y valoramos como algo relevante”, apunta María José Herrera. Y explica: “A partir del estudio sistemático es que podemos decir que el diseño fue el trabajo que subencionó el desarrollo del arte (que desarrolló en forma paralela), hasta el momento en que se consagra como artista y abandona el diseño”.
![Exposición](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/li7PBCRId_720x0__1.jpg)
La trayectoria de los objetos
La rebeldía es un motor que se enciende para volver a la vida a las creaciones que fueron construyendo nuestra identidad. “La pieza inicial de Satsch Gallery fue un pequeño jarrón de opalina blanca, de la década del 60, diseñado por Ana María Haro y que tiene una serigrafía de Jorge de la Vega, producido por Cristalería Rigolleau”, cuenta Sandra T. Hillar, quien por conocer quién es el artista pudo advertir la relevancia de la pieza. Le llamó la atención que un objeto de uso cotidiano, destinado a la clase media, pudiera brindar acceso a la cultura artística. “Fue una revelación, y también notar que con el paso del tiempo eso se vuelve cada vez más elitista, despojando a la clase media de esta posibilidad, reemplazandola por producciones de menor calidad, sin autores, sin personalidad y sin raigambre”.
Ese jarrón, con su historia, llevó a Sandra al Instituto Di Tella; en una deriva que desembocó en la investigación sobre las mujeres argentinas vinculadas al diseño, con Lucrecia Moyano a la cabeza. “Ella fue directora artística de Rigolleau y tuvo vínculos con Gio Ponti, uno de los grandes diseñadores italianos”, explica. En ese contexto, justifica Sandra, le surgió una pregunta: “¿qué haremos con lo que hicieron?” y la respuesta fue: ¡haremos más! Ese es el ADN de lo que hoy es Satsch Gallery.
![Ary Brizzi en el Museo de Arte Decorativo. El proyecto expositivo está pensado para dar cuenta de los distintos modos de comunicación en el diseño.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/9AN2EeoOs_720x0__1.jpg)
En el caso de Ary Brizzi, su vida explica el recorrido. “Más que definir el límite entre arte y diseño, lo revelador es el cruce entre ambas disciplinas”, sentencia María José Herrera, quien trabajó con Bárbara Brizzi, hija del artista, en este proyecto. “Los años 50 y 60 fueron una época de mucha modernidad, y es ese contexto el que incentivo a Brizzi a entrelazar y superponer todas las posibilidades de la estética de su tiempo, ya sea en el diseño, la moda, la gráfica, o el trabajo de la arquitectura efímera o diseño de exposiciones”. Bárbara agrega: “Mi papá era una persona muy curiosa, con un mundo interior inmenso, y le interesaban mucho los materiales nuevos y la tecnología; de eso dan cuenta la multiplicidad de soportes a través de los cuales materializó sus trabajos”.
La decisión de incluir piezas de diseño internacional en Arkheion responde al proceso de inmigración: quienes se instalaron en este territorio trajeron sus pertenencias. Tal es así que el mobiliario que equipa cada cápsula busca replicar esa vasta diversidad patrimonial, justificando la presencia de piezas extranjeras halladas aquí, y reforzando la producción nacional. Cuando Karina Kreth y Belén García Pinto crearon Arkheion, ese fue el criterio de recorte.
![Imagen de](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/M2kMbhQOy_720x0__1.jpg)
“Durante el s. XX, el diseño argentino establece vínculos internacionales pero no es un una relación unilateral: casi todos los diseñadores y arquitectos locales generaron lazos, como Tomás Maldonado y Max Bill o Amancio Williams y Le Corbusier, y se instala una permeabilidad cosmopolita en la esencia estilística de las cosas que se producen en nuestro suelo”, analizan. “Lo que sí es profundamente local son los modos de producción, que operan bajo una lógica muy nuestra”, agregan.
Arkheion ya suma 12 ediciones. Su primera muestra, en la galería Revolver en diciembre de 2020, estuvo integrada por once piezas, entre ellas firmadas por Margarita Paksa y Ricardo Blanco, junto a Bec Brittain y Giancarlo Scaglia. La más reciente, en las viejas instalaciones del CAyC, acogió dos activaciones: un conversatorio inter-disciplinas para el intercambio de saberes sin jerarquías, y la reedición de Diseño y producción de mobiliario argentino entre 1930 y 1970, de la arquitecta Martha Levisman.
![Arkheion, en su primera exposición cápsula en La Boca.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/_fnv53WYN_720x0__1.jpg)
En Satsch Gallery, por su parte, exploran diversas formas de disfrute y legitimación cultural a través de exhibiciones, cápsulas y activaciones que enriquecen la apreciación de las piezas de diseño. Su muestra debut, Indisciplina (2022), curada por Eugenio Gómez Llambi de Grupo Bondi e Hillar, buscó cuestionar al diseño como disciplina por convertirse en el mejor cómplice de una matriz obsoleta.
La galería cuenta con un espacio de guarda con 300 m2 en La Paternal, además de la galería en Barrio Parque, donde hoy conviven dos exposiciones simultáneas. Con curaduría de Sandra T. Hillar y Wustavo Quiroga, en la planta baja Cuerpo Revelado celebra la trayectoria de la artista y diseñadora mendocina Susana Dragotta, con piezas desde los años 80; mientras que en el piso superior se puede ver Sustancia actual, que reúne material de artistas, arquitectos y diseñadores que transitan el intersticio disciplinar al plantear morfologías disruptivas en una propuesta de convivencia inesperada, con piezas de Alexis Minkiewicz, Cinthia Kazez y Vicente Grondona, entre otros.
![La exposición de Ary Brizzi cuenta con más de 300 objetos del maestro argentino.](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/7GzfWh3K6_720x0__1.jpg)
El subsuelo del Decorativo parece una obra en construcción, pero hay una explicación. La estructura de un andamio es la retícula que Brizzi utilizó en diferentes escalas y espacialidades para generar desde piezas de arte geométrico en papel, hasta estructuras arquitectónicas de exposiciones temporales. Entonces, explica Herrera, en la exposición el montaje se realizó replicando su modo de hacer.
Perspectiva histórica
En El arte como oficio, Bruno Munari da el ejemplo de un vaso etrusco sobre un mueble de guardado contemporáneo. Y luego de explicar las bondades estéticas del jarrón, menciona que fue en su tiempo un objeto utilitario (como hoy el mueble que lo sostiene) que guardaba aceite de cocina. la conclusión: no existen objetos para mirar y otros para usar, existen objetos, formas de vivir y modos de producir, y es la ventana temporal la que produce la perspectiva histórica, la que le otorga nuevas valoraciones a las cosas.
![](https://www.clarin.com/img/2025/02/10/xRJoRNF11_720x0__1.jpg)
Es posible que generaciones anteriores no hayan tenido la distancia para distinguir el aporte y la calidad que ofreció la creación local. “Eso está cambiando, y hoy la cosmovisión le da importancia a las miradas auténticas que van más allá de lo homogenizado y puedan proyectarse a través del entendimiento de la coyuntura propia”, sostiene Hilliar.
“La visión se relaciona con el conocimiento, que permite comprender relaciones y orientar la mirada”, agregan Kreth y García Pinto. “La historia se nutre de fragmentos de historias, lo que no se recupera no existe y entonces la construcción de la historia es una y podría ser otra”, desarrolla Herrera. “Conocer la historia ayuda a entender los procesos; no hay hechos, sino visiones de los hechos”.
Los testimonios de las tres mujeres coinciden en la importancia de lo propio: profundizar en diversos sucesos y casos, activar el valor comunitario y, a partir de ello, generar nuevas historias para contar. A través de estas acciones constantes, se crea una confianza que pone en agenda nuestra historia, ayudándonos a redescubrirnos y a ofrecer una nueva perspectiva tanto de nosotros mismos como del mundo que nos observa.