Mauricio Macri se refería a la candidata a primer legislador en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como si se tratase de un padre satisfecho de la conducta de su hija. Contó intimidades destructivas, como el llanto y el ataque de pánico de la Diputada tras el bochornoso final del proyecto Ficha Limpia que la tenía como propulsora desde hacía ocho largos años. Un misericordioso paternalismo la alejaba de toda chance previo a competir: el ex presidente publicitaba que creía improbable el triunfo de su pupila.
En la CABA, el experimento mileísta producía hechos concretos y duros, como no se habían visto desde la asunción del gobierno:
1. El favorito en las encuestas quedaba detrás del candidato de Javier Milei. Por un magro 3%, superaba a Leandro Santoro, cuya estrategia central consistió en no espantar al electorado capitalino: éste ignoró a la mujer que preside el justicialismo y autocensuró toda cita adherida al ritual y al santoral del partido que lo había consagrado candidato. Lo acompañaba en la lista la vicedecana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, una figura ignota como pocas, condenada a la indiferencia de propios y ajenos.
2. Los candidatos (exceptuando el tercer lugar de Lospennato) mejor posicionados son varones: Adorni, Santoro, Larreta. Triste cosecha para las candidatas: Levy (UCR), Biasi (Frente de Izquierda), Oliveto (Coalición Cívica), Kousovitis (Confluencia).
3. El liberal-conservadurismo del Presidente muestra rasgos asociados a la agresividad expresiva, la crueldad con supuestos compañeros de ruta, y el clima general de aprestos para el combate inminente, una arenga incesante del comandante que prepara a su tropa para capturar la cima de la colina. Estos y otros rasgos, fácilmente relacionables con los caracteres del género masculino, explican este dato crucial: el respaldo notable al jefe de Estado entre los hombres de 18 a 35 años.
4. En la batalla cultural (obsérvese el vocablo militar), uno de los objetivos a destruir es el legado del wokismo, la comentada Agenda 2030, y el feminismo en cualesquiera de sus formatos, más la condena a la legalización del aborto y la exhibición de potencialidades fálicas como insertos en cualquier tramo del discurso verbal.
5. En estos días, en el peronismo se oyeron algunas voces de advertencia ante el riesgo de subestimar la capacidad de expansión del mileísmo y, paralelamente, de confiar en el desborde por hartazgo de cierta franja de la sociedad. ‘Es hora de terminar con este peronismo marica’, se dijo; y, seguidamente, se aconsejó exhibir sobre un mueble los atributos viriles. Reaparece con fuerza la idea que asocia la salida de la crisis para los partidos políticos históricos con la toma de decisiones signadas por el coraje y la asunción de riesgos.
6. Si los indicadores actuales se consolidaren, como todo parece señalarlo, en 2027 no habrá candidaturas femeninas en el plano nacional ni en el de la mayoría de las provincias, en posiciones expectantes. El modelo de alternancia por género se respetará, a pesar de que se han alzado algunas voces -tímidas todavía-, que discuten la sensatez del sistema.
7. El esquema que tiende a naturalizarse ubica a las derechas como entronizando masculinidades, mientras que las izquierdas se exhiben vinculadas a la reinvidicación de los derechos femeninos, entre otras banderas centrales. Es más: la preocupación de las izquierdas por la suerte de los sectores vulnerables y expulsados del sistema capitalista se sostiene en la idea de solidaridad, afecto y simpatía por los intereses de los sectores expulsados del sistema, caracteres fácilmente identificados con las virtudes del género femenino. Por el contrario, las derechas como la que encarna el mileísmo, hacen gala de una voluntad de imponer un cambio radical, sin mayor preocupación por el costo social de las innovaciones propuestas. Se alega que el precio del ajuste tendrá recompensa en los sectores marginados cuando el modelo se estabilice. La propuesta puede merecer elogios o reparos como cualquier otra: lo significativo es el discurso verbal, gestual y de medidas prácticas basado en la descalificación y la denigración del que rechaza la evangelización libertaria. El ambiente así construido puede ser percibido como una inequívoca apología de la virilidad.
8. La hermana del Presidente -se sabe- tiene fuerte participación en la administración del poder real al interior de La Libertad Avanza. El Presidente no pierde oportunidad de hacer público su reconocimiento para Karina Elizabeth, a quien ha apodado cariñosamente El Jefe. Es evidente que Milei cree que la forma femenina de la expresión no reflejaría con fidelidad el rol protagónico de su elogiada.
9. Los gobernadores de los 23 distritos provinciales más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son varones. No hay candidaturas femeninas con chances en curso hacia 2027.
10. Sobre 257 diputados, son mujeres 104, a pesar de estar vigente la norma que determina que las listas deben incluir a ambos sexos en estricta sucesión. La explicación puede hallarse en el detalle de que una notable mayoría de listas están encabezadas por varones.
11. De los 9 ministerios a nivel nacional (considerando con tal rango a la Jefatura de Gabinete), sólo 2 tienen por titulares a mujeres.
En el futuro inmediato de nuestra política vernácula, veremos convivir al proceso de virilización con una expansión de las conductas sexuales ‘no binarias‘, esto es, ajenas al modelo heterosexual. Esta convivencia se explica en la medida en que el Estado prescindente es también el que garantiza la libertad integral de los particulares, en todos los ámbitos de su existencia, incluídos los de la zona privada.
Ni apocalipsis, ni aurora de un nuevo tiempo planetario. Aterrorizados por el fantasma de la guerra total, las sociedades toman experiencias del pasado y las reinterpretan simulando un estreno. La cita bíblica sobrevive al caos: ‘Nada nuevo bajo el sol‘.
