La escritora Montserrat Roig acaba de regresar de la flotilla de ayuda a Gaza en la que, encabezados por Greta Thunberg, activistas e intelectuales de todo el mundo han intentado –en vano– hacer llegar alimentos y material humanitario a la población palestina. La autora muestra una vitalidad sorprendente pues, a sus 79 años, participó recientemente, a bordo del Open Arms, en un salvamento de inmigrantes en el Mediterráneo. La autora que inventarió y dio voz a los catalanes de los campos de concentración nazis, o que se sumergió en el conflicto de Irlanda en sus años más violentos, no duda en calificar de “genocidio” lo que está sucediendo en aquella zona de Oriente Medio. Recibe a este diario en una pausa de sus jornadas estajanovistas de trabajo, en su piso de la calle Bailén, con una galería llena de plantas, un reloj de pared, una mecedora, unos sillones de mimbre… y una gata que se pasea por todos esos rincones.
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