En el tramo final de la campaña rumbo a las elecciones del domingo 26 de octubre, el diputado nacional Emilio Monzó, candidato por Provincias Unidas, visitó Tandil para acompañar a la lista que encabezan Florencio Randazzo y Margarita Stolbizer, y que tiene entre sus referentes locales a la tandilense Andrea Almenta.
En diálogo con Radio Voz (FM 106.9) Monzó se mostró cercano y reflexivo durante su paso por la ciudad, destacando el valor del interior bonaerense: «Es un placer estar en el interior, el que procede de un pueblo tiene una idiosincrasia similar y aliviadora, es acercarse a las raíces«, expresó, reivindicando su propia trayectoria nacida lejos del conurbano.
Con su habitual tono sereno, explicó por qué eligió un bajo perfil en los últimos años: «En algún momento de mi vida quería ser todo, hasta presidente de la Nación. Estaba muy conforme y quería más exposición. En 2011 me convertí en el armador de Cambiemos y ahí empezó una incompatibilidad que me llevó a otro rol. Me fui corriendo de las candidaturas y estuve menos expuesto«, contó. Y agregó una confesión más íntima: «Muchas veces uno busca el cariño del conjunto porque no tienen esas cosas en su propia casa. Yo hoy tengo una familia bien conformada, unos hijos que quiero con locura. No necesito tanto la mirada de afuera, porque tengo la mirada de adentro«.
Durante su paso por Tandil, Monzó dedicó varios pasajes a analizar la figura del presidente Javier Milei y el contexto actual: «Las figuras como Milei, que irrumpen en la vida política, tienen mucho que ver con un estado emocional. Tiene que ver con una reacción, no una revolución, producto de la indignación de la sociedad argentina«, sostuvo. En su análisis, advirtió que «eso hizo que en 2023 elijamos a una persona que se mostraba alterada con una motosierra, diciendo que iba a cortarle la cabeza a la casta y los mandriles. En ese voto lo llevó a la presidencia, pero los riesgos son cuando empezó a gobernar, porque no conocía a los actores ni al Estado«.
«Es una persona insegura la que insulta y se va al extremo. En ese temor acude a su hermana, no a alguien que le dé calidad al Gabinete. Hoy tenemos un país extraño: tenemos un presidente y un jefe de Estado que es Karina, que tiene más incertidumbres que Javier«, afirmó con crudeza. Y alertó sobre «lo marginal de la casta, ocupando los cargos más importantes«.
Consultado por las perspectivas tras el resultado del domingo, Monzó advirtió: «Si acá estamos en un problema más psicológico que político, les quiero avisar a los argentinos que vamos a pasar dos años muy complejos. Si el lunes, producto del resultado electoral, que no va a cambiar mucho, Milei está en un estado de excitación, tiene que llamar a los gobernadores, que son sus principales socios. Luego debe convocar a los diputados nacionales. Si hace esos pasos, Argentina va a tener mejores dos años. Pero si sigue agrediendo, necesita una solución profesional, no política«.
El dirigente de Provincias Unidas insistió en la necesidad de recomponer el funcionamiento institucional: «El miércoles tiene que juntarse con los gobernadores y cambiar el gabinete de punta a punta«, enfatizó. Y fue categórico: «Si te rodeás de obsecuentes, como hizo Milei, te disociás de la realidad. El obsecuente no te lleva problemas, quiere que estés siempre bien. Si incorporás gente con un activo propio, es más difícil de conducir, pero es una confrontación positiva«.
«Hoy el Gabinete que tiene Milei es netamente obsecuente, tiene que incorporar volumen político en los próximos 10 días. Si no acierta en este momento, cuando agarre el tobogán para abajo, esas personas no van a venir. Tengo dudas si va a hacer los cambios, y es mi preocupación«, expresó.
En cuanto a la mirada hacia el futuro, Monzó fue claro: «Queremos ser normales. En Argentina está todo estudiado: las reformas tributaria, previsional y laboral«. Y advirtió sobre un fenómeno global: «Tenemos un problema en la sociedad de occidente: las redes sociales generan una gran cantidad de información y, en esa intención de captar atención, las apelaciones a las emociones negativas generan atención. La política está haciendo eso en el mundo entero, y erosiona la democracia. Después de haber insultado al adversario, es muy difícil generar puentes para recomponer esa situación«.
Monzó también realizó una autocrítica sobre el pasado: «En 2019 nos equivocamos, principalmente en lo político. Tuvimos una gran oportunidad y tendríamos que haber sido más amplios. Esa derrota fue tremenda, porque comenzó a gobernar alguien que fue conducido. De Axel Kicillof digo lo mismo: los que han sido conducidos, cuando tienen que conducir, no tienen lo que hay que tener«.
Analizó además el escenario de polarización: «La gente va a ir a votar para que no gane el otro«, resumió. Y trazó una esperanza para el día después de los comicios: «Aspiro a que el lunes Milei diga que es el presidente de todos los argentinos, promueva la paz, que piense en unirnos. Va a tener al kirchnerismo enfrente, pero puede unificar al resto e ir a buscar las políticas públicas que faltan«.
Finalmente, sobre el trabajo político de su espacio, Monzó sostuvo: «Con Provincias Unidas estamos trabajando para buscar a ese electorado que está desencantado con todo esto. Nuestra idea es armar ese Juntos por el Cambio mucho más amplio«.
Y dejó una última reflexión sobre el rol de los consensos: «Muchos del PRO se fueron con La Libertad Avanza por conveniencia, y cuando te vas a los extremos perdés identidad. Se lo dije a Macri personalmente, debería haberse quedado en el centro, colaborar pero sin perder la identidad«.
Con tono sereno pero firme, Monzó cerró con una definición que resume su mensaje: «Siempre vamos a acompañar si el gobierno convoca a un consenso. La prioridad en serio es Argentina. Basta de peleas y agresión permanente, a mí me repugna. La sociedad también tiene que reflexionar: no podemos seguir siendo seducidos por estas peleas que no nos llevan a ningún lado«.