Esta nota empieza y termina con la historia de Morena Beltrán antes que el país la conociera. Y está secundada por fotos que ella nos facilitó y otras que Revista GENTE acaba de tomar y permiten un apasionante ida y vuelta entre su pasado y el presente.
Pero empecemos por el principio, con la bonaerense relatándonos y mostrándonos cuál es su historia y de dónde viene una de las conductoras, periodistas, influencers y analistas deportivas argentinas del momento…
«MI INFANCIA ERA MIRAR FLORICIENTA , DISFRAZARME, O JUGAR A LA COCINITA Y A LAS BARBIES»
“Debía nacer a principios de marzo, pero llegué al mundo el 29 de enero de 1999, en la Clínica Tachella, de Haedo. Fui ocho meses prematura. Papá siempre comentaba que apenas me alzó le entraba en una mano, que era súper chiquita y con ojos gigantes”, afirma quien vio la luz hace 26 años, carece de segundo nombre, es hija de Rosana Triolo (58) y Fabián Beltrán (60) -matrimonio cuyo noviazgo inició en el profesorado de Educación física- y la tercera de cuatro hermanos: Santiago (35, guardavidas), Lautaro (33, recibido en Comunicación social) y Lola (22, a punto de terminar la carrera de Comunicación de moda). “Mi familia vivía en Ramos. Pronto nos mudamos a una casa de Parque Leloir, partido de Ituzaingó, donde nos quedamos hasta mis diez años, para volver a Haedo, porque nos resultaba más práctico ya que mi viejo trabajaba por la zona e íbamos a la escuela ahí”, ilustra.


-¿Qué se le viene a la mente de su infancia y adolescencia en la zona oeste?
-Guardo re buenos recuerdos. Somos una familia numerosa, con un montón de primos. A esa edad la conexión era otra. Por ahí cambió bastante en relación a mi hermana, que ya empezó a tener la tecnología más a mano. No me acuerdo de mi infancia tan intervenida. Lo mío era mirar Floricienta o encender la tele los domingos a la mañana. Disfrazarme, o jugar a la cocinita y a las Barbies con mis amigas y con mi prima Sere. Claro, éramos las dos preferidas de nuestras abuelas. Aquella doble jornada en el colegio -de 8 a 17:30- no te permitía mucho más. Yo arranqué el maternal en el Instituto Almirante Guillermo Brown, donde permanecí hasta terminar la secundaria.



-¿En qué materia era buena?
-Me considero bastante nerd en todo todo. Siempre me llevé bastante bien con Matemática. Es que soy un poco así, de resolver y resolver. Lo mío más que la creatividad, el talento, es ser ejecutiva: de estudiarlo, hacerlo, resolverlo. Determinada, laboriosa e insistente.



-¿Y con los deportes, qué?
-Como mis padres son profesores de gimnasia siempre estuvimos atravesados por el deporte. No me acuerdo un año sin haber practicado natación (incluso yendo a campeonatos), hockey, voley, e incluso, ya de más grande, fútbol. Calculá que mi papá laburaba en el club Ateneo, y nos la pasábamos yendo.
«EMPECÉ A DESARROLLAR INTERÉS POR ALGÚN CHICO QUE ME GUSTABA, ME QUEDABA VIENDO PARTIDOS, OPINABA, Y ASÍ COMENCÉ A PRESTARLA ATENCIÓN DE OTRA MANERA AL FÚTBOL»



Morena cuenta que el click incontrolable de apego al fútbol le llegó en la secundaria, «tipo a los doce, trece años -intenta puntualizar-, y justamente yendo a ese club. ¿Viste cuando absorbés las pasiones de tus compañeros? Bueno, también empezaba a desarrollar interés por algún chico que me gustaba. Me quedaba viendo partidos, opinaba de fútbol, y así comencé a prestarle atención de otra manera. En esos tiempos ya en casa se seguía a Messi, quien comenzaba a ganar Champions, hacía 91 goles en un año (2012), etcétera. ¡Imaginate mi locura, que colgué pósters de Lionel en mi habitación y hasta llené el álbum de figuritas de Brasil 2014! Con mis padres casi vamos para la semifinal contra Países Bajos en San Pablo, cuando ganamos por penales. Pero resultó muy complicado conseguir entradas. Yo ya andaba en los 15 años y no sabés cómo les taladraba la cabeza», reconoce..



-¿El monstruo comenzaba a despertarse?
-Ni lo dudes. Y no es que yo de chica siempre tuviera una pelota debajo del brazo, sino que se fue desarrollando con el tiempo. Hoy soy una enferma del fútbol, no puedo imaginar mi vida de otra manera. Muy loco, porque en verdad lo siento adentro mío. Hay gente que nace con el don de poder afirmar: «Esto es para mí, ésta es mi vocación». Otros como yo la vamos descubriendo con el tiempo. Lo descubrís o te encuentra. En mi caso se fue dando en orden cronológico. ¿Mirá si por ahí era una fanática del fútbol de chica y la vida por esas cosas me llevaba para otro lado?… Quizá ahora no estaría hablando con GENTE. Lo mío fue como flechazo consciente de adolescente. Me acuerdo además que antes de terminar el colegio fui a un par de charlas informativas sobre periodismo deportivo para decidir qué estudiar, y no dudé. Una vez que arranqué me gustó más de lo que había imaginado.


-¿Por esos tiempos ya escribía en Twitter?
-Exacto. Y mandaba mensajes a páginas que encontraba, para ver si necesitaban pasantes o algo. Un día me contestaron del blog Abriendo Cancha. Creo que quien lo manejaba se llamaba Diego. Él me dio la oportunidad y empecé escribiendo análisis de fútbol en 2017. Me había despojado de cualquier miedo y hacía la mejor nota posible, sin pensar en su alcance, que debía ser mínimo. Si me gustaba mucho, además se la presentaba a algún profesor, aunque no me la pidiera, para que la viera y corrigiera. Durante Rusia 2018, ya cursando en DeporTEA, veía el entusiasmo de los estudiantes mayores, a los que se les exigía una cobertura más específica -que les llevaba horas-, y pensaba: “¡Qué ganas de estar en tercero!”. Entretanto, yo seguía con mis análisis de juego de los partidos, planteándome por qué había ganado o perdido tal equipo, determinando tácticas y estrategias. Hasta que de repente, en 2019 me llamaron de ESPN. No me dan los horarios para terminar, y recién lo hice al año siguiente, en medio de la pandemia.
Pero ahí arranca otra historia, la de la Morena Beltrán que trasciende al medio hasta convertirse en una voz autorizada y un rostro respetado dentro del periodismo deportivo nacional, con proyección y futuro promisorio. Una Morena Beltrán que aquella nena de Haedo jamás había imaginado.
Fotos: Chris Beliera
Imágenes biográficas: Cortesía de M.B.
Producción y estilismo: Jazmín Ochoa
Arte digital: Darío Alvarellos
Maquillaje y peinado: Ana Paula Amaya Santi (@Anapaulapuntocom)Looks: Natalia Antolín (@nantolin), Imán (@iman_official), Mono fuk (@mono.fuk), Puma (@pumaargentina), En lo de Antonia (@enlodeantonia -calzados-) y Satora company (@satoracompany -accesorios-)