19.7 C
Buenos Aires
martes, noviembre 11, 2025

Moria Casán a corazón abierto: de sus postales de la infancia al abuso por parte de su abuelo, pasando por sus ex, sus nietos, Susana y la vida al borde de los 80

Más Noticias

Cuando uno cree que sabe todo de ella, porque siempre ha hablado sin reparos frente a cámaras y grabadores, Moria Casán sigue sorprendiendo. Siempre tiene una frase ocurrente, implacable, que lanza su lengua karateca. Siempre tiene algo más en la manga. Siempre rinde como entrevistada. En una charla a solas con Clarín, a días de su debut al frente de un magazine matutino de El Trece, no hace hincapié en la promoción. No la necesita. A ella le tira más la confesión de parte. Y se agradece.

En una oficina del canal en el que este lunes 10, a las 9, estrenará La mañana con Moria, dice estar viviendo “la adultez extrema. He recorrido un largo camino… y todo lo que me falta por recorrer, porque aspiro a la inmortalidad, con inteligencia artificial, superficial, genética, plástica, con lo que sea, abduciéndome si se pudiera. Estoy en un sentido evolutivo total”.

Y desafía: “Solamente pensá en la serie que están realizando sobre mí. Fui por primera vez al lugar en el que estaban filmando y había diez camiones de exteriores, con seis motorhome haciendo mi vida. Cuando a la CEO de Netflix para la Argentina le preguntaron ‘¿Qué te gustaría hacer? dijo ‘Quiero hacer la vida de la mujer referente más disruptiva de la Argentina que es Moria Casán’. Fijate vos, una locura”.

-Pero, ¿no me vas a decir que necesitabas eso para dimensionar tu popularidad?

-Es que soy tan cable a tierra que no compro lo que vendo y voy siempre para adelante, estoy a punto de hacer un programa en vivo todas las mañanas… El año que viene cumplo 80 años, nunca me enfermé, nunca falté al trabajo, estoy haciendo de noche Cuestión de género (con Jorge Marrale, en el Metropolitan), que es una obra muy fuerte y atrevida. Y la verdad es que me atrevo a todo. Y a esta altura siento que cada una de estas cosas honra mi vida.

Moria hará TV a la vieja usanza: desde un canal, en vivo, y no desde una productora. Foto: Mariana NedelcuMoria hará TV a la vieja usanza: desde un canal, en vivo, y no desde una productora. Foto: Mariana Nedelcu

-De hecho convocaron a tres actrices para hacer de vos.

-Ayer la fui a ver a mi hija, que hace de mí (aparte de Sofía Gala fueron elegidas Griselda Siciliani y Cecilia Roth) en la biopic, y cuando la vi aparecer fue como entrar a mi útero y al mismo tiempo ser testigo de una suerte de realismo mágico.

-¿La viste y te reconociste?

-De inmediato. Es igual. Vestida con el estilo de los ‘70, caminaba hacía mí por una zona semioscura y cuando la tuve enfrente fue recontra fuerte. Fue impresionante, es muy loco que tu hija te haga, estando vos viva, y sea un calco. Siento que estoy titiriteada por el universo.

«No tengo cerebro cansino ni camino lento»

Nacida el 16 de agosto de 1946 y anotada como Ana María Casanova, entiende que “todo se me fue dando como sin buscarlo, porque estoy en el mundo del espectáculo sin saber que iba a estar, entré al teatro sin saber que iba entrar, entre a las tele hace más de 50 años sin saber… Me trajo Pepito Marrone a este canal, justamente, para hacer Corrientes y Marrone, los sábados a la noche, y también estaba Juanita Martínez, su mujer, una reina”.

Moria y sus recuerdos de la infancia: Moria y sus recuerdos de la infancia: «Era una niña que me iba a la cama para pensar. Adoraba pensar: veía a alguien en la calle y luego le imaginaba una historia». Foto: Mariana Nedelcu

-A otros, a tu edad y con ese camino, le estarían haciendo homenajes a la trayectoria, tributos…

-No, mi vida, yo estoy activa, muy lejos del retiro y de los tributos por el pasado. Lo mío es hacer, moverme, generar. En abril terminé de hacer Brujas -un fenómeno teatral de 34 años- en Mar del Plata y el 30 de mayo debuté con Marrale. No paro. La edad es lo único que no elegí. Tengo una temporalidad única y lo noto en que no tengo cerebro cansino ni camino lento.

-Cuando vos eras chica y estabas frente a una mujer de 80 no veías eso seguramente: energía, vitalidad, look atrevido, chispa, lengua afilada…

-Nunca me relacioné con la edad de las personas. Nunca supe la edad de mi abuela, por ejemplo.

El año que viene, Moria Casán cumplirá 80 y dice : El año que viene, Moria Casán cumplirá 80 y dice : «Estoy activa, muy lejos del retiro y de los tributos por el pasado. Lo mío es hacer, moverme, generar». Foto: Mariana Nedelcu

-Pero imagino que no se vestía como vos.

-No, era una abuelita barrocona, con el pelo blanco y se llamaba Magdalena. Era la madre de mi madre, y Gerónima era la madre de mi padre.

-Y de ellas ¿cuál te marcó más?

-¿Quién me marcó más? Mi abuelo, que me abusó.

Silencio demoledor en la sala. Cuando una esperaba una receta de abuela, una enseñanza amorosa, Moria sale con los tapones de la verdad.

Sabiendo el impacto generado, aclara: “Yo no romantizo mi vida, para nada. Tiene tantas oscuridades hermosas y tengo tanta luz que me hago sombra yo sola. Pero hay que ver de dónde vengo.

-¿A él lo nombramos?

-Sí, era mi abuelo paterno y se llamaba Antonio Bautista. No lo quiero, pero nunca me puse en papel de víctima, nunca me pregunté por qué me pasó a mí, nunca odié a los hombres, ni a nadie, y eso me transformó en una mujer gozosa total del sexo y de todo. Hay que salir de esos lugares y no quedarse resentida y, ojo, sin terapia.

-Pero sin olvidar, ¿verdad?

-No, olvidando.

-Pero si alguien hirió de la forma que sea, abusó o traicionó, ¿por qué habría que olvidarlo?

-Bueno, quizás no lo expresé bien. Lo que digo es que no lo recuerdo, lo recuerdo ahora porque salió en la charla. Pero no lo tengo presente.

-Tampoco lo negás.

-No, soy cero negadora. Pero no es un tema que tenga presente en mi vida diaria, es mi modo de autogestión.

Gerónima y Magdalena

-Ahora sí dejame romantizar un ratito, de las dos abuelas ¿cuál fue más referente?

-Me marcó más mi abuela Gerónima, porque mi abuela Magdalena después vivió con nosotros y era como medio tirana para la tele y veía novelas que yo no quise ver. Era divina, pero esa abuela sufría de diabetes y la veía cómo se inyectaba todas las mañanas su insulina, preparaba la pasta, estaba siempre sentada y vestida de negro y tenía una piel blanca como esa taza, ojos azules y pelo blanco.

«Yo no romantizo mi vida, para nada. Tiene tantas oscuridades hermosas y tengo tanta luz que me hago sombra sola», dice Moria Casán. Foto: Mariana Nedelcu

-Y ahora trazame el retrato de Gerónima.

-Tenía ojos celestes casi transparentes, como de perro husky. Y también canosa. Mis abuelos vivían en Coronel Granada, provincia de Buenos Aires. Y mi abuela me hacía comidita rica y me enseñaba a cosechar cosas de la huerta: remolacha, rabanitos, me mandaba al gallinero a buscar huevos, me explicó como se ordeñaba y todas las tardes me hacía sabayón.

También le dedica un párrafo a su abuelo Bartolomé, que “era como un gran matemático, hacía relojes de cemento y los ponía en diferentes sectores, entonces de acuerdo a cómo le daba la luz sabía qué hora era. Yo tenía familia repartida en Coronel Granada y en La Pampa y tuve una infancia buena a pesar del abuso”. Aclara que no hubo penetración, pero no es el tema en el que prefiere ahondar.

-¿Cómo eras de chica?

-Era una niña que me iba a la cama para pensar. Adoraba pensar: veía a alguien en la calle y luego le imaginaba una historia. Y me creía que estaba en un sitio apartado con una cortinita, tipo teatro, aunque estuviera en un colectivo. Siempre supe abstraerme. La cortinita era imaginada y ahora entiendo que empezaba a asomar la idea del telón.

-¿Te hace bien contar toda tu historia?

-Por supuesto. Los periodistas terminaron siendo mis terapeutas, porque siempre contesté con la verdad, entonces cuando uno dice y saca recuerdos se va conociendo mejor. Y eso me permitió no vivir intoxicada. Pude haber vivido con tóxicos, que es otra cosa.

-¿Pude haber vivido con es “viví con”?

-Sí, casi todos los hombres con los que estuve, salvo dos o tres, fueron bravos en ese sentido.

-¿Cuántas parejas tuviste?

-Y, entre 10 y 15, ponele.

-Y ahora seguís con Fernando Galmarini, ¿verdad?

-Sí, es un tipo bárbaro, luminoso, no convivimos, pero los fines de semana me quedo con él. Yo no lo llamo Pato, le digo Galma… es el único político (fue Secretario de Deportes y diputado nacional, entre otros cargos) que tiene el alma que empieza con G.

Moria, frente al espejo: Moria, frente al espejo: «La felicidad del ja ja ja ja me parece cursi. Yo siento que tengo una vida plena y muy tomada por lo artístico». Foto: Mariana Nedelcu

-¿Sos feliz?

-La felicidad del ja ja ja ja me parece cursi. Yo siento que tengo una vida plena y muy tomada por lo artístico. La creatividad siempre la mandé a escena. De chiquita iba al Colón porque teníamos abono. Mi madre y mi tía me llevaban a escondidas a Club Unión Argentina de Ciudadela para bailar de todo, un día se rompió un disco y me puse las zapatillas de punta de una amiga, y yo hice un baile estupendo y saqué el segundo premio. Y con eso conseguí que mi padre me llevara a formarme en clásico. Pero el descubrimiento fue mío, logro muchas cosas sola. Ese día usé las de punta por primera vez y mi vieja y mi tía se fueron para no verme en el piso. Yo sabía que no me iba a caer. Eso es actitud.

-¿Eso está en tu ADN?

-Desde siempre. Y ahora que estoy estudiando Cabalá desde hace seis años, que es un camino de conocimiento asociado al judaísmo, encuentro explicaciones a muchas cosas sobre mi vida.

-¿Y qué sentís?

-Que tengo una aura que imanta.

-¿Eso lo tienen todas las divas?

-No lo sé, pero yo no soy diva, soy divagante.

Moria desmiente que Susana haya puesto condiciones para la serie y la piropea: Moria desmiente que Susana haya puesto condiciones para la serie y la piropea: «Es una estrella impresionante».

Hablando de divas, desmiente que Susana haya puesto condiciones para aparecer en la biopic que Netflix prepara sobre La One, uno de los títulos tentativos de la producción: “Es una mentira. Yo no leí el guión, pero Susana dio el ok para estar en la serie y no puso ningún reparo. No puede faltar ella. Es un invento eso de que nos llevamos mal. Puede ser que yo sea un poco corrosiva en la ironía y eso le puede molestar. Fuimos muy buenas compañeras en los ’80, yo tengo humor. A mi me preguntan, suponte, ‘¿Qué opinás de Susana que se fue a vivir al Uruguay?’. Y digo que es un retiro impositivo. Es gracioso, no me jodan. Tengo la mejor, la respeto muchísimo, es una estrella impresionante. Creo que nunca hubo nada igual a nuestro dúo. Y con Olmedo y Porcel hacíamos un cuarteto fabuloso”.

Lejos de quitarle mérito a la actriz y conductora de Telefe confiesa que “me parece humillante para ella que digan que Wanda Nara es la nueva Susana, pero poné humillante sin hache y con y: ‘umiyyyyante’. Por favor, hay millones de kilómetros de distancia entre una y otra. A mí jamás me buscaron un continuismo, porque los únicos que me imitan bien son los trans y los travestis”.

-¿Por qué te quiere tanto la comunidad LGBTIQ+?

-Siempre estuve al lado de los marginales y nunca tuve un sentido oportunista. Y me siento una “margenial”. Desde hace mil años que estoy cerca de los gays, de los trans, entiendo el dolor, la discriminación. Cómo no voy a estar para ellos. Cuando era una niña jugaba con la única mariquita que había en el barrio y competíamos a ver quién movía más las caderas.

-¿Quién ganaba?

-Estaba parejo, porque yo nunca quise perder a nada y la marica casi más se descadera. No sabés cómo le dábamos. Era un chico de familia árabe, tenía unos ojos hermosos. Eso fue en José Ingenieros, donde viví parte de mi niñez. Yo le veía marcas de golpes y sabía que en la casa lo habían fajado, entonces yo hacía que nuestros encuentros fueran pura diversión.

Recuerdos de una infancia sin culpa y con barro

“Y luego, aún siendo chica, empecé a meditar. El otro día me hice un mapeo del alma, algo muy complejo, y salió que tengo ‘personalidad reflector’. Que hay una entre millones: iluminás todo el tiempo y la gente se imanta sin que uno pierda su brillo”, comparte, en una ronda mixta de agua y café. Más tarde llegará la fuente de melón y banana que pidió para la merienda.

Con la memoria en los ‘50 reconoce que “nunca tuve sentido de la culpa, imaginate que en la primaria iba a un colegio religioso y te hacían decir eso de ‘por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa’ y yo no lo hacía, jamás me golpeé el pecho. Me comía 40 misas, 50 Padre nuestro y 60 confesiones, pero eso no te lo decía ni loca. Y al cura le inventaba historias, como que mi viejo le había metido los cuernos a mi madre con una señorita y el tipo me mandaba a mí a rezar. Y yo ¿qué tenía ver con el supuesto engaño de mi padre?”.

Madre e hija: en la serie de Netflix, Sofía Gala hará de Moria en su juventud.Madre e hija: en la serie de Netflix, Sofía Gala hará de Moria en su juventud.

De su madre recuerda muchas cosas, pero en especial el curioso tratamiento natural de belleza cuando ella tenía 5 o 6 añitos: “Le daba mucha bola a la belleza de la piel, quería tener nácar blanco. Y en el verano me ponía una bombachita, una capotita como las de El cuento de la criada y me pintaba con barro y me lo dejaba hasta que se secara, y con una regaderita de porcelana celeste me lo sacaba. Y luego me ponía una leche de almendras. Yo me quedaba tipo buda y no quería ni moverme como para no agrietarme. Era como un hornero. Y creo que ahí me empecé a construir, no se me rompía nada, pienso que inconcientemente era como mi escudo”.

Y de ahí en más, sigue a modo de confesionario, “me fui haciendo fuerte, pero ojo que fui de llorar mucho. Entre los 12 y los 17 todas las noches tenía dos cosas mojadas: mi bombacha de la calentura y la almohada del llanto. No sabía qué hacer con mi hormonazo”.

-¿A los 12 tenías el principio de este lomo?

-Sí, siempre fui muy llamativa. Me acuerdo que iba caminando con mi padre por la calle y él no podía soportar lo que me decían. Él iba adelante y yo atrás, se ponía muy nervioso. Y los martes y los viernes salía mucho com mi madre. Veía 20 películas al mes.

En esta suerte de charla a alma abierta, dice que su nieto, Dante, “es un refinado, un sibarita, tiene 10 años y ya saborea las ostras sabiendo que es manjar. Helena (también hija de Sofía) tiene 17, va al Carlos Pellegrini, tiene una personalidad bravísima y es hermosa. Y de Sofía (Gala, su hija) qué te voy a decir. Es una bomba, tiene mucha verdad, es una hermosa persona y una actriz sublime. Jamás se colgó de mí. Otra luchadora”.

Despertar con Moria

«La mañana con Moria» irá de lunes a viernes de 9 a 10.30 por El Trece, en la competitiva franja matutina.

Más allá de su vuelta a la TV tras ser jurado de los ciclos de Marcelo Tinelli, lo que más llama la atención es imaginarla en vivo, radiante, a las 9 de la mañana: “No sé qué piensa la gente, pero soy de levantarme todos los días entre 7.30 y 8. Ahora lo haré un cachito antes y en media hora de autopista estoy en el canal”.

-¿Qué te tentó de la propuesta?

-Me llamó (Pablo) Codevila y me dijo que tenía una propuesta televisiva para hacerme y le dije que si no era diaria no quería. Y agregó: ‘Pero es de mañana’. ‘Ah, mejor’, le dije. Code no entendía nada. Bueno, a los tres días nos juntamos, él en shock y yo regia. Vine y arreglamos todo.

-¿Y qué vas a hacer?

-Voy a atravesar la realidad con mi ojo, estoy muy informada, pero no va a ser un noticiero. La idea es buscar un momento de relax, hacer una mañana amena, con mi impronta. No me voy a callar nada, voy a ser yo, no sé ser de otra manera.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Murió un nadador de 73 años durante una competencia en Córdoba: aseguran que no había ambulancias para asistirlo

Un nadador de extensa trayectoria murió tras salir de la pileta olímpica del Estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba,...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img