14.5 C
Buenos Aires
sábado, agosto 2, 2025

Murió Daniel Divinsky, el creador de Ediciones de la Flor y editor de “Mafalda” y de Fontanarrosa

Más Noticias

El abogado y editor Daniel Divinsky falleció en las últimas horas a causa de una enfermedad que lo acompañó durante décadas. Había sido el impulsor de la publicación de Mafalda, la historieta de Quino, que venía de una versión inicial en la editorial Jorge Álvarez, aunque con él se volvió un éxito de ventas. Divnsky murió casi en simultáneo a la mudanza de esas obras a un grupo internacional.

Daniel Divinsky en su escritorio. Foto: archivo Clarín.
Daniel Divinsky en su escritorio. Foto: archivo Clarín.

Formado como abogado en la Universidad de Buenos Aires, contó alguna vez que él hubiera estudiado Letras, pero para una familia de clase media de fines de los años 50, la ingeniería o el derecho eran disciplinas que prometías con más certeza un futuro profesional. Así es que, con apenas 15 años, se presentó en la Facultad de Derecho y salió de ahí cinco años después con su diploma de honor. Era abogado. Pero los libros lo esperaban y ya lo habían tentado.

«Daniel era un gran impulsor de los nuevos editores y de la editorial independiente en general. Y estaba siempre al tanto de todo«, dice ahora a Clarín Constanza Brunet, directora editorial de Marea. Y agrega: «Al poco tiempo de empezar con Marea, se me acercó en una feria y me dijo que le gustaba lo que estaba publicando. Desde ese día, siempre me apoyó y nos hicimos amigos. Una enorme pérdida para todos nosotros».

Murió Daniel Divinsky, editor de “Mafalda” y figura clave en el mercado editorial argentino por más de medio siglo. Además, era amigo de Marea. Siempre te recordaremos con cariño y respeto. Q.e.p.d ⚘️🌹https://t.co/8Ucb8CF8Ss

— Marea Editorial (@mareaeditorial) August 1, 2025

Como abogado, un gran editor

Mientras estudiaba, había conocido al editor Jorge Álvarez, que le encomendó algunas tareas al adolescente que en ese momento era Divinsky.

Él mismo lo recordó así en una entrevista: «Para Jorge Álvarez hice traducciones, corregí pruebas de decenas de libros y tuve a mi cargo el cuidado de las ediciones del Diccionario de los lugares comunes, de Flaubert, traducido por Alberto Ciria. También supervisé la traducción que hizo Rodolfo Walsh de El diccionario del diablo, de Ambrose Bierce, que fue la primera vez que se editó en castellano y luego resultó pirateado hasta el cansancio, puse en orden alfabético las palabras que estaban en el orden que les daba su grafía inglesa», enumeró. Tareas menores, tal vez. Una escuela de edición, tal vez.

«Estamos seguro que hoy el mundo es un poco más feo, porque vamos a tener menos gente que arriesga en pos de un sueño y sin dudarlo la historia editorial argentina está de luto«, dice ahora a Clarín Juan Manuel Pampín, presidente de la Cámara Argentina del Libro.

Cuando se graduó apostó por el derecho (¿qué remedio le quedaba?) y ejerció esa actividad durante una década. “La abogacía no me gustaba en absoluto, así que empecé un curso para graduados en sociología. En eso estaba cuando se produjo un golpe de Estado. Me quedé sin horizonte. En vez de deprimirme, con mi socio se nos ocurrió poner una librería. Les preguntamos a nuestros padres cuánto dinero nos podían prestar: cada uno, ciento cincuenta dólares. Pero no había ninguna posibilidad de alquilar algo por esa suma”, recordó. Los libros seguían ahí.

El propio Álvarez imaginó una editorial conjunta. A fin de cuentas, el abogado junior tenía entusiasmo y capacidad. Pirí Lugones, nieta de Leopoldo Lugones y amiga de ambos, consideraba ese proyecto como ambicioso. En broma, les dijo: «Ustedes quieren una flor de editorial». El nombre ya estaba listo.

Daniel Divinsky junto a Quino. Foto: archivo Clarín.Daniel Divinsky junto a Quino. Foto: archivo Clarín.

De manera que en 1967, Divinsky creó Ediciones de la Flor a la que se sumaría en 1970 Ana María «Kuki» Miler, que sería su pareja posteriormente y que conduce hoy los destinos de esa empresa que dio forma de libro a la obra de Rodolfo Walsh, Fontanarrosa, Caloi, Liniers, Sendra, Maitena, Nik, entre muchos otros autores que dieron sus primeros pasos de su mano.

De la Flor sembró lectores por todas partes. Juan Manuel Pampín, por caso y él mismo siendo editor desde Corregidor, recuerda ese aspecto para Clarín: «Daniel, a partir de la editorial que creo con su compañera Kuki Miller hizo que leamos muchas cosas, nos mostró mundos nuevos. Junto con otros editores (Jorge Alvarez, Boris Spivacow, mi viejo entre otros) formó parte de una raza especial de editores que no siempre editaban lo que dictaba  el mercado sino más bien en lo que ellos creían».

Cada uno de esos hombres de la edición que lista Pampín tuvieron «su» éxito, ese inolvidable. Mafalda fue un hito en el camino de Divnsky. “Con Mafalda hacíamos tiradas iniciales de doscientos mil ejemplares. Y se vendían”, recordó entrevistado por Letras Libres como si la incredulidad permaneciera medio siglo después.

Quino había llegado a ellos luego de desvincularse de su editor previo por problemas económicos. “¿Por qué no empiezan a hacer Mafalda ustedes?”, les lanzó. “Esa fue la inversión copernicana para una editorial que publicaba poemas de Tennessee Williams y pasó a publicar tiradas de miles de ejemplares que se vendían en una tarde”, contó.

Sobre cómo Quino daba vida a Mafalda y su universo, reveló en otra ocasión: «Quino viajaba en transporte público y anotaba, en una libretita, frases que escuchaba de la gente». Y sobre su mirada del mundo, dijo: «Era un hombre muy comprometido políticamente; se crió en un hogar de republicanos españoles donde eran comunistas, tenía una tía comunista que vendía bonos de la tan famosa campaña financiera de ese partido para recaudar fondos hace muchos años. Nunca militó en ningún partido político, obviamente siempre fue un tipo absolutamente democrático«.

Daniel Divinsky en una de sus muchas Feria del Libro. Archivo Clarín.Daniel Divinsky en una de sus muchas Feria del Libro. Archivo Clarín.

Al exilio por un puño

Durante la dictadura militar, un libro infantil los puso en problemas graves. En la portada del volumen Cinco dedos aparecía la imagen en tapa de un puño en alto: «Aunque nadie lo había pensado con finalidades ideológicas, la imagen fue considerada una apología de la subversión destinada a los chicos», contó alguna vez en una entrevista. Era el puño, era el catálogo, era la violencia de esos años.

Fue secuestrado con su mujer y su hijo Emilio, que tenía entonces algo más de dos años: “Kuki y yo estuvimos presos en un lugar que había sido de tortura. Al menos permitían que nuestra familia nos trajera comida y libros». Fueron rescatados de las fauces de la muerte por la presión de las asociaciones internacionales de editores. Escaparon al exilio en Venezuela del que regresaron solo en 1983, con la recuperación democrática.

En Venezuela también estaba exiliado Rodolfo Terragno, escritor, abogado y político radical, con el que Divinsky estableció una amistad. «Mafalda me anunció que Daniel estaba por morirse. Fue hace unos días en El Matadero, un espacio cultural madrileño donde hay una escultura de esa niña sabia y famosa. En ese instante pude evocarlo todo. Recordé los libros que editamos, en común, Ediciones de la Flor y Cuestionario. Y los que publicábamos, uno por mes, con El Diario de Caracas. Y otros de La Flor que leí antes de ser impresos». Terragno escribe un hermoso recuerdo de ese compañero en los tiempos duros del exilio.

Gran dolor por la muerte de Daniel Divinsky. Y gran pérdida para la cultura y el libro argentino. Aquí, en una de sus tantas visitas a #Los7locos. Daniel Divinsky en Los siete locos https://t.co/azAGezfvZC vía @YouTube

— Cristina Mucci (@Cristina_Mucci) August 1, 2025

«El oficio el Daniel era esparcir cultura. Y humor, que es lo mismo. Amaba las letras y el dibujo. Buscaba poesía en los relatos. Interpretaba la realidad con rigor. Odiaba la desmesura. Hacía de la amistad un culto. Nunca lo vi enfadado», agrega a Clarín. Y deja una confesión: «Me costó escribir esto en tiempo pasado. No le creí a Mafalda y debí haberle creído».

La transformación de Fontanarrosa

Roberto Fontanarrosa se transformó en el otro pilar de la editorial. Si bien había publicado un libro en Rosario, fue Divinsky quien transformó su carrera.

«Era totalmente desconocido. Conseguí su dirección postal y le mandé una carta. Le propuse hacer un libro; me mandó una cantidad de material enorme, muy desordenada y entonces dije: «Como a él no lo conoce nadie, vamos a hacer un libro de gran tamaño» y le pusimos ¿Quién es Fontanarrosa?, con una faja que decía: «Respuesta en la página 3». Y decía que Fontanarrosa era un humorista gráfico rosarino y que colaboraba con la revista Hortensia y con muchas otras revistas, comprándolas, texto que por supuesto redactó él. Ese fue el comienzo de una historia que tuvo más de ochenta libros, entre los de humor gráfico (muchos de ellos que le proponíamos), más las series de Inodoro Pereyra y Boogie, el aceitoso. Después empezamos con lo que fue su segundo libro de cuentos, El mundo ha vivido equivocado, que me lo mandó a Caracas, lo leí, lo corregí y decidí la publicación y apareció cuando volvimos, a fines del 83″, recordó en una entrevista.

De Fogwill a Poldy Bird

De nuevo en la Argentina, recuperó su puesto en la editorial y reanudó su tarea de editor. El primer libro que publicó a su regreso fue Los Pichiciegos, de Fogwill. Sabía mirar y sabía leer. “Yo me figuraba que, si me gustaba algo a mí, seguramente les iba a gustar a otros mil quinientos o dos mil locos que tuvieran la misma debilidad que yo», definió su mirada en una entrevista.

Durante esos primeros años de un sistema republicano frágil, además se comprometió con la recuperaciones de las instituciones culturales como interventor de LR3 Radio Belgrano.

Además, dirigió la revista Plural, revista editada por la Fundación Plural para la Participación Democrática, y fue integrante de la Cámara Argentina del Libro, como miembro del Consejo Directivo de 1988 a 2008 y como vicepresidente entre 2000 y 2002.

Daniel Divinsky en una de sus muchas Feria del Libro. Archivo Clarín.Daniel Divinsky en una de sus muchas Feria del Libro. Archivo Clarín.

Locutora, periodista y editora, Laura Leibiker conoció a Divinksy precisamente en la Fundación Plural para la Participación Democrática. Ella era una joven secretaria y él integraba el directorio. «Venían una vez por semana a reuniones. Era simpático. Y cuando la fundación cerró, me llevó a trabajar a De la Flor como secretaria. Estuve poco tiempo, pero pero pude ver el vínculo que tenía con los autores como Fontanarrosa o Quino, el amor que tenía por su trabajo, la cantidad de gente que lo venía a ver y que él siempre recibía«, le cuenta a Clarín.

Desde 2006, Leibiker se dedica a la edición de literatura para niños y jóvenes. Primero, se desempeñó como directora Editorial de Literatura Infantil y Juvenil en Editorial Norma y ahora está editando la nueva colección infantil de Siglo XXI. Esta tarde recuerda que la oficina de Divinksy en la editorial estaba «repleta de pilas de libros, desordenada, pero muy vital». Y desde entonces, cada vez que se lo cruzó en una feria, en un hotel, «fue muy generoso con mi trabajo, siempre dispuesto a ofrecer contactos y siempre él mismo un libro andante. Realmente fue un maestro de editores«, agrega.

Muchas veces contó sus éxitos como editor, pero alguna vez, también sus fracasos, esos libros que dejó pasar y se volvieron masivos: «Hay dos casos: un libro que rechacé y que después fue un suceso mundial enorme pero que no era para De la Flor y me alegro que a la autora le haya ido bien. Era Cuentos para Verónica, de Poldy Bird. La autora tuvo la gentileza de invitarme a una enorme fiesta que hizo cuando salió la décima edición. Después, me cuenta Federico Andahazi, al que encontré en un Premio Planeta, que él había llamado a la editorial para proponer El anatomista antes de todo el escándalo, y que la secretaria le había dicho que no estábamos recibiendo originales, cosa que era cierta. Es un libro que a mí me gustó mucho y me hubiera gustado publicar».

Hace una década, vendió su parte de la editorial a Miler y se retiró de Ediciones de la Flor, aunque seguía activo escribiendo artículos y participando en redes sociales. En 2013, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires lo había declarado “Personalidad destacada de la cultura” de la Ciudad por voto unánime de sus integrantes. En 2011, había recibido el premio a la Trayectoria Cultural de revista Ñ.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

La tragedia del velero: el antecedente del surfista muerto en Miami y que responsabilidades puede haber en el caso de la nieta de Cris...

La Bahía de Biscayne, ese rincón privilegiado de Miami que combina naturaleza, turismo y vida náutica, se tiñó de...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img