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lunes, abril 21, 2025

Murió Hugo Gatti: el último vals con Boca con 12 años de idolatría y un final que nunca logró cicatrizar

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Hugo Orlando Gatti, que murió este domingo a los 80 años luego de pasar dos meses internado, tuvo un final en el arco de Boca, después de más de doce años de idolatría, que nunca esperó. Y que le costó cicatrizar.

Había llegado en 1976 con Juan Carlos Lorenzo como DT, todos con la misión de recuperar la hegemonía en el fútbol argentino después del inolvidable 75 de River -por primera vez campeón en 18 años-. Y lo hicieron, ganando primero el Metropolitano y después el Nacional, en la memorable final justamente contra River en diciembre, en cancha de Racing, con el golazo de tiro libre de Suñé. Gatti había debutado el 15 de marzo, cuando Boca venció 2-0 a All Boys con goles de Felman y García Cambón.

Un año más tarde en el Centenario de Montevideo, cuando Gatti le atajó el penal al brasileño Vanderley en la definición de la Copa Libertadores (la primera del historial de Boca), ingresó definitivamente al Olimpo de los héroes xeneizes.

Llegarían otros títulos como una nueva Libertadores y la Intercontinental del 78, frente al Borussia Moenchengladbach, de Alemania. Y a nivel local, el Metro del 81 cuando Boca –con Silvio Marzolini como DT- había dado el gran golpe de mercado, incorporando a Maradona.

Pero, después y sobre sus 40 años, algunas de las relaciones de Gatti se fueron desgastando. Ya en la nueva etapa de Lorenzo al frente de Boca la relación con Gatti no fue la misma y luego –en un equipo que no peleaba los campeonatos, mientras la dupla Alegre/Heller estaba en la conducción del club- la llegada de Pastoriza parecía anunciar el final, mientras la titularidad de Gatti era puesta en duda. El punto de quiebre pudo ser la derrota con Deportivo Armenio (1-0) y el gol que le marcó Maciel. Pastoriza, en aquel momento, comentó otra cosa: “No… Gatti jugó la segunda rueda del Campeonato anterior y el torneo Clasificación. Yo juzgué todo ese período para toma la determinación Ese gol que le hizo Maciel fue algo así como la gota que rebalsó el vaso, pero tuve en cuenta todo el proceso anterior y no me fijé sólo en ese hecho aislado”.

Foto: Archivo
Foto: Archivo

Sucedió el 11 de septiembre de 1988. Fue un pelotazo cruzado de Sergio Oudoukian, que Gatti trató de frenar, pero la velocidad de Maciel lo anticipó y, del rebote en el cruce con el arquero, aprovechó para marcar. Gatti le contó así a Clarín la desafortunada jugada: “Fue una pelota larga, yo salí a chocar y el delantero me ganó. No es ninguna cosa rara. Considero que no fue una falla mía, sino que se trató de una virtud de Maciel. Simplemente eso”. Cuando salió del vestuario muchos hinchas lo alentaron y le pidieron autógrafos. Y en la cancha, solo La Doce hostigó al histórico arquero.

Es que el fútbol y la política conviven en cada historia. El Loco tenía buena relación con la barra pero hubo dos hechos que lo distanciaron. Primero cuando apoyó la candidatura de Antonio Alegre y Carlos Heller a la presidencia contra de Alberto J. Armando. Después, cuando apareció en una publicidad del candidato radical a la gobernación bonaerense Juan Manuel Casella, que el 6 de septiembre de 1987 perdió con Antonio Cafiero, hombre peronista y al que apoyó La 12.

Foto: ArchivoFoto: Archivo

Gatti se fue dolido, tanto por la decisión como por la forma. Se había enterado de que no le tenían en cuenta a principios del 89, cuando el Pato Pastoriza lo anunció en una entrevista con un medio pampeano. Allí el técnico afirmó: “Decidí porque Gatti cumplió su ciclo. Después de pensar detenidamente sobre el caso, llegué a la conclusión de que ya no está en condiciones de jugar. De aquí en más, no lo voy a usar. Entonces, el camino más lógico me parece decirlo para que si él resuelve seguir con su carrera, vaya buscando buenos horizontes”.

No obstante resaltó que “Gatti es un profesional de primer nivel, cumplidor como el que más. Quiero que quede claro. Esto no es un castigo disciplinario sino una decisión que pasa estrictamente por lo futbolístico. A Hugo lo conozco desde que fuimos compañeros en el Mundial de 1966 y la buena relación que siempre tuvimos no me puede hacer equivocar. Yo soy un profesional que asume la responsabilidad de decisiones como esta. Si me dejo llevar por lo afectivo, puedo terminar poniendo a mi hermano en la primera de Boca. La amistad en este negocio tiene poco que ver. Una cosa no debe mezclarse con la otra porque si no vamos mal”.

Gatti no asumió que aquel de Armenio sería su último partido oficial: “Sé que mi talento sigue intacto. Estaría mal si los argumentos que expone Pastoriza fueran ciertos pero son falsos. Fue un golpe duro. En realidad, creo que al dar esos motivos, debió renunciar automáticamente. Que yo no pueda jugar es totalmente falso. Además, siempre alabó mi estado atlético. Pastoriza dijo que no tiene la reacción de hace unos años. No lo puedo creer. El me dijo durante todo este año de convivencia que no tenía que dejar el fútbol, que era el arquero titular inamovible y que además compraría un arquero suplente, que yo saldría campeón con Boca”. Y aún no hablaba de retiro: “No tengo miedo al retiro, es lógico en cualquier jugador. Uno no es eterno, pero no deseo retirarme así. Esto me da más fuerzas para seguir. Tendría miedo si mi cuerpo no reaccionara a las órdenes de la mente. Pero mi capital es mantenerme en perfectas condiciones físicas y así lo hago. Asumiré el retiro cuando llegue el momento”.

Pero sí, aquel fue el retiro. Recién una década después, y cuando comenzaba el glorioso ciclo de Bianchi al ganar el Apertura, Boca homenajeó a Gatti. Fue un amistoso ante la Universidad Católica de Chile, que Boca ganó 5-0 y donde el Loco se dio el gusto de atajar en el primer tiempo.

El homenaje a Gatti, ya en la era Bianchi. Foto: ArchivoEl homenaje a Gatti, ya en la era Bianchi. Foto: Archivo

Más adelante, entrevistado por Olé, Gatti recordaba: “En aquel momento me dolió mucho la salida de Boca. Aparte, la decisión la tomó un tipo con el que me llevaba muy bien y al que quería mucho como el Pato. Dios quiso que fuera él. Y no fue por la jugada de gol de Armenio. Ese fue el pretexto, yo ya estaba condenado”.

Redacción

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