Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más influyentes de la literatura en español y último gran exponente del boom latinoamericano, falleció este domingo a los 89 años en la ciudad de Lima. La noticia fue confirmada por su hijo Álvaro Vargas Llosa a través de un comunicado oficial.
Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, Jorge Mario Pedro Vargas Llosa atravesó más de seis décadas de vida literaria, durante las cuales publicó novelas fundamentales como La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1966), Conversación en La Catedral (1969), La guerra del fin del mundo (1981) y La fiesta del Chivo (2000), entre muchas otras. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas y analizada en universidades de todo el mundo.
Vargas Llosa Nobel que marcó época
Vargas Llosa recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010, un reconocimiento a su “cartografía de las estructuras de poder y su aguda imagen de la resistencia individual, la rebelión y la derrota”, según argumentó la Academia Sueca. Fue también galardonado con el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias de las Letras, el Premio Rómulo Gallegos y doctorados honoris causa en más de una veintena de universidades, incluyendo Harvard, Yale, Oxford y La Sorbona.
El Nobel coronó una carrera literaria tan vasta como diversa. A lo largo de su vida, Vargas Llosa transitó el realismo, la experimentación formal, la sátira, el ensayo político y la crónica periodística, siempre con una prosa elegante, crítica y comprometida.
Un intelectual comprometido con la libertad
Además de escritor, Vargas Llosa fue un ferviente defensor de la democracia liberal y la libertad individual. En 1990 fue candidato a la presidencia del Perú por el Frente Democrático (FREDEMO), enfrentando en las urnas a Alberto Fujimori. Aunque perdió esa elección, su figura pública se consolidó como un referente del pensamiento liberal en América Latina y Europa.
A partir de entonces, se instaló en España, donde obtuvo la ciudadanía, y desde allí se convirtió en una figura activa del debate político e intelectual. Fue columnista habitual en medios como El País, La Nación, Le Monde, The New York Timesy El Comercio, desde donde opinó sobre los temas más relevantes del escenario mundial.
También fue miembro de la Real Academia Española y, más recientemente, se convirtió en el primer autor de habla hispana en integrar la Académie Française, la prestigiosa institución encargada de velar por la lengua francesa.
El legado de un narrador sin concesiones
La obra de Vargas Llosa es una de las más sólidas, variadas y comprometidas de la literatura del siglo XX y XXI. Supo narrar desde el Perú profundo hasta la Haití de los Duvalier, pasando por la revolución brasileña de Canudos, la dictadura de Trujillo en República Dominicana o la España de posguerra. Su capacidad para combinar rigor documental, ficción vibrante y mirada crítica lo convirtieron en un autor de referencia global.
Libros como La tía Julia y el escribidor, Pantaleón y las visitadoras o Travesuras de la niña mala demostraron su versatilidad para combinar la sátira, el erotismo y la sensibilidad con agudeza narrativa.
Su última novela, Le dedico mi silencio, publicada en 2023, fue definida por él mismo como su “despedida de la ficción”. En ella reflexiona sobre el poder redentor de la música criolla peruana y el sueño utópico de una nación reconciliada a través del arte. Un cierre íntimo para una obra pública.
Una voz que incomodó y deslumbró
Vargas Llosa no fue un autor complaciente. Su defensa de la economía de mercado, sus posturas contra los populismos latinoamericanos —desde el chavismo hasta el kirchnerismo— y su crítica a lo que llamó “la cultura del espectáculo” lo ubicaron muchas veces en el centro de la polémica. Pero también lo convirtieron en un pensador esencial para comprender las tensiones entre poder, libertad y cultura en el mundo contemporáneo.
Su figura fue reconocida, debatida y también discutida, pero nunca ignorada. Fue un autor que incomodó tanto como deslumbró, y cuya obra literaria y pensamiento político se estudian hoy en escuelas, universidades y círculos intelectuales de todo el mundo.
Una despedida sin olvido
Mario Vargas Llosa fallece a los 89 años dejando detrás una obra monumental, una vida pública intensa y una huella indeleble en la cultura hispanoamericana. Su influencia excede las fronteras de Perú o del idioma español. Fue un autor global con raíces profundamente latinoamericanas. Un narrador, un polemista, un provocador y, sobre todo, un escritor.
Como él mismo escribió alguna vez:
“La literatura no solo nos hace más libres: nos hace más humanos.”
Hoy, la literatura y la humanidad pierden a uno de sus gigantes.