Discotecas y clubs nocturnos de fama internacional hay muchos, pero hay uno que sobresale sobre el resto, quizás por ser el pionero de lo que vendría después, se trata del mítico Studio 54. Steve Rubell e Ian Schrager consiguieron algo impensable para la época, reunir bajo un mismo techo a anónimos y celebridades, era un lugar donde todo podía pasar. Las colas en la calle 54 de Manhattan eran quilométricas, todo el mundo quería vivir la fiesta en el interior del local donde la locura se desataba cada noche, y no importaba quién era quien. Alcohol, drogas, sexo, música disco….
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