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martes, abril 15, 2025

Nahuel Sotelo (LLA): “Venimos a romper con los candidatos de siempre, por eso los nuestros son nuevos”

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Entrevista con Nahuel Sotelo Larcher, Secretario de Culto y Civilización de la Nación, durante su visita a Salta para acompañar la presentación de los candidatos locales de La Libertad Avanza. En diálogo con El Tribuno, analizó la agenda de su Secretaría, su visión sobre el cambio cultural que impulsa el gobierno de Javier Milei y cuestionó fuertemente a la clase política salteña.

Entrevista con Nahuel Sotelo Larcher, Secretario de Culto y Civilización de la Nación, durante su visita a Salta para acompañar la presentación de los candidatos locales de La Libertad Avanza. En diálogo con El Tribuno, analizó la agenda de su Secretaría, su visión sobre el cambio cultural que impulsa el gobierno de Javier Milei y cuestionó fuertemente a la clase política salteña.

¿Qué nos puede contar sobre su reunión con el arzobispo Cargnello durante su visita a Salta?

Fue una visita protocolar, de presentación, como corresponde. Tuvimos una muy buena charla con el arzobispo Monseñor Cargnello, donde nos pusimos a disposición y hablamos de algunos temas puntuales que están en revisión y que podemos trabajar en conjunto. Siempre es importante fortalecer el vínculo entre el Gobierno Nacional y las autoridades eclesiásticas. Hay una vocación de diálogo y cooperación, más allá de las diferencias que puedan existir.

¿A qué se refiere cuando habla de temas “en revisión”?

A cuestiones administrativas y de gestión vinculadas a la Iglesia y sus instituciones. Hay puntos que requieren actualización o revisión para garantizar una relación fluida y respetuosa entre el Estado y la Iglesia. Nuestra Secretaría se ocupa justamente de ese tipo de temas, además del reconocimiento de cultos y la inscripción de comunidades religiosas no católicas.

¿Cuál es el alcance de la Secretaría de Culto y Civilización?

Es una Secretaría que cumple un rol muy amplio. No solo llevamos adelante las relaciones del Gobierno con la Iglesia Católica y con los demás credos, sino que también trabajamos en temas de libertad religiosa y diálogo interreligioso. Y en el plano internacional, tenemos bajo nuestra órbita toda la política exterior relacionada con derechos humanos: participamos en organismos como la ONU, la OEA, el G20. También coordinamos la defensa del Estado argentino en causas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

¿Cómo se articula eso con el discurso del gobierno libertario, que se ha mostrado crítico de algunas organizaciones internacionales?

Nosotros no estamos en contra de la participación de Argentina en espacios internacionales. Lo que cuestionamos es el uso ideológico y la doble vara con la que muchas veces se manejan. La Argentina, bajo el liderazgo del presidente Milei, va a participar activamente, pero desde una posición firme, sin aceptar imposiciones que vayan contra la soberanía o los intereses de nuestro pueblo. Vamos a defender principios como la libertad individual, el respeto a la propiedad, y la verdadera defensa de los derechos humanos.

Usted vivió en Salta hace unos años. ¿Qué impresión se llevó al volver?

Me sorprendió que todo está igual en lo político. Llegué y vi los mismos carteles, los mismos apellidos, los mismos candidatos. Es como si el tiempo no hubiera pasado. Y, además, ni siquiera están en los mismos partidos de antes: van cambiando de sello como si nada. La política en Salta parece haberse convertido en una industria, donde algunas personas viven de ser candidatos eternos. Nosotros venimos a romper con eso. Y por eso muchos de nuestros candidatos son completamente nuevos.

Algunas críticas apuntan a que los candidatos de La Libertad Avanza no son conocidos por la gente. ¿Qué responde a eso?

Que esa es justamente la idea. Si siempre están los mismos, ¿cómo vamos a renovar la política? ¿Cómo vamos a generar cambios reales? Es lógico que no conozcan a nuestros candidatos si es la primera vez que se presentan. Pero eso no quiere decir que no estén preparados. Representan a ciudadanos comunes, con vocación de servicio, sin historia en la rosca política. Y eso para nosotros es un valor, no un defecto.

Pasando al plano nacional: ¿cuál es el principal desafío que tienen por delante?

Seguir profundizando el cambio que ya comenzamos. En apenas cuatro meses logramos bajar la inflación que heredamos, que estaba cerca del 25% mensual. Impulsamos la reforma del Estado más grande de la historia, y eso con solo el 10% de la cámara de diputados y el 15% del senado. Eliminamos intermediarios en los planes sociales, sacamos a los piqueteros de las calles. Todo eso lo hicimos con herramientas limitadas y en un contexto muy hostil. Y lo vamos a seguir haciendo.

¿Qué rol juega la “batalla cultural” que menciona tanto el Presidente?

Un rol central. No se trata solo de economía, sino de cambiar una forma de entender la política, de romper con las prácticas que nos llevaron a esta decadencia. Dar la batalla cultural significa cuestionar los privilegios, la hipocresía, el doble discurso. Es una transformación profunda que incomoda a muchos sectores, porque toca intereses enquistados. Pero es necesaria.

¿Qué observaciones tiene sobre la gestión del gobierno de Salta?

Veo una falta total de sintonía con lo que pide la gente. Mientras nosotros desde Nación bajamos impuestos, el gobernador Sáenz los sube. El intendente sube tasas municipales. Están haciendo exactamente lo contrario de lo que necesita el país. Y no se trata de federalismo mal entendido: se trata de coherencia y de responsabilidad con los ciudadanos.

Servicios esenciales, como la luz, vienen con impuestos incluidos en la factura. ¿Qué se hace frente a eso?

Sí, por supuesto. La gente puede reclamar si considera que hay una carga impositiva injusta en sus facturas. Además, desde Nación ya se marcó una directiva clara sobre la necesidad de separar los impuestos provinciales y municipales de los servicios esenciales. Y lo más importante: nuestros candidatos en Salta firmaron un compromiso para no subir impuestos si llegan a ocupar cargos. Vamos a tener un bloque legislativo fuerte que le ponga un freno al abuso tributario.

¿Y cómo se garantiza que esos compromisos se cumplan una vez en el poder?

Con control ciudadano. Con transparencia. Y con una convicción política clara: venimos a cambiar de verdad. No nos mueve el poder por el poder. Nos mueve la necesidad urgente de transformar un sistema que está agotado. Y eso se va a ver reflejado en cada decisión que tomemos, en cada voto que den nuestros legisladores, y en la forma en la que nos relacionamos con la sociedad.

Redacción

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