Nancy Anka es amable, cálida, paciente. Viene de un verano en el que fue reconocida como mejor actriz de la temporada con un premios Carlos por su trabajo en Madre hay una sola, en Carlos Paz. También está preparando un show musical donde planea hacer un recorrido entre canciones del rock nacional y folklore. Pero toda esta actualidad nunca la va a ser sombra a ese papel que nadie va a olvidar: el de Jose, la «chancle» mayor de ¡Grande, Pa!
En los 90, la televisión era el único lugar para mirar y disfrutar de las ficciones. El rating era el medidor del éxito y el público sabía que había que estar frente a la pantalla a las 21 en punto para no perderse su programa favorito. Fue así como Arturo Puig y María Leal hicieron, incluso antes de que se estrenara la sitcom, una versión bien argenta de La Niñera. Un padre viudo con tres hijas (a Jose se le suman: Angie -Julieta Fazzari- y Flor -Gabriela Allegue-) y una niñera todo terreno enamorada de él.
Con más de 60 puntos de rating, ¡Grande, Pa! se convirtió en uno de los hitos de la televisión argentina y de Telefe. Y también uno de los primeros papeles de Agustina Cherri, una sobrina que terminó siendo la cuarta chancle.

«Yo creo que esa historia sigue siendo vigente. De alguna forma, nosotros, hemos sido pioneros de una `familia disfuncional`. Un hombre solo (viudo) con 3 hijas mujeres, luego se le suma una niñera y hasta el perro era hembra. Como dijo María en una escena: `Todas chancletas, qué lo tiro´», sostiene Nancy en diálogo con Revista GENTE sobre si sería o no actual un programa como ¡Grande, Pa! en tiempos donde los hombres tomaron más protagonismo en las tareas domésticas y de cuidado.
Y agrega: «Y después, adopta a una sobrina, también una nena. Esto hablaba claramente de que una familia es el amor, sin patrones, ni mandatos. Ya en los 90, nosotros transformamos el mito de la familia tipo. Así que… yo creo que hoy se podría volver a ver tranquilamente».
Sobre qué recuerda de aquellos años, relata: «Me acuerdo que una vez estuvimos grabando hasta muy tarde, 3 de la mañana, y ya estábamos muy cansado… Pero lejos del fastidio, nos empezamos a tentar muchísimo y teníamos que grabar una y otra vez la misma escena. Pero creo que deben haber muchas más anécdotas… Todas, siempre, con mucha alegría. Ese es el registro que llevo en el cuerpo».
La vida después de la cima, qué pasó con Nancy Anka después de ¡Grande, Pa!
Lejos de ser algo de lo que no le gusta hablar, Nancy sabe que ese papel fue más que consagratorio. Y que por más que pasen los años siempre vuelve a aparecer la pregunta sobre las chancles. El después del éxito, según cuenta, no fue traumático sino más bien una parte de su recorrido artístico.
«Después de ¡Grande, Pa! no hubo nada duro, ni nada difícil. Yo empecé esta profesión a los 11 años, ya traía un recorrido de realidad con la profesión, ya venía transitando el idioma de esta profesión: `Lo que empieza, en algún momento termina y se continúa´ y así fue», dice.
Y explica: «Terminó el programa y continué mi vida, en lo personal y en lo profesional. Jamás me detuve. Tal vez, continué con otro perfil, pero eso también fue, creo, una decisión desde mi propia forma de ser. Solo que ya tenía un reconocimiento que, tal vez, me permitió continuar desde otro punto de partida. Pero siempre, con los pies sobre la tierra».

En los tiempos de ¡Grande, Pa!, de 1991 a 1994, no existían los celulares ni las redes sociales, ni el reflejo constante de internet. Pero el pulso estaba en la calle. Si bien casi no podían salir por el furor que despertaban, Nancy cuenta: «En ese momento, todos estábamos haciendo nuestro trabajo y disfrutábamos de que el programa fuera tan visto pero no tomábamos la dimensión del éxito. La mayoría de los actores que trabajamos en ¡Grande, Pa!, éramos personas que ya veníamos trabajando y, come dije antes, sabíamos y conocíamos la dinámica de esta profesión. Así que solo lo disfrutábamos».
Nancy siguió su vida, decidió probarse como cantante y participando de ficciones y teatro pero nunca volvió a ser parte de algo tan masivo, suerte que quizá no corrieron Arturo Puig, María Leal y Agustina Cherri que aún hoy son nombres fuertes del espectáculo.
Después del programa de Telefe, Nancy se casó y tuvo a su hija Sofía. Sobre cómo fue ese camino, cuenta: «Desde muy chica decidí, porque así lo sentía, que quería desarrollarme en este camino.
Este es el camino que elegí y que sigo eligiendo y aún, cuando se pone difícil, soy muy feliz.
Y soy muy agradecida de todo lo que vivo».
Nancy Anka y su sueño de trabajar en España
Nancy viene de hacer temporada en Córdoba y está preparando un show pero en su mente todavía le queda algo pendiente: irse a probar suerte a España.
«Ahora, estoy presentando un show musical que se llama `Intimo´. Son canciones que siempre tuve ganas de cantar. Canciones que canto desde mi adolescencia y hoy les di forma con una historia como hilo conductor. En lugar de hacer un unipersonal, cuento cantando. Esto es es un deseo personal que quise concretar con la música», revela a Revista GENTE.
Y suma: «Hacía muchos años que no me presentaba cantando, porque sentía que había perdido una dirección. Pero a medida que uno va creciendo, no hay más tiempo que perder para concretar los deseos. Así que, reconocí mi identidad musical como intérprete y armé un repertorio de canciones de rock nacional, folclore y temas míos. Y la Nancy actual siempre encuentra algo nuevo para desafiarse».
Sobre qué meta la queda pendiente, Nancy confiesa: «Mi sueño es tener la posibilidad de irme a trabajar afuera. Me gustaría mucho experimentar España. Y como meta, tengo el objetivo de viajar a España en algún momento. Tengo amigos viviendo allá, así que sería muy lindo, en principio, ir a conocer y visitar a mis afectos».
Fotos: Gentileza Nancy Anka.