La montañista quedó atrapada a más de 7.200 metros tras fracturarse la pierna durante su descenso. Ahora, un compañero de expedición la acusa de haber ocultado una lesión previa, generando un debate sobre ética y seguridad en el alpinismo extremo.
La alpinista rusa Natalia Nagovitsyna vuelve a estar en el centro de la atención internacional tras un dramático ascenso al Pico Pobeda, también conocido como Jengish Chokusu, donde quedó atrapada a más de 7.200 metros por una fractura de pierna durante su descenso. La montaña, famosa por sus condiciones extremas y la dificultad de rescates en altura, obligó a las autoridades a suspender la operación de salvamento, generando preocupación en la comunidad montañista y entre sus seguidores.
La situación se agravó con la muerte del montañista italiano Luca Sinigaglia, quien se encontraba cerca para asistirla y falleció debido a un edema cerebral durante el descenso. Natalia fue vista por última vez por un dron el 19 de agosto, pero los intentos posteriores de contacto no registraron señales claras de vida. Desde 1955, el Pico Pobeda es considerado prácticamente inaccesible para rescates, lo que explica la decisión de las autoridades de interrumpir la operación.
A la dramática historia de su rescate se sumó un giro inesperado: Alexander Ishchenko, compañero de expedición, acusó a Nagovitsyna de haber ocultado una lesión de pierna previa sufrida meses antes en la montaña Ala-Archa. Según Ishchenko, esta omisión habría puesto en riesgo a todo el equipo durante el ascenso y generado peligros innecesarios. Estas declaraciones provocaron un intenso debate sobre la ética y la responsabilidad en el montañismo extremo, destacando la importancia de la transparencia sobre condiciones físicas y lesiones antes y durante las expediciones.
La combinación del abandono en condiciones extremas y las acusaciones de engaño colocan a Natalia en el centro de un debate internacional sobre los límites del alpinismo y la seguridad de los equipos. Expertos señalan que cualquier expedición de alto riesgo requiere preparación física, técnica y una comunicación abierta sobre el estado de salud de los participantes, ya que cualquier ocultamiento puede tener consecuencias fatales.
Mientras tanto, la comunidad del montañismo sigue expectante y este caso se convirtió en un recordatorio de los riesgos que implica conquistar las cumbres más extremas del planeta. La historia de Natalia Nagovitsyna ya no solo refleja el desafío de sobrevivir en condiciones extremas, sino también la necesidad de ética, responsabilidad y transparencia en el deporte de alto riesgo.