“Veamos si este barco aguanta, si aguanta el impacto”, dice un ingeniero de 39 años en lo que sería su último registro de vida. Minutos más tarde, el velero en el que navegaba volcó en la costa norte de Santa Catarina, Brasil, y murió.
David Reiser grabó un video selfie y lo compartió en sus historias de Instagram apenas instantes antes del accidente. En las imágenes se lo observa sonriente y tranquilo, disfrutando de la navegación en la zona de Navegantes. Aunque nada hacía prever lo que ocurriría, sus palabras quedaron como un premonitorio testimonio.
En la misma grabación, el ingeniero mostró cómo se comunicaba con sus compañeros a través de un walkie-talkie, el mismo dispositivo con el que pidió ayuda a los miembros de la Asociación Náutica de Itajaí (ANI) cuando la embarcación quedó «patas para arriba».
De acuerdo con el Cuerpo de Bomberos de Santa Catarina, la llamada de auxilio se produjo alrededor de las seis de la tarde del sábado 6 de septiembre. Sus amigos iniciaron de inmediato un operativo de búsqueda, al que se sumaron equipos especializados en rescate marítimo.
Las tareas de rastreo se extendieron durante horas. Finalmente, cerca de las 21, el cuerpo de Reiser fue hallado en la bahía de São Miguel, a unos 100 metros del lugar donde apareció su velero.

«Tenía un corazón gigante, su energía e irreverencia, su voluntad de ayudar siempre»
La ANI, entidad en la que Reiser estudió y luego dio clases, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que lo despidió con palabras de reconocimiento y afecto.
“Su corazón gigante, su energía e irreverencia, su voluntad de ayudar siempre – todo esto lo han convertido en un ejemplo vivo de desinterés, solidaridad y hermandad”, expresaron.
El comunicado también destacó su rol familiar y social: “Más que eso: fue un súper padre, súper marido, presente y multitalentoso amigo. Gracias, David. Serás recordado por siempre en nuestra historia y te echaremos mucho de menos”. La publicación fue acompañada por fotografías de Reiser en actividades de navegación y construcción naval.
Una vida marcada por el mar
Tal como había compartido en sus propias redes sociales, Reiser era un marinero experimentado. Navegaba con frecuencia e incluso había trabajado como socorrista. Su pasión por el mar estaba íntimamente ligada a su vida profesional y personal.
En la ANI ejercía como instructor voluntario, ayudando a formar a nuevos navegantes y aportando su experiencia en el mantenimiento de embarcaciones. Su figura era muy valorada por quienes aprendieron a su lado.
Como ingeniero y artesano, Reiser no solo navegaba, también construía veleros. En sus últimos días estaba inmerso en un proyecto junto a otros navegantes: levantar una embarcación que planeaban terminar antes de fin de año.

Por coincidencia —o tal vez no— su vida terminó en el mar, el lugar que más amaba. Sus seres queridos lo velaron en la tarde del domingo 7 de septiembre en la Capilla Morgue del Ángelus, en el barrio Fazenda, en Itajaí, mientras que el entierro tuvo lugar este lunes 8 en el mismo municipio.