El experto de Stanford explica cómo hábitos simples pueden ayudar a equilibrar esta hormona esencial para el bienestar físico y mental.

Foto: Freepik.
Redacción El País
En los últimos años, el cortisol —conocido popularmente como “la hormona del estrés”— se volvió un término habitual cuando hablamos de agotamiento, descanso, sueño o incluso longevidad.
Aunque es clave para la supervivencia, cuando se mantiene elevado por demasiado tiempo puede impactar negativamente el metabolismo, el sistema inmune y el estado emocional.
Pero, ¿se puede hacer algo para regularlo de forma natural? La respuesta parece estar en ciertos hábitos cotidianos, según explicó el neurocientífico Andrew Huberman, profesor de la Universidad de Stanford, en un episodio reciente de su podcast Huberman Lab.
“El control del ritmo del cortisol es uno de los factores más poderosos para la salud y el bienestar”, asegura Huberman. Y aunque se trata de una hormona compleja, los ajustes necesarios para mantenerla en equilibrio no son tan complicados: se trata, en buena parte, de mejorar el sueño.

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Dormir mal o con tensión muscular —por ejemplo, en posiciones encorvadas o con la mandíbula apretada— puede alterar el descanso profundo y favorecer una mayor producción de cortisol durante la noche. Esto, a su vez, genera microdespertares, fatiga al levantarse y sensación de inquietud, aunque se haya dormido varias horas.
Entre las prácticas que ayudan a equilibrar el cortisol están:
– Tomar luz solar natural a primera hora del día
– Hidratarse apenas uno se levanta
– Hacer algo de actividad física en la mañana (caminar, trotar, andar en bicicleta)
– Posponer el café al menos media hora después de despertar
– Incluir alimentos como toronja en el desayuno
– Y antes de dormir, evitar pantallas durante las dos horas previas, no consumir cafeína y practicar técnicas de relajación
Además, Huberman señala que prestar atención a cómo dormimos también puede ser revelador: posturas muy encogidas, el bruxismo o dormir boca abajo con el cuello tensionado son señales de un sistema nervioso en alerta.
Por supuesto, si hay dudas, siempre es posible medir el nivel de cortisol en sangre, especialmente por la mañana y en ayunas. Pero muchas veces, el cuerpo ya da pistas claras de que algo no está del todo bien.
Con pequeños cambios en la rutina, es posible volver a un ritmo más saludable. Dormir mejor, moverse más y cuidar el inicio y el cierre del día pueden marcar la diferencia.
En base a El Tiempo/GDA
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