Nicki Nicole logró derribar el lugar común que dicta que nadie es profeta en su tierra. No será lanzar augurios lo suyo, pero la cantante batió toda expectativa al congregar más de 250 mil personas en un recital que la tuvo como figura estelar y que significó el regreso de la hija pródiga a su ciudad natal, Rosario.
La excusa no era menor: tras lograr dimensiones internacionales en su carrera -y en su estrellato con un noviazgo de alto perfil con el futbolista del momento Lamine Yamal-, la artista fue la elegida para cerrar un festival gratuito organizado por la Municipalidad de Rosario y auspiciado por la gobernación de Santa Fe por el trigésimo aniversario de la ciudad.
Nacida y criada rosarina, con solo 25 años, la carrera de Nicki Nicole la llevó al mundo y fue un aniversario la excusa para el retorno y para «la mejor noche» de su vida, según dijo al finalizar un recital que tuvo su sello de sensualidad y cercanía.
Ni la cantidad de niños que acamparon desde las 3 de la madrugada previa para esperar con sus padres el show de la noche de este martes hizo pensar el aluvión de jóvenes sub15 que llevaría al Monumento a la Bandera a ser testigo de otro hito, esta vez, de popularidad.

Tal fue así que el cielo ya oscuro de Rosario se iluminó cuando Nicki Nicole pidió acompañar tal vez su canción más emblemática, Plegarias, con la luz de los celulares al aire. Desde el borde del escenario se volvió a ver el río Paraná, como si fuera de día.
Nicki Nicole se vistió de gala y montó un show a la altura. Y brilló, tanto en escena -con un manejo coreografiado de sus gestos a cámaras que se vieron en pantallas gigantes, cada de uno de ellos aclamado. como en presencia, con sendos vestidos blancos y negros para el infarto de retina.
La cantante fue acompañada por la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, bajo la batuta del maestro Nicolás Sorín que se prestó al show con elegancia y le dio una pátina de acontecimiento cultural al recital que ganó con él y sus adaptaciones el dramatismo ideal para la jornada aniversaria que ya había tenido un preludio de lujo con Juan Carlos Baglietto en escena- acompañado por Lito Vitale- y una serie de artistas locales que hicieron covers de otro artista de la cuna: Fito Páez.
Nicki Nicole no perdió su punch con hits reclamados como Mamachula, pero con el aporte orquestal se permitió momentos más poéticos e íntimos. E incluso un guiño homenaje a tono con la celebración, con reinterpretaciones de canciones de Los Palmeras y la cumbia santafesina.
Los zooms al bello rostro de la artista, a pantalla gigante, dejaron ver cómo le llegaba la emoción y una lágrima enorme cayó por sus mejillas. Nicole se reivindica rosarina y argentina por el mundo y este recibimiento en casa fue un gusto de partida doble. Para ella y para su público. La artista donó su caché para participar del recital aniversario de la ciudad.

Pero la puesta en escena de calidad y la tesitura de ópera que le dio la versión sinfónica no hizo mella en otro fuerte de la talentosa joven de hits for export. La simpleza de sus palabras y sus recuerdos de origen sincronizaron con sus gestos con sus fans más antiguos. Nicki Nicole leyó sus carteles y les dedicó palabras de agradecimiento como aquel que se sabe consagrado.
En una interacción con la audiencia, le acercaron una réplica de una Copa del Mundo que prometió devolver aunque era un regalo. Y, generosa, elogió a otro coterráneo, Lionel Messi, que en la previa del show había aportado un video con su saludo a Rosario por sus 300 años, como otras figuras de la cantera como Ángel Di María.
El de Nicole no fue un recital más para ella; tuvo en un lugar especial de su audiencia a su mamá, familia y amigas de la infancia. Hubo también celebridades, influencers y hasta el gobernador Maximiliano Pullaro entre las presencias.

La cantante puso marco al abrir con una proclama sobre su orgullo de ser de Rosario y clima con Wapo Traketero, Colocao y Perdido, en un arranque a puro ritmo que fue, en unos cincuenta minutos veloces de buena puesta, cambiando hacia sentimientos más profundos. Dejó para el cierre Parte de mí. Una dedicatoria al lugar que la vio nacer y que le regaló a su vuelta una masividad que poquísimos en la ciudad tres veces centenaria podrían igualar. Nicki Nicole, en Rosario, plantó bandera.
DS