«Algo increíble viene pasando con Rocky por estos tiempos…”, puntualiza Nicolás Diego Vázquez (48), consciente de un dato nada menor: hace exactamente medio siglo se estaba por filmar la película que acaba de inspirar su regreso teatral.
Entonces avanza con su explicación: “Ahora hay como un fuerte revival con la figura de Silvester Stallone. Empezamos a verlo híper presente en muchos lados. Estaba medio desaparecido y de pronto surgió su documental (Sly, por Nertflix), su reality (The Family Stallone,por Paramount+), o cuando visitó al papa Francisco… Quizá son tiempos de identificación con su figura. La gente encuentra en Rocky al tipo que con ideales, trabajo, fuerza, y aún cayéndose, logra levantarse. Lo llevo a lo de Leo Messi», continúa.

-¡¿Leo Messi?!
-Mirá qué sucedió con él: siendo el mejor futbolista de la historia, destacándose siempre, caía una y otra vez cuando no se le daban los títulos con el Seleccionado argentino, y sin embargo también se levantaba una y otra vez, hasta que se le dio”, ensaya una válida comparación.
-… La identificación con un personaje humilde y cercano.
-Exacto. El otro día, para explicarle el carácter que debía buscar en su personaje de Apolo, le sugerí a Merlyn Nouel: “Tenés que entrar empoderado. Vos sos ego, soberbia. Te la hago más fácil: si Messi es Rocky, Apolo es Cristiano Ronaldo». Hay una relación del deporte con la vida, de la vida con el deporte, que Stallone supo aprovechar desde el lugar de productor y director. Como cuando su entrenador le canta cosas que luego él le repite a su hijo en Rocky V: “Nadie pega más fuerte que la vida”.

-¿La identificación en las mujeres es igual que en los hombres? Para el caso, mi cuñada Valeria es fanática de Rocky desde siempre: tiene un portarretrato de él, imita su voz y el diálogo de cuando lleva a Adrian a patinar sobre hielo, e hizo que sus hijos Mirandita, Maximito y Milu conocieran al personaje. También que su marido Gabriel, apenas salieran a la venta los tickets de su obra, Nico, corriera a comprárselas como regalo para la tercera función, la del sábado 14. Ayer vio Rocky uno para prepararse y, como siempre, terminó lagrimeando… Rocky no es Brad Pitt ni Timothée Chalamet, pero produce en ellas algo especial. ¿Qué sentido le encuentran?
-(Carcajada) Para mí lo que genera es universal, no una cuestión de género. Las mujeres ven lo mismo, quizá empujadas por Adrian. Su figura resulta muy potente. Por eso después de dar a conocer mi foto como Rocky, automáticamente pedí que la segunda fuera con ella, ya que lo más importante que vamos a contar es la historia de amor, a ambos siendo uno. Una mujer introvertida, aunque con una fuerza impresionante que lo ve a él de una manera distinta. Y este hombre tosco al que todo le cuesta pero lo acompaña una fuerza impresionante, un corazón noble y genuino, la mira a ella como nunca nadie la miró. Esta clase de historia de resiliencia me parece universal, no una cuestión de género. Hay piezas que a lo mejor suelen definirse como “una obra más de mujeres” y otras que quizá parecen “más de hombres”, pero Rocky (la que presenta de martes a domingos en en el Teatro Lola Membrives) no es sólo una obra…

-¿No?
-Es un family-show. Para que vos la veas con tu pareja, con tu sobrino, con tu hijo, con tus amigos. Viene ocurriendo de cruzarme a grupos que me avisan: “Vamos todos”, «La saco par mi novia”, “Voy con mis hijos”. Eso es espectacular. Y cuando la vean, el boca en boca va a… Sé lo que venimos haciendo, y me da una gran satisfacción. Porque reunirá a la familia alrededor de una obra de teatro.
-¿Qué licencias se toma la puesta respecto a aquel filme que ganó el Oscar?
-En la versión teatral aprobada por Stallone aparecen instancias lindas e interesantes que no se cuentan en la cinta. Hasta más románticas respecto a la relación de Adrian y Rocky. Acá te enterás cómo se conocieron de chiquitos antes de cruzarse en el pet shop. Acá Gloria, la mejor amiga de Adrian, personificada por Georgina Tirotta, es una mujer empoderada, feminista: «Dale, Adrian, vos sos muy linda. ¡Animate, salí con Rocky!». De los 119 minutos de película no falta nada, pero surgen unos extras increíbles.
«ROCKY V NO SÉ SI APRUEBA CON 4…»

A propósito de la película, el bonaerense jura que no recuerda cuándo llegó a sus ojos aquel filme: «Creo que al estrenarse en la televisión argentina. Sería en los Ochenta y pico. Me veo tipo con doce años. Si no fue en tele, en un VHS. A mí siempre me gustó mucho el deporte, lo que tiene que ver con lo físico, como también me gustaban las historias de superhéroes, y a Rocky apenas descubrirlo lo vi como deportista pero también como un superhéroe muy humano, sin capa. Aunque por momentos es antihéroe«.
-Cuenta qué pasó por su alma y su mente, pero ¿qué por el cuerpo de aquel pibe que quedó hipnotizado frente a la película? ¿Salía a la calle a pelear como «el semental italiano”?
-Siempre fui muy defensor de las injusticias. En el colegio no era el mejor estudiante, sino el mejor compañero. Si sucedía algo, yo trataba de defender alguna causa. Me ha pasado. Hoy, con el diario del lunes, pienso: “No había que llegar a eso”. Pero llegaba. Sin embargo, en general, yo me relacionaba más con lo de correr rápido, buscar el triunfo, tratar de ganar la carrera. La música de Rocky siempre la asocié a intentarlo. Cuando faltaban cinco minutos para que arrancaran mis espectáculos siempre ponía su música legendaria, para avisarle al público que se preparara. ¿Qué tenía que ver, si iba a ver una comedia? Se trataba de un incentivo, como un empujón.

-A propósito aquella primera película, estrenada en Argentina el 23 de junio de 1977, once días antes…
-Lo sabía, lo sabía, lo sabía. Lo tengo bien claro. Me lo comentaron hace varios años, por mi fanatismo, sin saber que alguna vez iba a encarnarlo. Es increíble que hayamos visto la luz el mismo año, yo el 12 de junio. Decía “¡Mirá qué causalidad!” Quizá a partir de ahí hubo algo energético que me empujó a que ahora me pase algo así de mágico con un personaje que conocí varios años después. ¿Qué querías preguntar?
-Justamente, ¿qué puntaje le daría a la primera Rocky (1976) y cuánto al resto?
-Lindo desafío.
-¿A la uno?
-Un 10.
-¿A Rocky II (1979)?
-9.
-¿Rocky III (1982)?
-7.
-¿Rocky IV (1985)?
-Un 9.
-¿A Rocky V (1990)?
-No sé si aprueba con 4. Rocky V me lastima tanto que si Stallone no hubiera sacado Rocky Balboa (2006), hubiese sido un dolor. Que quiero decirte, Rocky Balboa para mí vuelve a ser un 10.

-¿Por qué?
-La mandé a todo el equipo creativo para que la vea porque ahí Stallone repite lo de la primera, pero masterizado, con cámaras modernas recreando la fotografía de la uno. Como cuenta con un presupuesto mayor, podemos ver todo lo que él hizo en la uno con la nada. ¿Sabías que en Rocky debutó el steadicam? Sí, el director John Avildsen inventó algo para poder sostener la cámara al tiempo que se movía con ella. Imagínate el tipo de cabeza de Stallone, como para animarse a probar algo que no existía y poder darle imagen a la corrida, la subida a la escalinata. Y en la seis vuelve a esos orígenes. Por otro lado, a mí lo que me duele en el alma de la seis -y entiendo que forma parte de lo que él busca y consigue- es que Adrian ya no se encuentra más en su vida. Eso me destroza. Imaginate lo importante que será ella para Rocky que, aun muriendo, Stallone la trae en el recuerdo, con flashbacks, visitando cada lugar que compartieron. Volví a ver hace poco Rocky Balboa para chequear una escena y la terminé entera. Hay cosas en la seis que ayudan a la obra y se lo hice saber a parte del equipo. Aparte…
-¿Aparte?
-Es muy difícil poner una película de Rocky y no terminarla (guiña el ojo).
Fotos: Gabriel Machado
Video: Candela Petech
Retoque de imágenes: Darío Alvarellos
Agradecemos a Vanesa Bafaro