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lunes, junio 30, 2025

«Ningún pibe con hambre»: Un festival con nombre de causa y corazón de pueblo.

La música volvió a convertirse en herramienta de lucha y solidaridad en la segunda edición del festival organizado para sostener comedores populares y visibilizar las infancias olvidadas.

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El encuentro: cultura, ternura y lucha

El sábado 29 de junio, el Complejo Art Media se llenó de música, militancia y comunidad. El evento, con entrada libre y gratuita para quienes aportan a la causa, convocó a miles de personas que se acercaron para disfrutar del arte y colaborar con una causa urgente.

Uno de los momentos más emotivos fue el discurso de Juan Grabois, quien resumió con crudeza y sensibilidad el motivo de la jornada:

“Hay un millón y medio de pibes y pibas que se van a dormir sin comer”, denunció. Y cerró con una arenga ovacionada: “La verdadera patria está en los niños y niñas de los barrios, en los pueblos originarios y en quienes están sufriendo la ausencia del Estado. Así que, compañeros, ¡vivan los pibes y viva la patria!”

Sus palabras fueron un llamado urgente a convertir la bronca en organización y la música en acción colectiva.

¿Por qué la importancia del festival?

La campaña “Ningún Pibe con Hambre” nació en 2024 como respuesta urgente al desabastecimiento de más de 1.000 comedores populares en todo el país. Desde entonces, su objetivo es claro: abastecer de alimentos y apoyo integral a espacios comunitarios que trabajan con infancias y familias en situación de vulnerabilidad.

El contexto es alarmante: 7 de cada 10 chicos en la Argentina viven bajo la línea de pobreza. Frente a esa cifra, el festival no es solo un evento cultural, sino una herramienta de visibilización, organización y financiamiento colectivo.

¿Cómo se sostiene la campaña?

La campaña se mantiene gracias a donaciones mensuales desde $2.000 que pueden hacerse en infanciasmte.ar, donde cada persona puede seguir en tiempo real a qué comedor llega su aporte. También se aceptan donaciones únicas y alimentos no perecederos en cada edición del festival.

Con una contribución menor al costo de un café por día, se garantiza el acceso a más de 12 platos de comida por mes, talleres, abrigo y contención para miles de chicos y chicas.

Las voces sobre el escenario

En el Festival «Ningún Pibe con Hambre, Ninguna Piba con Miedo», cada artista que subió al escenario dejó mucho más que música. En sus letras, se filtró la bronca, la esperanza y la resistencia. Willy Bronca, un artista emergente que ya se hace escuchar en la voz y los gritos de quienes luchan por visibilizar las injusticias, hizo vibrar al público con letras filosas y directas. Entre ellas, una línea que hoy resuena más fuerte que nunca: “Subió todo, pero todo, menos lo que ganás”, de su tema No Hay Plata.». Barbi Recanati lo sintetizó desde el escenario: “En tiempos donde cualquier gesto empático te lo tildan de dictador socialista, diversificar voces es clave para que la gente vuelva a alzar la suya”.

Mariu Serrano, con una mezcla de sensibilidad y filo, sorprendió con una de sus líneas más crudas y directas: “No lo voté, y va a ser mierda la Argentina. No lo voté, de león solo tiene el pelo”, tomada de No lo voté, una versión jingle y combativa del clásico No lo soñé de Patricio Rey.

Desde una estética más frontal y provocadora, Tobika alzó la voz sin filtros: “Esta canción es para los fachos que están arriba”, disparó antes de encender al público con su tema Los Fachos, dejando en claro que el escenario también es trinchera.

Alan Sutton, desde una mirada reflexiva y mordaz, también aportó con una estrofa cargada de denuncia, con letras como “Bienvenido a la era de la libre elección, donde todos eligen pero nadie elige nada”, un fragmento de su tema La era del Rivotril, que cuestiona el presente anestésico y la falsa ilusión de libertad.

Cuando le tocó el turno a Bersuit Vergarabat, la energía se volvió clásica y explosiva a la vez. Cerraron con “Se viene”, himno atemporal con la frase que resume toda una época: “Se viene el estallido, de mi guitarra, de tu gobierno también”

Cada frase fue más que una estrofa: fue parte del grito colectivo de un festival donde la cultura no solo entretuvo, sino que denunció, abrazó y propuso futuro.

¿En qué ayuda tu aporte mensual?

Compra de alimentos para más de 1 000 comedores y merenderos.
Talleres de apoyo escolar, arte y deporte para chicos y chicas.
Refuerzos invernales (ropa + viandas calientes) y kits de emergencia.
Transparencia en tiempo real: cada donante puede ver fotos y ubicación del comedor que recibe su ayuda.

Con menos del precio de un café por día se garantizan 12 platos de comida al mes y el sostén de las actividades que hacen de cada comedor un espacio de contención.

El Festival “Ningún Pibe con Hambre” demostró que el arte puede ser motor de solidaridad concreta. Entre pogo y mate cocido, la consigna sigue firme: que el hambre y el miedo no sean moneda corriente en los barrios populares.

Donar una vez al mes no es caridad: es ser parte de la rueda que convierte la música en comida y a la bronca en abrazo colectivo.

Fotos: Camila Martinez

Fotos: Camila Martinez

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

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