La agradecemos como una bendición -y lo es- si uno padece un problema serio que se logra mejorar. Pero la cirugía también puede significar un celo excesivo “si está de moda” o si las clínicas deben amortizar la maquinaria ultrasofisticada y robótica en la que se invirtió. La medicina tiene sus bemoles y uno, como paciente, con pocas armas -¿el sentido común?- debe tomar la decisión que a menudo no es negra o blanca. Y sumarle además un uso del lenguaje algo esfumado que presenta la realidad más bella de lo que es. Hace un tiempo tuve una pequeña operación con láser. Me dijeron que durante un par de días sentiría un escozor. No fue, pues, un escozor sino un dolor intensísimo que al tercer día menguó y todo bien. ¿Será mejor saberlo antes o enterarse después?
El desarrollo tecnológico ha generado opciones impensadas -por ejemplo el by pass, por ejemplo las cirugías oncológicas- pero también presenta nuevos desafíos para diferenciar una necesidad del deseo de tener siempre -en estructura, en esqueleto, no hablo de lo estético- un cuerpo que tenga 30 años cuando se ostentan 70. Hasta aquí, un dilema. Luego llega el otro: ¿cómo reaccionar si algo sale mal? Nunca me ha pasado pero intuyo que confluirían en mí dos sensaciones diferentes: por un lado, la bronca. Aunque no lleve a nada creo que sería extraño no sentirla, sí intentaría no ahogarme en ella. Luego, mirar hacia adelante, hacer lo posible, lo no posible y lo imposible para mejorar, si es factible, o adaptarse a la nueva vida, si no.
Ahí es cuando aflora la sabiduría (en caso de tener ese don). Quizás haya que barajar y dar de nuevo: todo resulte lento, cueste más, haya tareas que no se puedan realizar. Pero salvo casos muy extremos, siempre está la posibilidad de mejorar y de encontrarle una veta dinámica a situaciones que antes hubiéramos considerado grises. Importan todas las tareas de rehabilitación sin olvidar la psicológica: una persona deprimida va a sumirse en su postración, no saldrá del pozo. Otra que se alegre por el pequeño paso va a ir por otro nuevo, y así. Cuesta, pero hay luz.
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