
La producción de petróleo es fundamental para la economía global, ya que este recurso energético impulsa diversos sectores industriales y es esencial para el transporte y la generación de electricidad. Los países que extraen y comercializan petróleo, como Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos, obtienen ingresos significativos que contribuyen al desarrollo de infraestructura, programas sociales y fortalecimiento de sus economías nacionales. Por ejemplo, la petrolera estatal argentina YPF reportó un incremento del 15% en su EBITDA ajustado durante 2024, alcanzando los USD 4.654 millones, gracias a la recuperación de precios y mayores exportaciones.
Además, el petróleo es un activo geopolítico que influye en las relaciones internacionales y en la formación de bloques económicos. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por ejemplo, agrupa a naciones que controlan una porción significativa de las reservas y producción mundial, permitiéndoles tener un impacto notable en los precios y en la estabilidad del mercado energético.
Para enlistar los países de América Latina que más producen ‘oro negro’, utilizaremos la medida BBL/D/1K, la cual se refiere a la producción de petróleo crudo, donde:
- BBL: Abreviatura de “barrel”, que en español significa “barril”. Un barril es una unidad de volumen utilizada en la industria petrolera, equivalente a aproximadamente 159 litros.
- D: Denota “por día”, indicando que la producción se mide en términos diarios.
- 1K: Equivale a “mil”, es decir, 1K representa 1.000.

Así, te presentamos el top de la región según datos de Trading Economics, con Brasil a la cabeza:
- Brasil: 3.310 BBL/D/1K
- México: 1.790 BBL/D/1K
- Venezuela: 1.025 BBL/D/1K
- Colombia: 759 BBL/D/1K
- Argentina: 751 BBL/D/1K
- Ecuador: 474 BBL/D/1K
- Perú: 45 BBL/D/1K
- Cuba: 27 BBL/D/1K
- Bolivia: 20 BBL/D/1K
- Guatemala: 5,6 BBL/D/1K
Una de las razones clave por las que Brasil es el mayor productor de petróleo en Latinoamérica es el descubrimiento y explotación de vastas reservas en aguas profundas y ultraprofundas en su plataforma continental, especialmente en las cuencas de Campos y Santos. Estos yacimientos, como el megacampo de Tupi, han contribuido significativamente al aumento de la producción nacional.
Además, la empresa estatal Petrobras ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la industria petrolera brasileña. Fundada en 1953, Petrobras ha liderado la exploración y producción de petróleo en el país, adoptando tecnologías avanzadas para la extracción en aguas profundas. La compañía ha sido clave en la transformación de Brasil en un productor significativo de petróleo, con una producción que superó los 4 millones de barriles de petróleo equivalente por día a principios de 2020.

La industria del petróleo crudo en el Perú ha experimentado altibajos a lo largo de las décadas, influenciada por factores geológicos, económicos y tecnológicos. En el año 2022, el Perú produjo un promedio de 40.616 barriles diarios (bpd) de petróleo, una cifra que representaba una disminución del 67% en comparación con las reservas de petróleo del país en 2013. Este nivel de producción es significativamente inferior al consumo nacional, que supera los 250 mil bpd, lo que obliga al país a importar petróleo principalmente de Ecuador, Brasil y Trinidad y Tobago.
El territorio peruano cuenta con 18 cuencas sedimentarias, distribuidas entre ocho offshore (Tumbes-Progreso, Talara, Sechura, Salaverry, Trujillo, Lima, Pisco y Mollendo) y diez onshore (Lancones, Moquegua, Santiago, Bagua, Huallaga, Ene, Titicaca, Marañón, Ucayali y Madre de Dios). La gestión y explotación de estos recursos están a cargo de Perupetro, entidad estatal que administra los hidrocarburos en el país.
Históricamente, el Lote 8 ha sido una zona de interés, con operaciones de Petroperú (1971-1996) y Pluspetrol Norte (1996-2020). A partir de junio de 2023, PetroTal, una empresa de capital canadiense, asumió la operación de este lote. Es importante destacar que Pluspetrol dejó de operar en el lote en 2020 y ha sido objeto de controversias relacionadas con impactos ambientales y sociales en la región.

Una pieza clave de la infraestructura petrolera peruana es la Refinería de Talara, ubicada en el norte del país. Esta refinería, operada por Petroperú, ha sido objeto de procesos de modernización para aumentar su capacidad y mejorar la calidad de los combustibles producidos. La modernización busca reducir el contenido de azufre en los combustibles y aumentar la capacidad de procesamiento de petróleo crudo.
Venezuela, reconocida por poseer las mayores reservas de petróleo crudo del mundo, ha experimentado una disminución notable en su producción en las últimas décadas. En 2015, la producción diaria se situaba en aproximadamente 2,5 millones de barriles, pero para 2020 esta cifra se redujo a alrededor de 527 mil barriles diarios.
En 2024, las exportaciones de petróleo venezolano aumentaron un 10,5%, alcanzando un promedio de 772 mil barriles diarios. Este incremento se debió en parte a la utilización de licencias estadounidenses por parte de la empresa estatal PDVSA y sus socios, especialmente Chevron, lo que permitió la recuperación de deudas pendientes. China se mantuvo como el principal destino del crudo venezolano, seguida por Estados Unidos, cuyas importaciones aumentaron un 64%.

Sin embargo, en febrero de 2025, la administración del presidente Donald Trump revocó la licencia de Chevron para operar en Venezuela, citando el incumplimiento de condiciones electorales por parte del régimen de Nicolás Maduro. Esta decisión se espera que reduzca la producción diaria de petróleo del país, posiblemente llevándola por debajo de los 500 mil barriles diarios, afectando negativamente la economía nacional.
A pesar de las adversidades, la oposición venezolana ha propuesto una reforma energética que permitiría la participación de empresas extranjeras en el sector petrolero. Esta iniciativa busca atraer inversiones y aumentar la producción a más de 3 millones de barriles diarios. No obstante, el gobierno ha rechazado la propuesta, acusando a la oposición de comprometer la soberanía nacional.