Durante la menopausia, los niveles de estrógenos en el cuerpo de la mujer disminuyen de manera significativa, y este cambio hormonal tiene un impacto importante en el metabolismo y la salud cardiovascular. Los estrógenos, entre muchas funciones, ayudan a mantener la sensibilidad a la insulina y un perfil lipídico favorable. Al disminuir su concentración, el cuerpo tiende a volverse más resistente a la insulina, lo que significa que las células responden menos eficazmente a esta hormona, dificultando el control de los niveles de glucosa en sangre y aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
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