Es conocido el futuro inmediato de algunos /as habitantes del barrio La Gloria II: las máquinas, topadoras municipales, ingresarán a «la zanja» para transformarla en arroyo. Amparándose en la Constitución Nacional, el Ejecutivo municipal reafirma su determinación de sacar partes de viviendas populares o estructuras habitacionales completas si las mismas no están a quince metros (de cada lado) de un curso de agua.
Paulina y David Natividad son vecinos cercanas. Sus casas se conectan por el trabajo y ese sueño edificado durante una década. Recibieron la visita de un importante grupo de funcionarios, secretarios y concejales, quienes le notificaron que deben derrumbar sus casas, al mismo tiempo que se los notifica de una infracción que debe tramitar el Juzgado de Faltas del Dr. Barcala, quien abre el proceso y luego decide la medida tras garantizar la debida defensa del denunciado /a.
Es un modelo de actuación «acordar» individualmente con quienes «aceptan» perder parte o todo lo que tienen. El gobierno solicita un CBU, transfiere dinero y hasta reubica en terrenos del barrio 25 de Mayo, por supuesto que garantiza casillas de madera para esas familias que salen del barrio La Gloria II: