El gobierno provincial neuquino impulsa una licitación para mejorar el centro de esquí, pero la concesionaria actual intenta frenar el proceso con críticas tardías
Después de 38 años sin cambios, la provincia de Neuquén decidió abrir la concesión del cerro Chapelco a una licitación pública para atraer nuevas inversiones, mejorar la infraestructura y garantizar una oferta turística más amplia.
Con el sistema que heredó de las gestiones anteriores, el Estado provincial sostiene un contrato que, lejos de ser beneficioso, implica un alto costo para los neuquinos y funciona, en la práctica, como un subsidio a la empresa o, si se quiere, al esquiador.
La empresa Nieves del Chapelco S.A., actual concesionaria, paga un canon mensual de 50 mil dólares y, temerosa de la competencia, intentar sembrar incertidumbre de cara a la próxima temporada. No quiere cambios.
El hecho es que, desde 2023, se sabe que la concesión será sometida a una compulsa pública, lo que hace que esta súbita preocupación por el futuro del turismo suene más a una maniobra o intento de presión que a una verdadera defensa del destino.
La nueva licitación busca subir el canon y exigir inversiones en los medios de elevación, una deuda pendiente que afecta la experiencia de los visitantes. Sin embargo, la concesionaria parece más preocupada por sostener un esquema de negocios cómodo antes que por mejorar la infraestructura y potenciar el turismo.
El nuevo gobierno ha decidido no ceder a las presiones y borrar cualquier vestigio de los vicios de la vieja política. Los tiempos actuales demandan transparencia y competitividad, no contratos eternos y poco beneficiosos para la provincia.
El turismo en la Argentina está cambiando y San Martín de los Andes no puede quedar atrapado en un modelo desgastado.