“El abuelo que saltó por la ventana y se largó” es una novela del autor sueco contemporáneo Jonas Jonasson. El protagonista, Alan Karlsson, está por cumplir 100 años y en la residencia donde pasa sus días le preparan una fiesta. Pero él escapa poco antes y llega a la terminal de colectivos. Allí un joven le pide que le cuide una valija, sin embargo finalmente sube al bus con ella -luego se sabe que viene repleta de dinero- y empieza una cacería en la que participan narcos y policías.
El escritor francés David Foenkinos publicó “La vida feliz”, una novela con momentos difíciles pero esperanzadora. El protagonista es un hombre con un buen trabajo, de edad mediana con un hijo al que casi no ve. En un viaje por trabajo a Corea conoce una extraña costumbre: vivir vivo (nunca mejor la redundancia) su propio funeral. Se ofrece como una terapia para que uno se imagine en el final y se dé cuenta si necesita un cambio. Que sí, se puede lograr.
Por último, “La vegetariana” es la novela de la -ahora- muy conocida Premio Nobel de Literatura Han Kang. Cuenta la historia de una mujer coreana que decide dejar de comer carnes. Esta idea, en apariencia nada subversiva, hace que todo el entorno empiece a sentirse incómodo con el cambio. Una cosa lleva a la otra y el tema de la estabilidad y la locura entran en juego.