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jueves, julio 10, 2025

Olar polar, escasa nieve y un año que marcó un quiebre en Patagonia Norte

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«Se suele escuchar que no está lloviendo, que no está nevando, como si esto fuese una situación de sequía extrema. Pero es una percepción«. El meteorólogo Santiago Hurtado, becario posdoctoral de Conicet y doctor en Geofísica de Bariloche, se refirió a la situación de Patagonia Norte tras la ola polar, «un evento normal, de vez en cuando».

Imagen de En Bariloche, el Servicio Meteorológico Nacional anticipa un invierno más cálido de lo normal: «Se perdería prácticamente un mes entero de precipitación»

La temperatura mínima en Neuquén llegó a 10 grados bajo cero (la mínima histórica es de 12.8 grados bajo cero en 1961). En Bariloche, la temperatura mínima llegó a 14 bajo cero, con una mínima histórica de 25,4 grados bajo cero.

Los últimos dos años en la región, ejemplificó, fueron «muy nevadores» y llovedores. «Si comparamos los últimos 30 años de climatología, el mes de mayo estuvo algo por debajo de la media, pero no fue en extremo seco. Está dentro de lo normal para Bariloche; en el caso de El Bolsón estuvo por encima de la media y en Chapelco, en la media«, indicó a diario RÍO NEGRO.

Hurtado manifestó que este año podría ser seco, pero «hasta ahora, lo que pasó en mayo y junio marcan valores por debajo de la media, pero no en extremo seco. Todavía estamos en condiciones normales. Habría que ver cuánto precipita en julio y agosto para poder decir que este año hidrológico fue en extremo seco. O no«.

De todos modos, recalcó que se viven años más secos y se refirió a un cambio del régimen climático a partir de 2007 en Patagonia Norte, con menos precipitaciones y temperaturas más altas. Es decir, condiciones más secas. «Está precipitando un 20% menos y según el mes del año, la temperatura aumentó entre 0,7 y 1,5 grados. Es mucho. Esto se refleja en el caudal de los ríos de la región que mantenían ciertos valores y después del 2007 se desploman. Se detectan comportamientos distintos», puntualizó.

En este sentido, destacó que si se compara el año actual con los años previos al 2007 «tendríamos un año extremadamente seco; pero si lo vinculamos a los últimos años son condiciones normales, levemente secas».

Caudal de los ríos: un reflejo

Desde 2007, se observa una merma de los caudales de los ríos Neuquén y Chubut asociada a una reducción promedio de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas medias regionales. El río Chubut, según un trabajo elaborado por Hurtado para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Bariloche, «presentó una bajante del 27.8% en el caudal medio anual; mientras que el Neuquén registró una baja del 40,3%«. Este último pasó de tener un caudal medio diario de 315 mililitros cúbicos por segundo (para el período 1980 y 2006) a uno de 188 (2007 a 2022).

Este informe dio cuenta, además de la bajante de los ríos, de una caída de entre el 10 y 40% de la precipitación total anual, lo que produce «un menor ingreso de agua a la región«. La zona cercana a la Cordillera de los Andes resulta la más afectada por la disminución de las precipitaciones y la que más impacto tiene en los caudales de los ríos.

Por otro lado, señalaron, se observaron cambios en las temperaturas medias anuales en la región. Oscilaron en general entre 0,2 y 0,7 grados -aunque, en su gran mayoría, superaron los 0,5 grados-. «El calentamiento observado es menor sobre los Andes y mayor sobre la estepa patagónica«, plantearon.

Hurtado consideró que el caudal de los ríos es «una buena variable para estudiar la situación de la región». «El río se nutre de precipitaciones de lluvia y nieve en la cordillera. Pero también depende del consumo de agua y la evaporación. A mayores temperaturas, mayor evaporación y consumo. De hecho, las precipitaciones cayeron un 20% en los últimos años, pero el caudal del río Neuquén cayó un 40%«, comentó Hurtado que comenzó a estudiar el clima en Patagonia Norte en 2022.

«Hay lugares donde se observan tendencias en cuanto al clima. Un cambio gradual: más seco o más húmedo. En otros lugares, se observan cambios bruscos, un punto de quiebre. Eso ocurrió en Patagonia Norte en 2007, un cambio de régimen del clima. ¿Qué lo generó? Es algo que no está resuelto aún. Pero es importante considerar este cambio para adecuarse y adaptarse a la nueva realidad que estamos viviendo«, aportó.

Redacción

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