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lunes, octubre 13, 2025

OpenAI ha dado su primer paso hacia América Latina. Detrás hay una inversión de 25.000 millones en Argentina y muchas preguntas

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Casi para cualquier país de América Latina y del mundo, que una compañía como OpenAI anuncie una inversión multimillonaria suena a sueño dorado. No es solo la empresa más influyente del planeta en inteligencia artificial, sino también una de las que marca el ritmo en la industria. Su llegada promete puestos de trabajo, movimiento económico y visibilidad global. Pero, como ocurre con todo proyecto de gran escala, también arrastra dudas: el consumo energético, el uso de agua o la sostenibilidad de un centro de datos de cientos de megavatios no son asuntos menores. Argentina, al menos sobre el papel, ha sido la elegida para intentar ese salto.

El anuncio del Gobierno argentino se apoya, al menos de momento, en un único documento: una carta de intención firmada entre OpenAI y la empresa local Sur Energy. El texto, publicado el 10 de octubre de 2025, menciona una inversión de “hasta 25.000 millones de dólares” para un centro de datos de “hasta 500 megavatios”, bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). No se especifica la localización del proyecto ni se detallan plazos o fases de construcción, lo que lo mantiene en una etapa preliminar.

Reunion El presidente argentino se reunió en la Casa Rosada con representantes de OpenAI la semana pasada

Silencios que pesan. Hay detalles que llaman la atención. Un anuncio multimillonario, vinculado a la expansión de OpenAI en la región, y sin embargo ni su director ejecutivo ni la propia compañía lo han comunicado por sus canales oficiales. Que no lo hayan hecho no invalida el proyecto, pero sí marca una distancia con el entusiasmo institucional del lado argentino. En este tipo de operaciones, la comunicación suele ser parte del mensaje. Aquí, de momento, brilla por su ausencia, al menos del lado de la startup estadounidense en su página web y redes sociales.

El plan: fábricas de IA a escala. Stargate no es un proyecto aislado, sino el nombre que OpenAI utiliza para su programa global de infraestructura. Su objetivo es construir una red de centros de datos capaces de sostener modelos de inteligencia artificial de vanguardia, la tecnología que da vida a herramientas como los chatbots conversacionales o los generadores de imágenes. En el caso de OpenAI, esos modelos son los que se esconden detrás de productos como ChatGPT, basados en sistemas como GPT-4 o GPT-5. El plan comenzó a tomar forma hace meses, cuando la compañía anunció un ambicioso proyecto de infraestructura en Estados Unidos, ampliándolo más tarde a otros países.

Stargate1 Interior de Stargate 1, el primer centro de datos de gran escala desarrollado bajo el programa propio de OpenAI

Potencia, densidad, permisos. Los centros de datos para inteligencia artificial operan en otra liga. Concentran entrenamientos masivos en GPU con consumos de orden industrial y una densidad energética muy superior a la de un centro de datos convencional. Cada sala exige sistemas de refrigeración avanzados capaces de mantener la temperatura bajo control de forma constante. Y, aunque se requieren permisos y licencias como en cualquier instalación de este tipo, su escala y requisitos técnicos hacen que levantar uno de estos proyectos sea un proceso mucho más complejo y prolongado.

RIGI y financiación: promesa vs contrato. Como decimos, el proyecto se ampara en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, una herramienta creada por el Gobierno argentino para atraer capital extranjero mediante ventajas fiscales, aduaneras y cambiarias. En la práctica, el RIGI facilita las condiciones para que un proyecto de gran escala pueda financiarse, pero no garantiza que la inversión se concrete.

Patagonia suena fuerte, no es oficial. En el papel, no hay ninguna ubicación definida. El Gobierno argentino no ha mencionado a la Patagonia en su comunicado. Aun así, el nombre de la empresa local que figura en la carta de intención, Sur Energy, alimenta la idea de que el proyecto podría desarrollarse en el sur del país.

Altman Milei 2 El presidente de Argentina, Javier Milei, junto al CEO de OpenAI, Sam Altman, en mayo de 2024

Clima y diseño: aliados o lastre. Si la hipótesis del sur cobra fuerza, es también por una razón técnica: el clima juega a favor. Las zonas más frías permiten operar con menos energía de refrigeración y aprovechar el aire exterior, algo que reduce costes y emisiones. En paralelo, la disponibilidad de agua sigue siendo un factor decisivo. Los nuevos campus de inteligencia artificial, conscientes de ese riesgo, están adoptando sistemas de refrigeración que minimizan el uso de recursos hídricos. Tendremos que esperar para saber la opción elegida por OpenAI.

Cuando la red o el agua dicen no. La ubicación de un centro de datos no depende solo del clima o de los incentivos fiscales. Factores como la red eléctrica o la disponibilidad de agua pueden marcar el éxito o el fracaso de un proyecto. México, por ejemplo, es uno de los mayores polos tecnológicos de la región, pero incluso allí un centro de datos de Microsoft se topó con las limitaciones de la red nacional y tuvo que recurrir a generadores de gas. En Chile, Google vio bloqueado su plan por el uso excesivo de agua. Son recordatorios de que no basta con tener espacio: hace falta infraestructura.

De la exclusividad a la autonomía. Durante años, la infraestructura de OpenAI dependió casi por completo de Microsoft. En 2019, la compañía de Redmond invirtió 1.000 millones de dólares y se convirtió en su socio exclusivo para la nube. Con el tiempo, esa alianza creció hasta superar los 10.000 millones, consolidando a Azure como la plataforma donde se entrenaban y ejecutaban los modelos de la empresa. Sin embargo, OpenAI ha ido buscando mayor autonomía operativa. El programa Stargate responde precisamente a esa idea: tener sus propios recursos de cómputo y diversificar su dependencia tecnológica.

Del papel al hormigón. Por ahora, todo depende de los próximos pasos. Para que la iniciativa avance, será necesario un contrato definitivo entre OpenAI y Sur Energy, la presentación de los estudios ambientales y las licencias de interconexión eléctrica. También habrá que definir el esquema de financiación y los acuerdos de energía a largo plazo. Solo con esas piezas en marcha podrá hablarse de una obra real. Hasta entonces, Stargate Argentina seguirá siendo un anuncio en fase de intención, pendiente de pasar del papel al hormigón.

Imágenes | Xataka con Gemini 2.5 | Gobierno de Argentina | Javier Milei (X) | Sam Altman (X)

En Xataka | Hay una nueva fiebre del oro de la tecnología en España. Y se llama centros de datos

Redacción

Fuente: Leer artículo original

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