Este martes, pescadores deportivos que navegaban frente al complejo Tierra Santa, en la Costanera Norte de la Ciudad de Buenos Aires, alertaron a las autoridades tras encontrar el cuerpo sin vida de una ballena flotando en las aguas del Río de la Plata. Se trata del segundo hallazgo de este tipo en menos de una semana, lo que encendió las alarmas entre especialistas y organizaciones ambientales.
El ejemplar, de unos seis metros de largo, sería una ballena sei (Balaenoptera borealis), una especie protegida y poco habitual en la región. Tras el aviso, se hizo presente personal de Prefectura Naval Argentina, Defensa Civil y la Patrulla Ecológica de Vicente López, quienes montaron un operativo para acordonar la zona y evitar el acercamiento de curiosos.
“Es un hecho totalmente inusual. Aún no podemos confirmar las causas de la muerte, pero estamos tomando muestras para realizar los estudios correspondientes”, informaron desde la Fundación Cethus, una de las organizaciones que colabora en el análisis del animal.
El hallazgo ocurre apenas días después de que otro cetáceo, una ballena jorobada juvenil, fuera encontrado muerto y varado en la costa de Vicente López. Ambos casos se encuentran bajo investigación, aunque las primeras hipótesis apuntan a desorientación durante la migración, enfermedades o cambios en el ecosistema provocados por la contaminación y la actividad humana.
Desde el Ministerio de Ambiente manifestaron su preocupación por esta repetición de casos en tan poco tiempo. “Necesitamos investigar a fondo qué está pasando en el estuario del Plata. Que estos animales terminen varados en una zona que no es su hábitat natural es una señal que no podemos ignorar”, señalaron fuentes oficiales.
Especialistas advirtieron que este tipo de eventos podría repetirse si no se monitorea con mayor precisión la salud del ecosistema marino-costero. Asimismo, pidieron a la población no acercarse a los restos, tanto por razones sanitarias como para preservar la posibilidad de obtener muestras útiles para los estudios científicos.
Las autoridades trabajan para determinar cómo se retirará el cuerpo del animal, mientras continúa la recolección de datos para esclarecer las causas de este nuevo episodio que evidencia la fragilidad de la fauna marina en tiempos de crisis climática.