El histórico recital de despedida de Ozzy Osbourne y Black Sabbath se convirtió en el show a beneficio que más dinero recaudó en la historia, según confirmó el director musical del evento, Tom Morello, guitarrista y cantante de bandas como Rage Against the Machine y Audioslave.
En un primer posteo en sus redes sociales, publicó que habían superado los 140 millones de dólares, luego dijo 190 millones y finalmente redondeó «más de 200 millones de dólares«. Como referencia, el célebre Live Aid de 1985 recaudó 100 millones para causas humanitarias en Africa.

Morello también escribió con orgullo que, «Recaudamos muchísimo dinero para una buena causa y muchísimos grandes músicos, bandas y fans de todo el mundo rindieron homenaje a los grandes de todos los tiempos».
Los fondos se distribuirán en forma equitativa entre el Hospital Infantil de Birmingham, el Hospicio Infantil Acorn y Cure Parkinson’s, una organización dedicada a encontrar una cura para la enfermedad que Ozzy padece desde 2019.

Además, cada una de estas organizaciones benéficas recaudó decenas de miles de libras en donaciones adicionales mediante el sorteo de entradas para el espectáculo, la subasta de obras de arte icónicas y fotografías de la banda donadas por Black Sabbath, más las contribuciones individuales de los fans que asistieron al concierto.
La despedida en Birmingham
Bajo el título Back to the Beginning, se realizó el 5 de julio un festival de heavy metal que desembocó en la despedida de Ozzy Osbourne y Black Sabbath, que tocó con su formación original: Tony Iommi, Bill Ward, Geezer Butler y Ozzy Osbourne, que cantó sentado en un gran trono con respaldo con forma de murciélago.

Hubo 40 mil personas en el estadio Villa Park y otras 5.8 millones de fans que siguieron todo por streaming en cualquier parte del mundo, en una versión pay-per-view que la banda lanzó cuando se agotaron las entradas. En Argentina, el costo era $ 17.800 pesos.
Actualmente, Osbourne tiene 76 años, Iommi 77, Butler 75 y Ward 77, razón más que suficiente para no prometer a los fans un recital completo sino un ambicioso festival de autocelebración y despedida, al estilo Ozzfest, con un desfile de músicos famosos tocando temas suyos como homenaje.
La maratón incluyó momentos antológicos como una versión de Breaking the Law, de Judas Priest, con Billy Corgan (Smashing Pumpkins) y Tom Morello. Luego se sumó el cantante Sammy Hagar (Van Halen) para hacer Flying High Again, un tema del ’81 de Ozzy como solista.

Otro momento cúlmine fue cuando subieron Ronnie Wood (Rolling Stones), Steven Tyler (Aerosmith), Travis Barker (Blink-182) y el productor Andrew Watt para hacer el hit Walk This Way. Además, Morello hizo junto a Nuno Bettencourt (Extreme) un tema en portugués en honor al futbolista Diogo Jota, y junto al baterista de Red Hot Chili Peppers, Chad Smith, hizo Whole lotta love de Led Zeppelin.
Guns N’Roses, por su parte, hizo temas de Black Sabbath y cerró con sus hits propios Welcome to the jungle y Paradise city. Metallica hizo desde su propio Master of puppets hasta Hole in the Sky y Johnny Blade, del octavo álbum de Sabbath, el último con la formación original. “Sin Black Sabbath no habría Metallica,” dijo James Hetfield. “Gracias muchachos por darnos un sentido en la vida», cerró.
También llegaron al escenario músicos de Limp Bizkit, Ghost, Soundgarden, Korn, Yungblud y Ugly Kid Joe. El actor Jason Momoa hizo de presentador y se tiró en el medio del mosh pit cuando tocó Pantera.

El final fue con Ozzy y un set solista donde hizo cinco canciones: I Don’t Know, Mr Crowley, Suicide Solution, Mama I’m Coming Home y Crazy Train. Veinte minutos después llegó la reunión y despedida de Black Sabbath, que tocó media hora. Abrió con War pigs y luego hizo N.I.B., Iron Man y el hit Paranoid.
«Esta fue la última canción de todas. El apoyo de ustedes nos permitió vivir una vida increíble. Muchas gracias desde lo más profundo de nuestros corazones,» se despidió el cantante justo antes que explotaran los fuegos artificiales que cerraron la larga jornada a todo rock.