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domingo, octubre 5, 2025

Palito Ortega y los 60 años de Revista GENTE: “Mi primera tapa”

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Aunque el Rey cayó rendido ante su princesa, nunca nadie jamás le escuchó decir que le pesó. A la distancia (ya transcurrieron casi sesenta años), conociendo sobre su generosidad pero sobre todo por la devoción que siempre tuvo por la mujer de su vida, probablemente resultó todo lo contrario: lo disfrutó.

Pero ubiquémonos en tiempos y espacio… De un lado, Ramón Bautista Ortega, tucumano, 24 años e indiscutido suceso nacional de la música, al comienzo de su apogeo. Del otro, Evangelina Yolanda Salazar, bonaerense, 19, prominente actriz de su generación (incluso -pocos meses luego- ganadora del Festival de San Sebastián). En medio de ambos: el amor. Tanto amor que -y he aquí al explicación a este peculiar comienzo-  GENTE y la Actualidad resolvió que la primera tapa no fuera de él, sino de ella (edición número 25), declarando: ”Yo soy la novia de Palito”.

Cuatro meses después llegaría Ortega a portada (con Salazar a su lado), para la edición 43.

Una inolvidable doble historia relacionada al amor y el compromiso mutuo que ahora contaremos de manera minuciosa.

LA PRIMERA TAPA DE PALITO (CON EVANGELINA): SESENTA AÑOS DESPUÉS, EL MISMO AMOR DE AYER

Evangelina Salazar y Palito Ortega
«Exclusivo: Despedida secreta de Palito Ortega», anunciaba el número 43 de GENTE y la Actualidad perteneciente al 19 de mayo de 1966, con la imagen del exitoso cantante y su novia, Evangelina Salazar.

La nota escrita por Julio Máximo Landivar y fotografiada por Antonio Legarreta se titulaba «Su último día en Buenos Aires», y explicaba desde el copete: «Palito Ortega aprovechó su último día en el país para despedirse de su gente amiga. Fue una laboriosa jornada. Un cronista y un fotógrafo de GENTE y la Actualidad lo siguieron minuto a minuto sin ser notados. Se trato de un seguimiento divertido y duro, de respiraciones contenidas. Sin otra luz que la natural».

A continuación, el dixit de aquella cobertura:

Evangelina Salazar y Palito Ortega Archivo
La apertura, desde una guarda periodística y fotográfica que GENTE con el tiempo convirtió en sello.

«Esa tarde caminábamos por la calle Corrientes el fotógrafo Legarreta -que llevaba colgada del cuello una máquina fotográfica Nikon y un pequeño teleobjetivo- y yo. De pronto, a mitad de cuadra, entre Esmeralda y Suipacha, lo vimos a Palito Ortega entrar en el 848. Nos miramos e intuimos la nota. ‘¿Qué te parece?’ -le dije a Legarreta-. Es el último día del Rey en Buenos Aires. Sigámoslo sin que se dé cuenta, y lo fotografiamos donde vaya.

Evangelina Salazar y Palito Ortega
En la segunda doble pueden verse a Palito y Evangelina en la casa de Riky Camacho, abrazándose y jugando con el bebé del productor. Es noche Salazar probó la «palta». Le encantó.

Eran las 15.30 del jueves 12, es decir 24 horas antes de su partida para Londres. Cuando nosotros entramos en el edificio, él ya había subido. Tomamos el ascensor que acababa de bajar y al llegar al piso 13 oímos a alguien que gritaba desde lejos: ‘Che, Oscar, préstame tus llaves, que olvidé las mías en casa’. Era Palito, parado frente a la oficina 1305. Sanders, su secretario, llegó con las llaves, y desde atrás de una pared Legarreta apretó el obturador y lo «pescó» en el mismo momento en que el cantor luchaba con un manojo de 20 llaves.

Nosotros optamos por bajar. No era inteligente exponernos a que nos descubrieran. En la calle esperamos largas horas metidos dentro de nuestro automóvil estacionado enfrente.

Evangelina Salazar y Palito Ortega
Caminaron por frente a la cancha de River. De pronto Evangelina lo arrastró de un brazo y entraron en Pipo’s. Ella con su aspecto de colegiala y él con un gabán de gamuza oscuro. «Es la última noche; aprovechémosla para divertirnos», le dijo Evangelina. Después de haber firmado varios autógrafos, Palito la invita a bailar.

A las 18.15 salió y lo seguimos -continuaba la crónica-. Llegó al estudio de ION Grabaciones, donde debía dejar listas las dos últimas canciones que llevaría a Londres. Ensayó por mucho tiempo. A las 20.18 entró Evangelina Salazar. Desde atrás de un biombo, casi rozado por los músicos, Legarreta, agazapado, obturaba sólo una vez por nota. El click de la Nikon sonaba demasiado fuerte.

A las 22.9 salieron acompañados del señor Camacho, director RCA Victor, a cuya casa iban a comer. Tomaron un remise. Nos pusimos detrás de ellos. Frente a la cancha de River, al rebotar contra un bache, perdimos la taza de la rueda izquierda trasera. No pudimos parar y recuperarla. El auto de adelante se nos iba. A las 22.52 llegaron al Nº 1677 de Gaspar Campos, en Vicente López, la casa de Camacho. Saltamos una tapia y a través de la ventana del comedor, que daba sobre el jardín, tomamos fotografías de lo que ocurría en el interior.

A las 23.30 se sentaron a la mesa; a las 0.50 se retiraron. Estuvieron en Pipo’s, la boîte de Néstor Rossi, y bailaron. A las 3.40 se despidieron frente a la casa de Evangelina: Palito había pasado su última noche en Buenos Aires» -cerraba la nota de aquella primera tapa de Palito -compartida con Evangelina- en GENTE.

LA PRIMERA TAPA SOBRE PALITO (SIN PALITO): CUANDO LA PRINCESA SE LE ADELANTÓ AL REY

GENTE y la Actualidad, año 1, número 25, del 13 de enero de 1966.

La bajada, en este caso (para le edición 25 de GENTE), anunciaba con bombos, guitarras y platillos una primicia nacional: «Se conocieron en el mes de septiembre pasado. Ella casi no sabía nada de él, no le interesaba. En la misma filmación de Mi primera novia comenzaron a jugar al marido y mujer. Ahora son novios, pero no están comprometidos, y en 1967 se casarán. Evangelina casi no quiere hablar del noviazgo (‘la promoción y publicidad le quita la autenticidad que tiene’), pero cuando comienza a hablar de Palito Ortega -admite- ‘estaría días enteros'».

Acto seguido, desde Mar del Plata, primero con el Hotel Provincial de fondo, y luego desde una carpa que cobijaba a Evangelina, el periodista y el fotógrafo de GENTE (no se consignan quiénes eran ellos), iniciaban una inolvidable nota comenzaba, que avanzaba, de manera literal, de la siguiente manera:

Evangelina Salazar y Palito Ortega
«19 años, nacida en Caballito, vive en Paternal, ojos celestes y presencia aniñada. Asi es E. S.», sentenciaba el epígrafe.

«‘Lo nuestro es demasiado auténtico, es verdadero. Es un amor tan hermoso y tan grande que cualquier intento de promoción lo perjudica… lo vulgariza’.

Evangelina Salazar reitera sus afirmaciones con un mohín como de fastidio: ‘No quiero reportaje: las cosas del corazón no se promocionan‘.

Pero el reportaje se hace. GENTE y la Actualidad está en Bolívar 1247, Mar del Plata, el domingo a las 11:30. Es la casa de Evangelina. Ella llega a nuestro encuentro manteniendo su prevención:

-Soy la novia de Palito, pero la gente puede creer que todo es publicidad. Es bueno que ustedes sepan que todo esto es profundo y verdadero. A mí me da miedo que se conozca. Recién acabo de hablar con él a Buenos Aires. Y me autorizó a anunciarlo.

Evangelina puso en marcha su Renault. La acompañamos. Cuadras y cuadras a escasa velocidad; siempre en segunda. Al llegar a la Bristol bajamos. La gente la reconoce. No tanto por la novia de Palito Ortega ni por Evangelina Salazar sino por Betina. Sí, Betina, la de la famosa telenovela El amor tiene cara de mujer. Niñas y mujeres dialogan con ella. ‘Usted sale igual por la televisión’. ‘Mirá, mamá, personalmente es más joven todavÍa’. Evangelina pregunta amablemente a unas y a otras (‘¿así que son de Mendoza?; ¿les gusta Mar del Plata?’). Mientras tanto nuestro fotógrafo trabaja. Ella aclara: ‘Saque todas las fotos que quiera; esta vez Palito me autorizó’.

Evangelina Salazar y Palito Ortega
Menciona el texto que ilustra a la foto marplatense: «Bajo una carpa hablando del amor a 400 kilómetros. Evangelina Salazar se pone seria, piensa, pero siempre tiene la sonrisa en sus ojos».

Una imprevista lluvia nos obliga a continuar el diálogo bajo una сагра -avanzaba la cobertura.

-Yo nunca le había prestado atención a la nueva ola ni me interesaba Palito Ortega. Si lo escuchaba era por pura casualidad. Lo conocí en la filmación de Mi primera novia. Al principio ni hablamos. Sólo trabajábamos. Yo ya había tenido un novio: fue cuando trabajé en Las amorosas. Las revistas decían que era Norberto Suárez: pero estaban equivocadas. Norberto sólo era un compañero de trabajo. Ni novio era otro. Después llegó Palito. Casi no hablaba: era muy reservado y costaba llegar hasta él.

Evangelina quiere seguir hablando sin tener en cuenta nuestras interrupciones y preguntas. El tema le entusiasma. Máxime ahora que Palito le dio permiso para hablar. Ella lo hace, pero como liberándose de una vieja carga opresiva.

-¿Le molesta cuando creen que se está promocionando?

-Es lo que decía antes, pero ignoro a los que me hacen chistes. No me importa nada cuando estoy hablando de Palito o estoy con él.

-¿Qué diría en este momento?

-¡Que venga urgente!

El viernes 26 de septiembre, cuando Ortega fue distinguido por la Secretaría de Cultura de la Nación como Personalidad Emérita, en una emotiva ceremonia realizada en el Palacio Libertad. Bajo el título El esencial: Palito Ortega, Homenaje al Rey, desde la primera fila lo acompañaron sus amigos y su familia, con Evangelina a la cabeza. Hoy -a los 84 y 79 años, respectivamente- son padres de seis hijos: Julieta, Martín, Emanuel, Sebastián, Rosario y Luis.

-¿Cómo cree ser?

-Una chica común. Me gusta la vida organizada, la vida familiar, mis padres, mi hermano. Ellos me controlan todo. Tengo muchos amigos fuera del ambiente. Soy tímida, pero me estoy liberando. Y soy sensible al máximo y también triste, porque me tomo todo muy a pecho. No tengo problemas, me los creo.

-¿Y Palito?

-Es un chico simple, sin ninguna clase de mareos. Es el chico que siempre me gustó tener a mi lado… ¡Tiene tantas cosas lindas! Es observador, mira todo, se da cuenta de todo, pero habla poco y con exactitud. Tiene un valor extraordinariamente humano, condiciones innatas, tantas cosas lindas… y ahora no sé qué decir, pero me pasaría días enteros hablando de él.

-Antes dijo que lo desconocía casi, ¿y ahora?

-Lo admiro en todo, hasta como artista. Me paso las horas escuchando sus discos, leyendo sus poemas, que son auténticos, que son él, que son sus verdades, porque en el fondo Palo es un chico, pese a sus veinticuatro años.

-¿Es celosa con Palito?

-Usted sabe que no; es raro, ¿no? Pero es tanta la confianza que le tengo que le creo todo, y él me cuenta todo. Así que cómo le voy a desconfiar o celar.

Palito Ortega
Con casi 30 millones de discos vendidos y melodías que ya son patrimonio cultural, Palito se prepara para compartir con el público varias noches únicas del Muchacho que vas cantanto Tour: el 3 y 10 de octubre en en el Ópera (CABA); el 12 en Paraná (Entre Ríos), el 19 en el Quality (Córdoba), el 13 de noviembre en el Estadio Unión y Progreso (Tandil), el 15 en el Once Unidos (Mar del Plata), el 22 en el Teatro Provincial (Salta), el 29 en Río Cuarto (Córdoba) y 6 de diciembre en el Teatro San Carlos (Junín). ¿Repertorio? “Si no toco mis canciones de siempre, la gente se enoja”, bromeó el ídolo de varias generaciones mientras anunciaba su flamante gira .

-¿La conoce a Marta González? -comenzaba la cuenta regresiva de aquel inolvidable reportaje.

-Con Martita empezamos juntas. Ella me lleva un año, pero yo parezco mucho menor a su lado, ¿verdad? Siempre la quise mucho; de todas mis compañeras era mi gran amiga.

-¿Y ahora?

-Más que antes. Ella me dijo hace muy poco que se alegraba por Palito, y yo sé que es sincera, porque me conoce, porque fue y sigue siendo mi gran amiga.

-¿Se comprometieron?

-Se dijo que fue en Nochebuena, pero no, no me comprometí. Aunque el último 24 sí fue el más feliz de mi vida. Palo estuvo conmigo, estuvo con mi familia. La noche de los 24 de diciembre, pese a compartirla con mis padres, siempre me sentía solitaria. Pero esta noche no: fue completa.

-Y el casamiento, ¿para cuándo? -preguntaba GENTE para coronar la primicia.

-Hasta fines del ’66 nada, porque yo tengo contratos firmados que no puedo dejar. Pero no me costaría dejar lo artístico. Me gusta la vida de casa, de hogar, con muchos chicos, con Palito, porque a él tampoco le gusta que yo trabaje una vez que nos casemos. Quiere trabajar él solo y yo, que haga una película o algo muy importante cuando realmente lo sea… Se da cuenta cómo nos comprendemos. Si así fue toda mi vida junto a mis padres, si Dios quiere a partir de 1967 será junto a Palo.

Fotos: Archivo Atlántida
Búsqueda de imágenes, escaneo y arte: Gustavo Ramírez

Portada: Silvana Solano
Agradecemos a Jimena Arce (JA!)

Palito Ortega

Redacción

Fuente: Leer artículo original

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