La cantera de Libertad vuelve a encontrar otro proyecto de crack. Rodrigo Vera (Caazapá, Paraguay; 2007) fue la apuesta del club para el Clausura y ya responde a las expectativas. Con apenas 17 años, el juvenil se estrenó como goleador con la ‘Huerta’. Un tanto que certificó el acierto de Daniel Garnero a la hora de creer en él. Gustavo Alfaro, seleccionador nacional, toma nota para el futuro.
El ascenso de Vera ha sido meteórico. De jugar en el Sub-14 y Sub-15 a principios de año a debutar con el primer equipo el pasado mes de julio. Desde entonces, su proyección ha ido en ascenso. Saltando entre la reserva y los mayores, Vera se ha hecho un hueco como el revulsivo ideal de la ‘Huerta’. Misma generación que Lamine Yamal, Estêvão o Franco Mastantuono, ya se postula para asumir un rol más protagonista si Garnero lo ve necesario.
Delantero espigado, destaca por su juego aéreo, juego de espaldas y técnica con la pelota en los pies. Puede jugar tanto como un atacante dinámico, con buen cambio de ritmo al espacio, como de ancla para fijar delanteros. A pesar de aún ser menor de edad –cumple la mayoría el próximo mes de diciembre-, sobresale también por su físico privilegiado, sin miedo de ir al choque contra zagueros más experimentados.
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Los jóvenes vienen apretando fuerte en Paraguay. A las ya realidades de Julio Enciso y Diego Gómez se le podrá unir en el medio plazo las de Diego León o el propio Rodrigo Vera. Una generación que aspira a ser lo que es ahora Ecuador, una selección a tener en cuenta si los grandes fallan. Si bien todavía es pronto para creer en un debut en la mayor o incluso pensar en el Mundial 2026, la federación tiene en el de Caazapá. Su tiempo llegará. De momento, Libertad se frota las manos.
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