Una parisina ante ti es el título del show que la cantante francesa Nana ofrecerá el jueves 20 de febrero en el Bebop Club de Buenos Aires. Junto al pianista Mariano Sarra, esta artista performática va a abordar clásicos inoxidables de Sandro, algunos cantados en castellano y otros en francés.
El acento es inconfundible. Casi ni haría falta decir que Nana es parisina de pura cepa, nacida en el barrio de Montmartre. Menuda, simpática y con un leve dejo de tristeza en la mirada siempre sonriente, es como una versión new age de Edith Piaf, su referente. Ella dirá luego que vive escapando. Escapando de Paris hacia Buenos Aires. Escapando desde Buenos Aires hasta Paris. O tal vez en lugar de estar escapando esté buscando. Porque Nana además gusta de perseguir amores.
Myriam Henne-Adda (es su nombre verdadero) tiene una golondrina alojada en la garganta y alas en sus pies. Ha viajado por muchas ciudades del mundo, siempre cantando, a veces bailando y otras tantas simplemente intentando vivir. Al igual que la Piaf, no ha tenido una infancia muy feliz. Su madre es una alemana de carácter prusiano que siempre le opuso resistencia a su deseo de cantar. Y a su padre tunecino recién pudo conocerlo a los diez años de edad. Pero Nana sonríe.
«Mi mamá era profesora de alemán y, como era soltera y no tenía una persona que me cuidara, me dejaba con sus familiares cuando viajábamos a Alemania -cuenta-. Yo tenía tres años y era la extranjera, no entendía en qué idioma me hablaban, incluso una bisabuela se enojaba mucho conmigo porque yo no hablaba alemán. Pero mamá me dejaba siempre con música. Ponía música de Bach en uno de esos grabadores de cinta y se iba a hacer sus cosas».
-Así que podríamos decir que ése fue tu primer contacto con la música, ¿y luego?
-Mi madre y yo vivíamos en el Bajo Montmartre, era un barrio muy humilde, cerca del Mercado de Pulgas donde se juntaban los gitanos a tocar jazz francés. Ya en mi época de secundaria había una profesora de música en el barrio, Madame Thirion. Un personaje encantador que tenía un caniche y se vestía de rosa. Ella me inició en la ópera, a los doce años. Y cada año hacía un show ad honorem para el barrio y nos ponía a cantar.

-¿ Y cómo entra Edith Piaf en tu vida?
-Fue acá, en la Argentina. Dos productores peruanos me dijeron que había un lugar en Villa Devoto que iba a volver a abrirse y me propusieron hacer un homenaje a Piaf. Ahí me puse en campaña y salió “Nana canta a Piaf”.
El tango, siempre el tango
-¿Qué fue lo primero que conociste de la Argentina?
-El tango, claro. Yo bailaba tango por amor allá en Paris.
-¿Cómo es el “tango por amor”?
-Por amor, porque me enamoré de un chico que bailaba tango, un germano-iraní. Y me fascinó toda la onda del tango. Después me olvidé de él, porque fue como un amor imposible y me volví adicta al tango. Empecé a interesarme en la cultura argentina, incluso el cine argentino,. Y un día decidí viajar a la Argentina. Siempre a través de encuentros amorosos.

-Entiendo, el amor como agencia de viajes…
-Jajaja, es que conocí bastantes argentinos por amor, sobre todo uno de ellos que era un amor imposible. Esos son los amores que te hacen viajar. En el tango sentía algo que era muy de música clásica y a la vez algo muy hablado, con cantantes como de ópera. En Paris iba a las milongas que hay allá. También era la época del Gotan Project y el tango electrónico que nacía a full, a comienzos del 2000. Era un ritmo obsesivo para mi.
Cómo descubrió a Sandro
Creativa, curiosa, inquieta hasta el paroxismo, y con un espíritu infantil que no pretende ocultar, esta francesa está en Buenos Aires preparando un show muy peculiar: su homenaje a Sandro. ¿Pero por qué Sandro?, y ¿por qué Buenos Aires?. Mientras prepara un café frío con leche de almendras en la cocina de un caserón prestado, en el barrio de Parque Saavedra, y dispone algunas ciruelas sobre la mesa, piensa un poco antes de contestar:
«No conocía nada de él. Pero cuando murió Sandro, justo yo estaba acá en Buenos Aires. Y me sorprendió ver todo el cortejo, la reacción de la gente en las calles. Me hizo acordar lo que había sucedido en Francia cuando murió Edith Piaf, porque fue algo muy similar. Yo vivía cerca del Congreso y vi todas esas filas de gente con rosas. Ese fue mi primer contacto con Sandro, más no con su música aún. Luego Sandro desapareció de mi vida», recuerda.
-¿Pero después volvió?
-Si, y muy raro. Me llamaron para hacer de interprete entre un director francés de comerciales y el Puma Rodríguez. Era una publicidad de chicles que llevaba la canción Mi amigo el Puma. Y ahí aparece Sandro de nuevo. Pero la vez mas potente fue con la obra de Marina Otero, Fuck me.
Marina Otero es una importante directora, actriz y autora argentina que reside en Europa y ha tenido mucho éxito allí y en casi toda América con una trilogía teatral de su autoría: Love me, Fuck me y Kill me. Nana trabaja en ésta última como cantante, pianista y bailarina.

«En esa obra usamos la canción Porque yo te amo para cuando va entrando la gente a la sala. Ahí lo escuché y me impactó especialmente. Pero aún no decía “quiero cantar Sandro”. El encuentro fue a través de Piaf . Yo para mi show «Nana canta a Piaf» estaba buscaba el afiche que había hecho Edith Piaf cuando presentó a Atahualpa Yupanqui por primera vez en París».
-Si, el famoso “Edith Piaf cantará para todos ustedes y para Atahualpa Yupanqui”.
-Claro, y buscando en Internet encuentro una nota en Clarín muy audaz, porque casi nunca se habla del apoyo de Piaf a todos los artistas que apoyó. La firmaba Graciela Guiñazú. Así que le pedí a mi agente de prensa que la invitara a un show que di el año pasado en Jazz Voyeur y vino. Ella me dijo que debería cantar canciones de Sandro, porque ya en este 2025 Sandro cumpliría 80 años. Y me puse a escucharlo atentamente.

-¿Y qué te pasó?
-No podía dejar de escuchar su voz. Él estaba ahí, con una identidad muy fuerte, expresividad al máximo. Pero no sabia por dónde abordarlo y lo dejé. En setiembre pasado giramos con Kill me en Paris, haciendo toda la trilogía. Y yo estaba en la sala escuchando cinco noches seguidas todos los temas de Sandro. Así que cuando tuve una fecha para volver acá se me ocurrió hacer todo un repertorio suyo.
La rosa como símbolo
-¿Qué pensás que van a decir de esto Las Nenas, sus fans históricas?
-Espero que lo tomen como si ellas estuvieran cantándolas, por más que yo tenga este acento. Mi personaje Nana es como una niña que siempre busca que los demás vuelvan a ser niños. Así que espero que ellas también puedan sentir eso. ¿Sabés? Hay muchas cosas que unen a Sandro con lo que hago sobre Edith Piaf
-¿Por ejemplo?
-Yo en el «Nana canta a Piaf» pongo una rosa roja y eso lo une a Sandro. La rosa es todo un símbolo. El Principito, que leí que era un libro que le encantaba a Sandro. Las espinas, la vida, la juventud, la sangre. Además él cantaba llorando, como también hago yo. Miré muchas entrevistas, para ver en que me podía sentir identificada con él.
-¿Que canciones suyas te convocan más?
-Penumbras, Así, Lluvia de rosas, Noche de amantes. Luego encontré esa ligazón con Aznavour, porque para mí ellos dos tienen una súper conexión. Así que empecé a escuchar las canciones de Sandro como si fueran canciones francesas, la Chanson Francaise. Hay un fraseo muy similar. ¿Y sabés qué pienso?
-¿Qué?
-Que si él hubiera estado en Paris en la buena época de Edith Piaf seguramente ella lo hubiera tomado de amante y lo hubiera lanzado a la fama como hizo con otros artistas. Ah, y cuando escuché su canción Paris ante ti se me ocurrió el titulo del show: “Una parisina ante ti”.

La gacetilla de prensa de Nana dice que En 2008 fundó su banda NANAeNADA. En 2012, fue invitada del cantante franco-español Nilda Fernández en el Teatro Sha. En 2013 salió Volée, un primer álbum con su grupo seguido del EP La Vie en Bleu en 2017. Y desde entonces, la invitan a actuar por toda la Argentina con su Cabaret y sus dos tributos: «Nana canta Piaf» y «Lumière, un homenaje a Jeanne Moreau».
-¿Dónde nace Nana como personaje?
-Nana apareció acá en Buenos Aires. Nace por necesidad, por capricho. Ante todo porque Nana es la novela más conocida de (el escritor y dramaturgo parisino) Émile Zola. Yo veía una serie televisiva en Francia basada en el libro que me encantaba. Ella era una cabaretera, y a mí me fascinaba ese personaje.
-¿De dónde viene esa jaula que te ponés en la cabeza?
-No sé, apareció en mi vida hace tiempo. Me la dio un artista, un pintor. Y me la puse en la cabeza así de primera. Vino al mismo tiempo que Nana y empecé a usarla en los shows.
-¿Tiene algún significado?
-Es el pajarito que canta adentro de la jaula, pero es libre de salir. También pueden ser los pensamientos, porque yo vuelo mucho.
-Hablaste del tango, pero te interesa también el folclore. Estuviste haciendo algún show con Víctor Simón, de la familia de Los Hermanos Simón
-¡Es un gran maestro!. En mi show de Piaf quiero hacer un chamamé, una chacarera. Me interesa mucho la fusión y ya que estoy en la Argentina quiero encontrar los ritmos de acá. La World Music es muy importante en París y a mí me gusta mucho escucharla. Hay música hindú, africana, y eso permite el mestizaje. Toda esa mezcla de músicas es fundamental a la hora de crear.
-¿Te vas a quedar a vivir acá o vas a volver a Francia?
-No lo sé. Tengo un espíritu nómade, pero que se quiere quedar en la Argentina, Siempre me quiero escapar de acá pero no puedo, esta ciudad me atrapa. Tal vez lo mío es más como una búsqueda. La vida es movimiento, por mas que te quedes en un lugar estás en movimiento. Y Buenos Aires tiene esa magia de que siempre está todo en movimiento.