Bajo la noche estrellada de la estepa patagónica, un sigiloso movimiento entre los pastos dio inicio a un hito en la investigación de fauna silvestre. Tras cuatro años de intentos, el equipo del Parque Patagonia logró capturar a “Odisea”, la primera hembra de gato del pajonal en portar un collar GPS. Este avance marcó el comienzo de un registro sin precedentes para la especie, que incluye a otros cuatro ejemplares monitoreados.
Este felino, mediano y de pelaje denso, presenta tonos grisáceos y amarillentos en la Patagonia, con manchas que se difuminan en su entorno natural. Su cola corta y cuerpo ágil le permiten desplazarse con soltura por pastizales, estepas arbustivas y humedales, donde cumple un papel clave en el control de poblaciones de pequeños roedores.
La confirmación de su presencia en el área de conservación planteó nuevas preguntas sobre sus hábitos y territorios. Para responderlas, se incorporaron collares GPS que registran la ubicación de cada ejemplar cada tres horas. De esta forma, se traza un mapa detallado de sus recorridos y áreas de uso, algo nunca antes documentado en la región.
El proceso de captura fue arduo y requirió perfeccionar técnicas durante años. Odisea fue la pionera, y a partir de su caso se sumaron “Moflete”, “Diego”, “Baldo” y “Sphynx”. Las campañas se realizan durante uno o dos meses, en horarios nocturnos y crepusculares, cuando la especie es más activa.

Datos reveladores y un fuerte vínculo con el agua
Los primeros registros mostraron un patrón claro: los gatos del pajonal dependen de la presencia de agua incluso en medio de la estepa árida. Sus recorridos incluyen vertientes, mallines y humedales, además de áreas de arbustos y formaciones rocosas en mesetas y cañadones. En zonas abiertas, sus apariciones son menos frecuentes y suelen corresponder a desplazamientos entre refugios.
La concentración de presas, como los cuises, más sensibles a la falta de agua, podría explicar su afinidad por estos ecosistemas. El estudio también reveló su sorprendente capacidad de movimiento. Uno de los ejemplares monitoreados recorre más de 30 kilómetros entre los extremos de su territorio, superando ampliamente lo que se creía posible para esta especie.
Para ampliar la investigación, el equipo continúa localizando nuevos individuos mediante cámaras trampa y la identificación de rutas de paso. Este seguimiento busca optimizar las capturas y sumar datos que fortalezcan las estrategias de conservación.

La importancia del gato de pajonal para el ecosistema
El objetivo final es generar información de base que evidencie la importancia ecológica del gato del pajonal y oriente medidas para su protección. Comprender sus hábitos, su relación con el agua y sus áreas de desplazamiento es esencial para garantizar su supervivencia en un entorno cambiante y amenazado por la actividad humana.
En las noches frías del sur, el trabajo de campo sigue su curso. Cada nuevo registro es un paso hacia el conocimiento profundo de un felino que, hasta hace poco, era casi un fantasma de la estepa. Ahora, gracias a la ciencia y la persistencia, su historia comienza a escribirse con trazos claros y precisos.