Nacido en Egipto, llegó a la Argentina a los 16 años sin conocer el idioma y enfrentó grandes desafíos para adaptarse a su nueva vida. En diálogo con GENTE, Saif Yousef, el último eliminado de Gran Hermano (Telefe), recordó su frustración al no poder comunicarse en sus primeros meses en el país y cómo logró superarlo con esfuerzo y con muchísimas ganas de convertirse en un argentino más.
Aunque estudia odontología, admite que su verdadero interés está en una disciplina que requiere una importante inversión económica y por eso aún es un sueño pendiente. En esta entrevista, cuenta cómo fue su proceso de integración, qué lo llevó a entrar al reality y cuáles son sus planes a partir de ahora.
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Así son sus primeros días tras salir de Gran Hermano
—Si bien estuviste pocas semanas dentro de la casa, ¿cómo sentís el volver a tu hogar? ¿Te dan ganas?
—La verdad que tenía ganas de quedarme más en Gran Hermano porque fue muy poco tiempo. Tenía mucho más para dar y para mostrar, y dos semanas fueron muy poco. Pero bueno, es un juego y toca aceptar. Salí y me generó un gran shock.
—¿Qué es lo que te genera shock?
—No me imaginé salir de la casa y que me pidan fotos. Viví en Egipto hasta los 16 años y nunca imaginé que iba a estar acá. Y ahora, de repente, la gente me conoce, y es como que estoy en shock, no lo puedo creer.
—Y tus familiares, ¿qué te dijeron cuando decidiste ingresar a Gran Hermano?
—Mi mamá, al principio, no entendía bien qué era el programa. Le expliqué que era una convivencia en una casa con gente diferente, de distintos lugares y generaciones. Primero me dijo que mejor me enfocara en estudiar, pero le expliqué que era una experiencia única, y me terminó apoyando. Mi papá sí tenía más idea de qué era Gran Hermano, aunque no veía el programa. Me dio consejos, me dijo que tuviera cuidado con lo que hacía y decía, porque después hay una responsabilidad con lo que se muestra en la televisión.
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—¿Y esperabas esa respuesta de tu papá? Porque él es diplomático, tal vez uno piensa que es una persona más estricta.
—No, él ha viajado muchas veces y tiene la mente abierta. Siempre me apoyó en probar cosas nuevas. Me decía que hacer cosas distintas te abre muchas puertas.
Cómo fue su cambio de vida de Egipto a la Argentina
—A los 16 años te mudaste a este país, ¿qué sabías de Argentina?
—Sabía algunas cosas porque lo había estudiado en el colegio. Sabía lo básico: idioma español, Maradona, Messi, el Obelisco. Pero nunca había estudiado este idioma. En el colegio tenía la opción de elegir español, pero estudié francés y alemán en su lugar.
—¿Y llegaste acá sin saber una palabra de español?
—Nada, cero.
—¿Qué fue lo que te motivó a ir a la escuela en Argentina?
—Por la pandemia. Cuando vine, me quedaba un año para terminar el colegio en Egipto y mi plan era estar un mes en Argentina y volver. Pero con la pandemia no pude regresar y estaba sin hacer nada. Mi papá me dijo que fuera al colegio y fui. La primera semana fue frustrante porque no entendía nada por el idioma. Me gusta hablar, pero en clase pasaba 10 horas callado y fue muy difícil.
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—¿Cuánto tiempo tardaste en empezar a hablar bien español?
—A los cuatro meses ya podía charlar, a los nueve meses entendía casi todo y hablaba bastante bien. En un año ya estaba completamente adaptado.
—Eras un argentino más.
—Más o menos. Hablaba bien, y la gente me preguntaba cómo había aprendido tan rápido. Pero fue simplemente hablar, hablar y hablar.
—En cuanto a tu religión musulmana, ¿sentiste choques culturales en Argentina?
—No, acá todos respetan todas las religiones, igual que nosotros respetamos a todos. Nunca tuve problemas ni comentarios negativos.
—En algún momento, ¿te preocupaba que algo de eso pudiera interferir en tus relaciones o que alguien te hiciera algún comentario?
—No, para nada. Al contrario, mucha gente tenía curiosidad y me preguntaban sobre mi religión y mi cultura, y me gusta contar mi historia.
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—Las pirámides de Egipto son como el Maradona de Argentina, ¿no?
—Sí, tenemos las pirámides y Salah (el futbolista). Son lo más conocido. Cuando entré a la casa, me preguntaban si había ido a las pirámides y les decía que sí, pero que las veía todos los días desde mi casa, pero nunca había ido.
—¿En serio?
—Sí, tenía vista a las pirámides, pero fui una sola vez de chico. Después volví en 2022 de vacaciones y aproveché para ir.
—Cuando volviste de vacaciones a Egipto, ¿te dieron ganas de quedarte allá?
—No, porque acá ya tenía amigos y me había acostumbrado. Además, siento que en Argentina tengo más oportunidades. Egipto tiene 120 millones de habitantes y hay mucha competencia en todo.
—Antes de venir a Argentina, ¿habías pensado en irte a vivir a otro país?
—No, nunca. Mi hermano sí había pensado en estudiar afuera, pero yo no. Si me lo hubiera planteado, hubiese sido en Estados Unidos porque al menos allá hablan inglés.
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La carrera que a Saif le gustaría seguir
—Y cuando terminaste el secundario en Argentina, ¿qué decidiste?
—Me quedé. Mi papá todavía tenía un año más en el país, y mi hermano ya había empezado la universidad. No sabía qué estudiar, pero quería ser piloto. Después pensé en odontología porque mi hermano estudia eso y me contó que tiene mucha práctica.
—Pasaste de querer ser piloto a odontólogo.
—Sí. Y ahora no sé qué hacer (risas). Sucede que para ser piloto hay que tener dinero porque es una carrera muy costosa.
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—¿Por qué decidiste entrar al reality show?
—Gran Hermano no tenía nada que ver con lo que estudiaba. Entré porque me gusta probar cosas nuevas y quería vivir la experiencia. Sabía que iba a salir y que la gente me iba a reconocer, pero no lo hice por la fama.
—¿Te gustaría seguir en los medios?
—Sí, me gustaría meterme más en el mundo de los medios. Muchos me dicen que podría ser modelo. También me gustaría actuar.
—¿Tus papás te bancarían si quisieras dedicarte a algo más artístico?
—Sí, mis papás me apoyan en lo que haga. Me aconsejan que estudie algo seguro, pero siempre me van a bancar.
—Tu hermano, que vive con vos, ¿qué te dijo cuando le contaste que entrabas a Gran Hermano?
—Se puso contento. Me apoyó desde el principio.
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—¿Cómo fue el momento en que te llamaron para entrar al programa?
—Antes de irme de vacaciones con amigos a Mar del Plata, me llamaron para retomar el proceso de selección. Pasé el viaje pensando qué hacer. Cuando finalmente me confirmaron, no lo podía creer: a los 16 estaba en Egipto y ahora iba a estar en la televisión argentina.
Cuál es el trato que hizo Saif con sus papás
—¿Qué te dijo tu familia que aún está en Egipto qué dijo tras tu salida?
—Todavía no hablé mucho con ellos porque todo pasó muy rápido, pero creo que reaccionaron bien. Me gustó poder mostrar algo de mi cultura y de mi religión en el programa. A veces la gente tiene prejuicios sin conocer.
—¿Te imaginás quedándote a vivir en Argentina o en algún momento te gustaría mudarte?
—Por ahora quiero quedarme en Argentina, pero en un futuro me gustaría viajar y vivir afuera.
—Si en seis meses te sale una oportunidad en Estados Unidos, ¿te irías?
—Sí, si es una buena oportunidad, la aprovecharía. No estoy atado a Argentina.
—¿Y la facultad? ¿Pensás retomar?
—Voy a ver. Tengo trato con mis papás de no dejar de estudiar, pero todavía no sé si odontología o algo más relacionado con el modelaje o la actuación
Fotos: Candela Petech.