Conseguir alguna de las 5.000 disputadas entradas para visitar espacios emblemáticos del metro de Barcelona para celebrar su centenario fue la primera satisfacción que tuvieron los afortunados que se hicieron con una plaza.
El gozo definitivo llega semanas después, en el esperado momento de la visita, como las que se están realizando este fin de semana. Es entonces cuando curiosos y aficionados al sector dan rienda suelta a su pasión ferroviaria desde el mismo momento en el que acceden a la estación fantasma de Gaudí, que ha recibido hoy a los primeros visitantes, o a centros de trabajo que siguen a pleno funcionamiento.
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Es el caso de las cocheras de Santa Eulàlia, en l’Hospitalet de Llobregat, donde se pueden ver las piezas y otras interioridades que hacen funcionar cada día el transporte público. El edificio, construido en 1922, alberga las cocheras más antiguas que Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) tiene en funcionamiento.

Primera jornada de puertas abiertas en la estación ‘fantasma’ de Gaudí
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Tras muchos años siendo el lugar de estacionamiento de los convoyes de la línea 1, ahora juega el papel de taller de mantenimiento y reparación de convoyes.
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Otros espacios abiertos este fin de semana a los que consiguieron plaza son la casi centenaria subestación eléctrica de Mercat Nou y el moderno centro de control del metro en la Sagrera. A la salida, todos los visitantes –de edades y perfiles muy diversos– piden una cosa: que TMB organice más jornadas de puertas abiertas como éstas.