En los años 90, la Universidad de Buenos Aires ofrecía un seminario distinto. Lo dictaba la académica Nora Mazziotti y su propuesta era analizar la sociedad de aquellos años a través del prisma que ofrecían las telenovelas masivas. ¿Qué mostraban de la Argentina de finales del menemismo aquellos romances y sus tropiezos?

Las clases eran reveladoras. Mazziotti conocía acabadamente su tema. Graduada en Letras, se había especializado en temas de teatro, historia de los medios, televisión y telenovelas.
Su conocimiento tomó además la forma de textos académicos y ensayos: Antología de comedias y sainetes argentinos; Poder, deseo y marginación. Aproximaciones a la obra de Griselda Gambaro; “Soy como de la familia”. Conversaciones de Nora Mazziotti con Alberto Migré; Telenovela, industria y prácticas sociales y otros.
Con el tiempo, se fue animando ella misma a la ficción: escribió cuatro novelas a las que se suma ahora Las demás cuñadas (Paradiso), una historia de mujeres, de intrigas, de amores realizados y otros frustrados que recorre desde mediados del siglo pasado hasta el presente revelando lo mucho (y lo insuficiente) que el universo femenino se transformó.
Homenaje a los géneros populares
La historia funciona además como homenaje a aquellos géneros populares que la propia autora estudió. La protagonista confiesa desde el inicio esta sospecha: ella cree que su marido, el menor de una familia de cinco hermanas y un hermano, no es hijo de sus suegros. Padres añosos y demasiadas jóvenes en edad de gestar un niño en casa. ¿Será incluso el hijo de alguna amante de su suegro? La duda está sembrada.
Mazziotti sabe cómo articular la vida cotidiana (e íntima) de un puñado de personajes femeninos muy de su tiempo. La chica emigrada que termina recluyéndose en la cocina, la joven moderna de vida «alocada», la enamorada platónicamente, la enferma de tuberculosis… Todas ellas tienen algo que aportar a la intriga familiar. Y al retrato de un tiempo.

Con todo, la novela es al mismo tiempo un espejo de las muchas maneras de ser mujer, de algunos primeros gestos de rebeldía ante las convenciones de género y la opresión, y un homenaje a los lazos que desde siempre también hemos sabido tejer entre nosotras. Todo con el perfume de un género que no se retira, aunque ahora lo protagonicen famosos en sus vidas «reales».
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