Una vez, cuando ella se despertó, empezó a sentirse mal. Enseguida, se vio al espejo y quedó aterrada: algo no andaba bien en su cuerpo, tenía precisamente la cara diferente. Todo apuntaba a que el inconveniente en cuestión se había originado el día anterior.
Una mujer sufrió un problema de salud luego de haber pasado 90 minutos en el mar y bajo el Sol para surfear, de acuerdo con sus palabras. La historia, narrada por la propia protagonista, despertó el interés de millones de usuarios.
La autora del relato se llama Paige Cudini y es una joven de 25 años que vive en Estados Unidos, según una reciente entrevista del portal de noticias de la revista Newsweek. Este año, la ciudadana de EE.UU. vivió una pesadilla mientras se encontraba de vacaciones.
A principios de julio, Paige viajó a la ciudad de San Diego (California) con la intención de disfrutar de unos días allí y a la vez festejar su cumpleaños. El 6 de julio, ella fue a una playa de la zona y tuvo una clase de surf.
El día de playa y mar que lo cambió todo
Antes de practicar el deporte acuático, la estadounidense se preservó del Sol aplicándose «varias veces» protector solar factor 30 en su rostro y cuero cabelludo: estas eran las únicas partes de su cuerpo expuestas directamente a los rayos de sol, de acuerdo con su explicación.

En total, la joven permaneció una hora y media en el mar. «Estuve 90 minutos», dijo al respecto a través de un posteo en su cuenta de TikTok, en donde decidió contar su anécdota.
Cómo empezó su pesadilla
Tiempo después de que terminara la clase de surf, Paige comenzó a manifestar una leve sensación de quemazón en su cara, aunque lo consideró normal. A raíz de esta situación, se puso un poco de aloe vera con el objetivo de mitigar el enrojecimiento.
«No era nada fuera de lo común para mí. A la hora de cenar, noté que mi rostro se encontraba un poco rojo, pero parecía una quemadura por el Sol, así que no le presté demasiada atención«, declaró a Newsweek.
Sin embargo, a pesar de la tranquilidad inicial, el panorama empeoró con el correr de las horas. Cuando ella se acostó en la cama, trató de dormirse rápido, pero surgió un contratiempo: tenía frío, tiritaba y no lograba entrar en calor. Al final, luego de un rato, consiguió conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, la joven se despertó con una ingrata novedad: sentía mucho dolor en su cara y apenas podía abrir los ojos. Ante esta circunstancia, corrió hacia el baño para verse al espejo. Pronto, entró en shock.

«Me miré en el espejo y me di cuenta de que mi cara se hallaba completamente hinchada«, recordó Paige en conversación con el mismo medio. Además del intenso dolor y la inflamación, la estadounidense padecía temblores.
Qué diagnóstico recibió la joven
Dadas las circunstancias, tomó la determinación de acudir a un centro médico. El 8 de julio, tras un chequeo con un profesional de la salud, recibió un diagnóstico: ella estaba sufriendo las consecuencias de sun poisoning, que en el español se traduce literalmente como intoxicación solar. Aunque, en este caso, el término apropiado sería quemadura solar grave.
«La intoxicación solar (sun poisoning) un término que se utiliza a menudo para describir una quemadura solar grave. En realidad, no provoca una ‘intoxicación’, sino que causa síntomas más graves que una quemadura solar típica«, informó en un artículo web la Escuela de Medicina de Harvard (Harvard Medical School, HMS), de la Universidad de Harvard.

Por otro lado, esta entidad educativa aclaró que los síntomas de la quemadura solar grave perduran más y son más severos que una quemadura solar común.
«Comienzan con una erupción cutánea roja y pueden progresar a ampollas, dolor intenso, hinchazón y fiebre. Las ampollas indican una quemadura de segundo grado y pueden provocar complicaciones graves, entre ellas: deshidratación por pérdida de líquidos y electrolitos; infección cutánea; dolor de cabeza; náuseas y vómitos; fiebre o escalofríos; y cambios en la piel dañada por el sol que persisten después de la quemadura solar», comunicó HMS.
«Estaba aterrorizada»
A raíz de su cuadro, un médico le recetó a Paige un tratamiento que incluyó la toma de un corticosteroide para, entre otras cosas, reducir la inflamación de su rostro.

La estadounidense apenas podía mantener sus ojos abiertos. A su vez, llegó a padecer escalofríos, náuseas, dolores de cabeza, ampollas, deshidratación e incluso rigidez muscular. «En aquel momento, el dolor era insoportable y me costaba respirar por la nariz debido a la hinchazón«, aseveró.
La joven debió ingerir el medicamento indicado por el médico durante 15 días. «Una vez que la inflamación empezó a bajar un poco, fue cuando me empezaron a salir costras y aparecer la descamación. Cada vez que intentaba ponerme aloe vera o gel para quemaduras, se me desprendía la piel a pedazos; no tenía ni idea de que la piel pudiera hacer eso. La verdad es que estaba aterrorizada. Me costaba muchísimo reconocerme», afirmó.
Afortunadamente, Paige se recuperó del problema de salud. En su cuenta de TikTok, millones de personas se hicieron eco a su relato. También, miles de internautas le escribieron mensajes positivos.

Por su parte, la joven reveló a los usuarios que a partir del incidente con la quemadura tomará más precauciones a la hora de exponerse a los rayos de sol, como por ejemplo el uso constante y recurrente de un protector solar de mayor factor.
«Adopté algunas medidas preventivas nuevas. Por ejemplo, ahora me pongo anteojos de sol y sombrero en todas partes (…) y espero a salir al aire libre hasta que se haya ido el Sol. Todavía me pone bastante nerviosa volver a exponerme al Sol durante periodos prolongados, pero creo que es algo que tendré que ir superando poco a poco», expresó a Newsweek.