¿Te imaginas levantarte todos los mañanas y no acordarte lo que hiciste el día anterior? ¿Serías capaz de vivir sin reconocer a tus familiares o amigos?
Aunque parezca increíble, tras sufrir dos accidentes cuando tenía alrededor de 30 años, una mujer inglesa llamada Michelle Philpots fue diagnosticada con una rara enfermedad que produce dichas anormalidades.
Los detalles de este extraño caso, que, por sus increíbles particularidades, inspiró el guion de una reconocida película.
La «muerte» de la memoria
Michelle llevaba una vida normal en la ciudad de Spalding, ubicada en condado de Lincolnshire, en el sur de Inglaterra.
Tenía un trabajo administrativo y otras tareas que cumplir a diario, a la par que llevaba una relación de noviazgo con Ian Philopts. Sin embargo, con la llegada de los 90, su futuro cambiaría para siempre.

En 1985, mientras andaba en moto (era una de sus pasiones), Michelle sufrió un accidente. Cinco años después, cuando se iniciaba una nueva década, volvió a tener una tragedia, esta vez a bordo de un coche, que fue aún más grave.
En ambos accidentes, la británica sufrió traumatismos en su cráneo y, a partir del segundo, comenzó a perder la memoria a largo plazo, aunque no imaginaba el diagnóstico que le dieron unos años después, cuando tenía alrededor de 30: sufría una enfermedad extraña, llamada amnesia anterógrada, y se había desarrollado a tal punto que no recordaría nunca más su pasado.
Su memoria más allá de unas horas se había muerto. En adelante, tampoco se acordaría lo que había hecho el día anterior, o inclusive lo realizado tan solo unas horas atrás.
A partir de allí, los problemas cotidianos se multiplicaron. La primera gran consecuencia ocurrió cuando la echaron de su trabajo, por haber fotocopiado el mismo documento muchas veces en el día.

Michelle Philpots se quedó congelada en 1994. Aún piensa que el primer ministro de Reino Unido es John Major y no sabe que cayeron las Torres Gemelas. Pero, todavía peor, no recuerda que, desde 1997, Ian ya no es su novio, sino su esposo, y tampoco identifica a algunos familiares o lugares y mucho menos registra las responsabilidades diarias.
La red de apoyo que la ayuda a vivir
Desde que Michelle recibió el diagnóstico de amnesia anterógrada, su pareja Ian debe recordarle que es su cónyuge todas las mañanas. Para hacerlo, le muestra fotos y anotaciones que lo atestiguan. Por su cuenta, ella solo se acuerda de la etapa en la que eran novios, anterior a 1994.
Cuando recibe visitas de sus parientes, estos tienen que hacer lo mismo. Michelle está acostumbrada y hasta se lo toma con humor, al aceptar chistes al respecto. Si le cuentan anécdotas en las que fue protagonista, se ríe, aunque le es imposible recordarlas.
“Cada día es como si fuera el primero. Puedo retener información durante unas horas, pero desaparece mientras duermo”, suele contar en entrevistas.
Por supuesto, tampoco se acuerda de las tareas que debe realizar, como asistir a actividades o a los turnos médicos, y por eso su casa está llena de papeles escritos y su celular repleto de alarmas, que funcionan como recordatorios. Su marido, asimismo, juega un papel central, ayudándola a diario para que recuerde las cosas.
Además, la comunidad de la ciudad donde vive —Spalding—, también aprendió a auxiliarla. Los comerciantes del barrio la saludan cada día como si fuera el primero y los amigos de Ian saben las formas de cuidarla.
Por si todo lo anterior fuera poco, Michelle tiene una pulsera médica con datos de contacto, que le sirve para los casos de emergencia en los que no puede recurrir a su esposo o a sus conocidos.
La británica confiesa que a veces se siente agobiada por la cantidad de avisos y alertas que recibe. No obstante, reconoce que es la única forma de llevar adelante su vida. Los sentimientos prolongados y los rencores no son parte de ella: les es imposible tenerlos.
«Pierdo la capacidad de enojarme o disfrutar del progreso. Todo debe comenzar de nuevo una y otra vez“, dijo Michelle en una ocasión.
Sin embargo, sí recuerda momentos de su infancia y de los primeros años anteriores a los accidentes. Así que su memoria esta ocupada con las canciones, los lugares y las personas conocidas en aquellos tiempos.
Una historia de película
En febrero de 2004 se estrenó la película «50 First Dates», que podría traducirse al español como «Como si fuera la primera vez».

El film narra la historia de una mujer que sufre una especie de amnesia anterógrada. Según han dicho los propios productores, la historia de Michelle Philopts fue una de las que inspiró el guion.
La trama se basa en que un veterinario marino llamado Henry Roth, interpretado por Adam Sandler, conoce a Lucy Whitmore, una profesora de arte, que encarna Drew Barrymore.
Ambos entablan relación, pero pronto se descubre que Lucy tiene la enfermedad del olvido, causada como consecuencia de un accidente sufrido un año antes, por lo que no puede recordar nada que haya pasado entre el día de la tragedia y el presente.
Por tanto, cada mañana al despertar, Lucy pierde todos sus recuerdos del día anterior, y cree que cada es 13 de octubre del 2002, el cumpleaños de su padre y la fecha en la que tuvo el accidente.
Con el objetivo de que no sepa lo que le pasó, su hermano, Doug (Sean Astin), y su papá, Marlin (Blake Clark), actúan como si todos los días fueran esa fecha.

A causa de la situación especial de Lucy, Henry se esfuerza en conseguir nuevas maneras de llamar su atención a diario, a pesar de que Marlin y Doug le advierten que no se aproveche de la situación.
Finalmente, gracias a su insistencia, Henry logra que los familiares de Lucy le permitan estar con ella, ya que esta se ponía contenta cada vez que lo veía. Al día siguiente, el veterinario aparece en la casa de Lucy con un video que explica el accidente y todo lo que ha pasado desde entonces.