Un hombre de Estados Unidos perdió un objeto de valor sentimental en un río y un mes después lo recuperó gracias a una buceadora. La historia se conoció a través de los medios locales y cautivó a los usuarios en las redes.
Todo comenzó el 2 de agosto, cuando un joven estadounidense conocido como AJ fue a Willow Beach, un popular parador del río Colorado, en Arizona. Él estaba acompañado de su esposa, Steffanie.
Aquel día, según información difundida por la emisora de televisión KVVU-TV, AJ se zambulló al río. En ese momento, el joven perdió su anillo de casamiento: se le salió de la mano y desapareció en las profundidades del agua.
«Luego de tirarme al agua, me subí a una pequeña roca y fue entonces cuando me di cuenta de que se me había caído el anillo en el río. Enseguida pensé: ‘Oh, no‘», declaró el estadounidense al mismo medio.
Unas horas más tarde, el matrimonio regresó a su casa con tristeza: faltaba el objeto de valor sentimental que representaba su unión marital.

Tiempo después, a Steffanie se le ocurrió pedir ayuda en un grupo de Facebook de buceadores locales. Tanto ella como su marido pensaban que tal vez alguien podía darles una mano para recuperar el anillo.
«Hice un posteo allí sin esperar ni desear nada, solamente con la intención de ver qué pasaba», aseguró la mujer.
Un mensaje esperanzador
Pronto, llegó una respuesta a esa publicación de Facebook: un grupo de buceadores se comprometió a efectuar una búsqueda. Este equipo de expertos conoce Willow Beach y además suele hacer un trabajo de limpieza del fondo del río en ese sector para colaborar con el medioambiente.

«Al matrimonio le dije que existía un 1 % de posibilidades de que halláramos el anillo«, dijo el buzo Ken Wige, quien forma parte del equipo de expertos.
Para sorpresa de todos, AJ terminó recuperando su anillo de casamiento. Y todo gracias a las acciones de Beate Fischer, una buceadora del grupo.
Cómo se produjo el hallazgo
El 13 de septiembre, durante la mañana, el matrimonio acompañó al equipo de buzos a Willow Beach. Una vez que llegaron al lugar, AJ señaló la zona del río donde había estado zambulléndose.
En cuestión de minutos, Beate logró lo que parecía imposible: localizó el anillo. «Se sumergió a las 9:06 y a las 9:08 salió con el anillo en la mano. Con mi esposo no lo podíamos creer», expresó Steffanie.
Por otro lado, Ken se refirió al hallazgo de su colega: «¡Cómo lo encontró! Increíble. Un milagro. Una en un millón«.

El matrimonio se mostró agradecido con Beate y el resto del grupo de buceadores.
«Estaba en shock. Pensé que era imposible. Me quedé sin palabras. No paré de decir gracias», afirmó el joven, quien ahora tiene el anillo en su poder.
Por su parte, Beate dio a entender que tuvo mucha suerte a la hora de buscar el objeto.

«Con mi grupo estuvimos en el lugar y momento indicados. Mi intención fue hacer una buena acción para ayudar a otra persona. No fue la gran cosa», reflexionó la buceadora en conversación con el noticiero televisivo de EE.UU. Inside Edition.