“Las razones de su corazón también son muy grandes”, dice el filósofo Jaume Casals, discípulo del filósofo, traductor y teólogo Pere Lluís Font (Pujals, Pallars Sobirà, 1934) en el acto de entrega del 57.º Premi d’Honor de les Lletres Catalanes en el Palau de la Música, este lunes. Las palabras grandilocuentes deben quedar muy bien cuando creemos que filosofamos, o incluso para alabar el patrimonio de un filósofo, pero la profundidad no está reñida ni con el sentido común ni con el del humor. Antes, Casals traza la imagen de su “profesor y amigo” como una cruz, “pero no la del suplicio”: “un profesor excepcional” y un “escritor ajustado, afilado”, sin dejar de lado “un afecto y un calor inesperados” y un “humor puro, controlado, irónico, con un toque preciso de erudición”.
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