El nuevo embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, presentó este lunes sus cartas credenciales ante el canciller Pablo Quirno en el Palacio San Martín, en un acto que formalizó el inicio de su gestión diplomática. El Gobierno definió la etapa como de “máximo nivel de relacionamiento bilateral”.
Durante la reunión protocolar, el canciller Quirno destacó el “honor” de recibir al representante estadounidense en un momento que describió como de “cooperación renovada”. El gesto fue leído por muchos como una señal de alineamiento político y económico, en un contexto en el que la Casa Rosada apuesta a reforzar la relación con Washington como ancla de legitimidad internacional.
En su audiencia de confirmación, Lamelas adelantó que su prioridad será “profundizar las inversiones estadounidenses en Argentina” y “promover la estabilidad institucional como base para un nuevo ciclo económico”. También subrayó su compromiso con “fortalecer los lazos de cooperación” en áreas estratégicas como energía, seguridad y comercio bilateral.
El discurso oficial celebra la llegada del embajador como una oportunidad para atraer capitales y respaldo político. Sin embargo, la insistencia en presentar cada gesto diplomático con el país del norte como un triunfo estratégico, desnuda la fragilidad de un Gobierno que mide su fortaleza en la cercanía con Washington.





