
Gustavo Petro cuestionó con fuerza la política económica de Donald Trump tras la decisión del gobierno estadounidense de imponer aranceles recíprocos a varios países, incluido Colombia.
El presidente colombiano advirtió que esta estrategia, lejos de fortalecer la economía de Estados Unidos, podría desencadenar una recesión global si no va acompañada de una drástica reducción en la tasa de interés en dólares.
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“Si la tasa de interés es alta, no habría inversión productiva en el mundo ni en EE. UU., y se abriría una ola recesiva”, afirmó Petro, quien ya había calificado los nuevos aranceles como “un gran error” si el objetivo real es aumentar la producción, el empleo y la riqueza en territorio estadounidense.
Petro también destacó que esta coyuntura podría representar una oportunidad para América Latina. Propuso que los países de la región, incluyendo México, se integren para competir juntos en el mercado global, especialmente en segmentos de bajo valor agregado dentro del mercado norteamericano.

“América Latina ve nuevas oportunidades: integrarse entre sí y con México y, de verdad, abrirse integrada al mundo, y ganar mercados norteamericanos de bajo valor agregado”, escribió el presidente en su cuenta de X.
El jefe de Estado rechazó las posturas económicas extremas, tanto del proteccionismo como del librecambismo, asegurando que ambos enfoques son dañinos si se aplican sin criterio. En su lugar, insistió en que las políticas comerciales deben guiarse por su impacto en el empleo.
“El mayor indicador para guiarse son los puestos de trabajo que se generen o que se pierdan, con un nivel determinado de arancel”, puntualizó.
Finalmente, Petro advirtió que sin una reducción en las tasas de interés, la apuesta estadounidense por el proteccionismo podría verse como un intento de “monopolización nacional del comercio”, mientras modelos como el chino, con su enfoque socialista competitivo, seguirán ganando terreno en la economía global.
El mandatario contrastó la postura estadounidense con la política arancelaria de su gobierno, a la que calificó de “inteligente”. Explicó el miércoles 2 de abril que en Colombia se han bajado los aranceles en sectores que generan más empleo y desarrollo industrial avanzado, mientras que se han incrementado en áreas que perjudican la producción estratégica nacional.
“Nuestro objetivo es una industrialización del siglo XXI: descarbonizada, basada en el desarrollo digital y orientada a generar empleo”, sostuvo.
Según informó la ministra de Comercio, Industria y Turismo encargada, Cielo Rusinque, el país no contempla una respuesta retaliatoria, sino que busca analizar los escenarios y aprovechar posibles oportunidades derivadas de esta medida.
De acuerdo con declaraciones de Rusinque, recogidas por medios oficiales, Colombia considera que el impacto de los aranceles, aunque significativo, no es tan severo en comparación con otros países.

Además, destacó que sectores clave como los hidrocarburos quedaron exentos de esta medida, lo que contribuye a un balance más favorable para la nación.
“Casi que estamos teniendo, o de hecho estamos teniendo, el mismo tratamiento de quienes se consideran los más amigos de Estados Unidos como Argentina o El Salvador”, afirmó la funcionaria, subrayando que Colombia ha sido tratada de manera similar a los principales aliados de Washington.
En contraste con países que han optado por responder con medidas arancelarias propias, Colombia ha decidido no seguir esa vía.
Según explicó Rusinque, la capacidad de retaliación de naciones como Brasil o los miembros de la Unión Europea no es comparable con la de Colombia, lo que hace que una estrategia de confrontación no sea viable para el país.
En su lugar, el gobierno colombiano se enfocará en fortalecer su agenda de diversificación de exportaciones y en explorar nuevos mercados.

“Nosotros estamos tomando la vía del diálogo, estamos valorando de manera sensata, tomándonos el tiempo de analizar los escenarios, de ver las reacciones de los demás países”, señaló la ministra, quien actualmente se encuentra en Washington, D.C., para abordar este tema con representantes estadounidenses.
Esta postura refleja un enfoque prudente frente a la incertidumbre que rodea la duración y el impacto de los aranceles en la economía global.