Estados Unidos venció 2-1 a Paraguay en el Subaru Park de Chester, pero el resultado quedó totalmente relegado y opacado por el escándalo que estalló en el final del encuentro.
Lo que era un amistoso terminó en una verdadera batalla campal entre jugadores de ambos seleccionados, a partir de un violento cruce entre Gustavo Gómez, capitán paraguayo y jugador de Palmeiras, y Alex Freeman, defensor del Orlando City.
Luego, se desató un tumulto generalizado. En medio del descontrol, Freeman terminó con la boca rota y sangre visible, una imagen que se volvió viral en cuestión de minutos.
A pesar de la tensión y del caos, el árbitro no expulsó a nadie y decidió continuar el partido con los 22 jugadores en cancha.





