Paul Charette (Rhode Island, EE.UU., 1966), repasa la transformación que ha vivido el barrio del Poble Nou y el cambio que ha supuesto el impulso del 22@ y el ecosistema digital en la ciudad. “Cuando yo llegué a Barcelona, venías aquí para ir a Zeleste –actual Razzmatazz– y poco más”, recuerda desde las oficinas de Back Market, donde trabaja como vicepresidente de Ingeniería, a apenas unos metros de la histórica sala de conciertos. Eso fue tras el verano de 1992, en pleno fervor post olímpico. “Se notaba mucho movimiento en la ciudad, había energía…”, rememora.
Charette trabajaba en HP, en Boston, cuando en la multinacional buscaban voluntarios para trasladarse a las oficinas que acababan de inaugurar en Sant Cugat del Vallès. “Tenía ganas de una experiencia internacional y me apetecía conocer Europa, así que no me lo pensé”. Cuando fue seleccionado y antes de iniciar su viaje, lo primero que hizo fue comprar un libro sobre Barcelona. En él descubrió el catalán y decidió empezar a aprenderlo.
Paul Charette (EUA), 59 años
Legó a Barcelona en 1992 para trabajar en HP, en una época en la que apenas existían opciones para desarrollarse profesionalmente en el ámbito del software en la ciudad y mucho antes del auge del ecosistema tecnológico del 22@. Casado con una andaluza, tiene un hijo y vive en Gràcia.
Una vez en la ciudad, eligió Gràcia para instalarse. “Entonces había pocos guiris”, señala, así que él destacaba como un vecino algo exótico. La vida de barrio que descubrió le enganchó enseguida. “¡Hasta comprar el pan me parecía toda una experiencia!”.
En el lado negativo, en los primeros 90 apenas existían opciones para desarrollarse profesionalmente en el ámbito del software, en el que él era especialista. Así que en 1999 se mudó a Londres con su pareja, andaluza que conoció en HP.
La capital de Londres era sede de grandes compañías y ofrecía grandes salidas laborales, “pero tiene los problemas de las ciudades muy grandes”. Por eso, en el 2003 decidió volver a Barcelona, donde vive desde entonces.
Entre las cosas que más valora, está la seguridad. “Aquí lo dan por hecho y se quejan de los carteristas, pero ni de lejos existe el nivel de violencia de otras partes del mundo; es un bien a cuidar y preservar”. Como estadounidense, ahora le suelen preguntar por Donald Trump, aunque asegura que lo que más desconcierta a los europeos es la facilidad con la que se puede adquirir un arma en su país.
También destaca el gran salto en el ámbito de la tecnología y del 22@. “Hay talento y el ecosistema adecuado para que vengan grandes empresas”. Él mismo suele ejercer de embajador oficioso de la ciudad para convencer a compañías tecnológicas que instalen sedes y filiales en la ciudad.
Fruto de este desarrollo digital de Barcelona, es la propia trayectoria profesional de Charette. Además de HP, ha trabajado en Telefónica y en startups y scaleups como Skyscanner, Free Now o, ahora, Back Market, marketplace líder en tecnología reacondicionada de origen francés que aterrizó en España en 2016.
“Barcelona y su estilo de vida siguen siendo atractivos; no nos cuesta atraer talento”.