El reclamo de un bono educativo para millones de familias necesitadas tiene lugar en el cuadro de un retroceso económico de vastos sectores de la población, que pone de manifiesto los límites de los trabajadores y sus familias para poder afrontar los múltiples gastos escolares que requiere el inicio del ciclo lectivo.
La movilización contó con la participación de las organizaciones nucleadas en el Frente de Lucha Piquetero, la UTEP y Territorios en Lucha, expresando un fuerte punto de unidad por un reclamo sentido para millones de trabajadores.
En el comunicado público difundido por las organizaciones convocantes estas señalaron que “Más del 60% de la población está por debajo de la línea de pobreza y 18% ¡en la indigencia! Un crimen social que está lejos de haber terminado”, añadiendo que “en este marco el comienzo de las clases, es de una enorme preocupación para las familias con bajos ingresos, y muchos padres/madres están en la disyuntiva de afrontar el gasto de una canasta escolar mínima, que está por encima de los $250.000, cuando no les alcanza para comer…”.
El gobierno viene desenvolviendo un profundo ajuste sobre los trabajadores desocupados y pobres, con la eliminación de las partidas alimentarias y el cierre de cientos de comedores populares en todo el país, a lo que se agrega la difícil situación económica que atraviesan los trabajadores, con ajuste, despidos, caída del poder adquisitivo y una economía recesiva.