Bloomberg Línea — El apoyo a las ideas populistas sigue siendo fuerte en el mundo y es alimentado por la sensación de fractura social, el sentimiento de que los países van en decadencia y de que se necesita un líder fuerte, de acuerdo a una nueva encuesta de Ipsos.
Un 56 % de los consultados en 31 países del mundo consideró que la sociedad está rota en su país y un 57 % considera que su nación está en declive. En consecuencia, un 47% considera que necesita un líder fuerte que “rompa las reglas”, de acuerdo al Ipsos Populism Report.
“Cuando los líderes populistas explotan los miedos y frustraciones de las personas, existe el gran riesgo de que encaucen las acciones sociales y políticas hacia formas autoritarias con apariencia democrática”, dijo a Bloomberg Línea desde Brasil Rogério Baptistini, sociólogo y profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.
“Es decir, la voluntad de la mayoría se expresa vía elecciones, pero desaparecen el pluralismo y el respeto a los derechos humanos fundamentales. Solo queda ‘la verdad’ y se instala la persecución de los disidentes. El nazismo fue eso”, dijo Baptistini.
En Latinoamérica, los países en los que los consultados más afirmaron que se requiere un líder fuerte dispuesto a romper las reglas fueron Brasil (58%) y Perú (57%), que se ubican por encima del promedio global del 47%. Por debajo de este se sitúan Argentina (44%) y Colombia, Chile y México (todos con el 37%).
“La sensación de fractura social está especialmente extendida en las democracias occidentales más antiguas, como el Reino Unido, Estados Unidos y Francia. Pero está lejos de ser un malestar exclusivamente occidental, ya que resuena en la mayoría de los países, incluso en el Sur Global”, señala Ipsos.
Entre los países latinoamericanos, el sentimiento de que la sociedad está rota es más alta en Brasil (69% de los consultados tiene esa opinión), Argentina (63%), Perú (61%), Colombia (60%) y Chile (57%), que se ubican por encima del promedio global del 56%.
De otra parte, el sentimiento en Latinoamérica de que su país está en declive es más alto en Chile (64%), Brasil (62%) y Colombia (57%). Más abajo figuran Perú (56%), Argentina (55%) y México (44%).
Según Ipsos, un aspecto generalizado del enfoque populista de la economía es la contradicción entre los llamados a un mayor gasto y las demandas de una reducción de impuestos.
La encuesta señala que, globalmente, un 57 % rechaza el aumento de impuestos destinado a financiar un mayor gasto público, pero la mayoría apoya un aumento del gasto en todos los servicios públicos.
Fuerzas que alimentan esta sensación de colapso

Precio del dólar en VenezuelaUn vendedor sostiene billetes venezolanos y estadounidenses para una foto en el barrio de Petare de Caracas, Venezuela, el jueves 17 de agosto de 2023.(Bloomberg/Carlos Becerra)
Ipsos identificó en la encuesta que la sensación de colapso viene siendo alimentada por el descontento económico, la brecha entre las élites y el pueblo y la oposición a la inmigración.
De un lado, el descontento económico persiste pese a la baja de la inflación, con muchas personas sintiéndose inseguras financieramente y afectadas por políticas recientes, en particular como las impulsadas en la administración de Donald Trump, según el informe.
“La percepción de un empeoramiento del panorama económico continúa erosionando la confianza pública”, dice el reporte de Ipsos.
Además, hay una fuerte percepción de desconexión entre las élites políticas y económicas y la población general: la mayoría cree que los políticos y expertos no entienden sus vidas.
En la encuesta, un 64% de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación de que “los partidos y políticos tradicionales no se preocupan por personas como yo”.
Atado a lo anterior, el 62% cree que “los expertos en este país no entienden la vida de personas como yo”.
Y el 68% dice que “la principal división en nuestra sociedad es entre los ciudadanos comunes y la élite política y económica”.
A esto se suma un creciente rechazo a la inmigración, vinculada a temores laborales y económicos entre los consultados
Un 44% cree que su país sería más fuerte si se detuviera la inmigración, mientras que solo el 28% está en desacuerdo.
Sumado a esto, el 60% en el mundo está de acuerdo en que “cuando escasean los puestos de trabajo, los empleadores deberían dar prioridad a la contratación de personas de este país frente a los inmigrantes”.
Los analistas de Ipsos reconocen que es difícil determinar cuál de estos factores desempeña el papel más importante en el auge del sentimiento populista.
Dentro de los electorados y los partidos políticos hay diferentes matices de populismo: “Algunos más alineados con la derecha, que culpan a la inmigración de las dificultades económicas, mientras que otros se inclinan hacia la izquierda, culpando a los ricos y poderosos. Pero lo que une a estas variantes es un rechazo común al statu quo y una profunda desconfianza hacia las instituciones tradicionales”.
Los rastros del populismo

Marchas en VenezuelaMarcha de simpatizantes de Nicolás Maduro en el municipio Plaza en el estado Miranda, el 29 de mayo de 2024.
Seguir los rastros del populismo implica navegar por una diversidad de matices y corrientes, aunque el estilo de gobernanza y el temple de estos líderes suele ser un rasgo distintivo.
“Individuos inseguros e intelectualmente incapaces de comprender la complejidad del mundo social buscan alivio en simplificaciones dualistas del tipo ‘nosotros contra ellos’, en autoridades fuertes que les ofrezcan seguridad frente a amenazas que no comprenden, y frente al pensamiento crítico que han aprendido a despreciar”, explica Rogério Baptistini, sociólogo y profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.
Explica que cada uno de estos líderes lo hacen a su manera, explotando las represiones psíquicas de las masas y convierten la palabra ‘libertad’, que levantan como bandera, “en un tipo de servidumbre emocional, mientras conducen a las personas angustiadas al matadero”.
El académico expone que, durante el Siglo XX, el populismo fue un fenómeno latinoamericano y estuvo asociado a líderes personalistas como los exmandatarios Lázaro Cárdenas (México), Getúlio Vargas (Brasil) y Juan Domingo Perón (Argentina), quienes transformaron el sistema político de sus países con espíritu de lucha y enfrentaron grandes resistencias de las élites locales. “En México, Brasil y Argentina, su carácter nacional y popular resonaba”.
Sin embargo, en la actualidad explica que el populismo es una “perversión democrática” que desborda América Latina. Líderes de estilo populista emergen en Europa y Norteamérica, crean movimientos y partidos y se apoyan en discursos de antagonismo contra enemigos reales o imaginarios del pueblo y de la nación, como es típico en estos casos.
“Personajes como el argentino Javier Milei y el estadounidense Donald Trump, por ejemplo, practican abiertamente el guion populista: ofrecen respuestas fáciles a los temores de los ciudadanos, explotando un imaginario de guerra contra un adversario que debe ser vencido mediante acciones rápidas y decididas”, opinó Rogério Baptistini.
“No importa que, para ello, fracturen la sociedad y generen un ambiente de tensión permanente. De esto se alimenta el populismo: de la lucha épica del pueblo bueno contra los malos, los corruptos, los enemigos”, remató el analista de la Universidad Presbiteriana Mackenzie.