Andrea Politti vive un presente cargado de entusiasmo y cambios. Con la posibilidad siempre latente de volver a la conducción televisiva, la actriz apuesta por un nuevo desafío que combina lo profesional y lo personal: su regreso al teatro comercial junto a su hijo, Galo Politti.
Lo hará con Tirria, la comedia negra que se estrenará el 14 de agosto en el Teatro Metropolitan y que también tiene como protagonista a Diego Capusotto en una puesta que promete risas, ironía y momentos de humor ácido.
En diálogo con revista GENTE, la actriz cuenta cómo vive este proceso de ensayos intensos, el orgullo de compartir escenario con su hijo y su mirada sobre el rumbo actual de la televisión.
“Estamos ensayando todos los días desde hace bastante, muy profundamente, con un trabajo muy puntilloso. Me parece que es la única forma de llevar una obra adelante y hacerlo bien”, comienza diciendo con seriedad sobre la obra que se estrenará la próxima semana.

“Tenemos un elenco muy lindo, nos reímos mucho, nos llevamos bien, y todos aportamos. Eso no siempre pasa, porque cuando arrancás a ensayar con gente que no conocías, puede funcionar… o no”, destaca y agrega que cada encuentro con sus compañeros son «muy divertidos».
La obra, según describe, está “inspirada en el cine argentino” y gira en torno a una familia patricia venida a menos, los Sobrado Alvear, que para no revelar su ruina se encierran en los baúles de su casa mientras fingen estar vacacionando en Europa. “Hilario, el personaje de Diego Capusotto, es lo último que les queda. Él se encarga de todo”, resume la actriz.
Sobre su vínculo con el famoso humorista, destaca: “Él es alguien de mi generación. Tenemos muchos códigos similares y vivimos prácticamente lo mismo. Es muy placentero trabajar con él”. La obra, además, tiene un condimento especial: en escena también están sus hijos. Eva Capusotto, hija de Diego, y Galo, el hijo de Andrea. “Es una obra en familia. También está el hijo de Arana. Se siente así en los ensayos, estamos muy conectados”, cuenta emocionada.

Trabajar con Galo no es nuevo para ella: ya habían compartido escenario en Tijeras Salvajes. “Es re lindo trabajar con él. Yo también soy hija de un actor, entonces para mí esto es un estilo de vida. Aparte, él ya es un chico grande”, dice, con una mezcla de ternura y orgullo.
A pocos días del estreno, reflexiona sobre la experiencia teatral en tiempos modernos: “Me parece que es lindo rescatar esto que tiene el teatro, que te obliga a apagar el celular, dejar las pantallitas y embarcarse en una historia. Esa comunión con el público es fundamental”.
Consultada por su presente en televisión, Andrea se sincera sobre su “alejamiento” de la pantalla chica: “La televisión está mutando, está en un periodo de transición. Me han ofrecido cosas, pero no me llegó el proyecto que me dé ganas de decir ‘esto me gustaría hacer’. Hoy la mayoría de la televisión tiene que ver con periodismo, espectáculo, actualidad, y por ahí eso no me divierte tanto”.

De todos modos, no le cierra la puerta a un regreso: “Ganas tengo. A mí me gustó mucho hacer Corte y confección, que fue un reality creativo y divertido. Revalorizaba el oficio de la modista desde otro lugar, no desde un lugar elitista. Siento que cuando ponen algo interesante, el rating aparece. Aunque también creo que hoy habría que pensar en cómo se mide el rating, porque todo cambió con las plataformas y el consumo on demand”.