En medio de la imponente carpa de circo, que horas más tarde estará repleta de los gritos de niños, padres, tíos y abuelos, así como de toda clase de artistas, Bicho Gómez se saca su nariz y su sombrero de payaso y —junto a su hija más chica, Renata, en sus brazos—, dialoga con Revista GENTE.
Su nombre en realidad es Marcos Rafael, pero prácticamente nadie lo llama así. «Ni mi viejo sabe que me llamo Marcos«, dice, entre risas. «Me pusieron así por mi abuelo —Marcos— y un tío —Rafael—. Vengo de una familia tradicional que los nombres se van heredando, así que somos muchos con estos mismos nombres”, sostiene. Y revela luego que su apodo, Bicho, lo tiene también desde que nació: “En el circo se estila mucho el sobrenombre. A mí me tocó Bicho, y lo llevo hasta el día de hoy«.
En estas vacaciones de invierno el Circo XXI —que pertenece a su hermano— presenta el espectáculo Peek, una palabra que en inglés significa «espiar» o «curiosear» y que invita a niños y adultos a conocer el circo como quien abre una puerta mágica y destapa todo lo que pueda haber del otro lado.
«Con tanta tecnología, todo el tiempo ves cosas que no son reales, pero acá en el circo todo pasa en el momento: gente de verdad girando por el aire, acróbatas volando, otros bailando«, explica Bicho. El show combina acrobacia, humor, música y una puesta en escena moderna, que conserva la esencia del circo tradicional pero la combina con otras formas del arte para hacer un show completo para toda la familia.
En ese sentido, Bicho remarca que el público del circo es particular. No es como el de la televisión, aunque en parte se parece al del teatro: «El circo es el único espectáculo donde el chico no elige venir: lo trae el papá. Y cuando el grande se ríe, revive su infancia y le provoca la risa a su hijo o su nieto. Eso es mágico».
—¿Y cómo es ese vínculo con los más chicos en el público?
—Mírá, yo lo primero que pienso es en hacer reír al grande. Si logro eso, el chico se va a reír. A veces vienen chicos que no tienen idea de quién soy, nunca me vieron en la tele, y sin embargo se ríen, se acercan, te abrazan… Eso es hermoso. El público infantil es muy leal: si se aburre, se va. Si se queda, es porque le provocaste algo que posiblemente nunca vio.
La renuncia a la televisión: “No hay lugar para el humor”
Fue a fines de junio que se conoció la salida de Bicho Gómez del programa “Lape Social Club”, el formato conducido por Sergio Lapegüe en América TV que inició en marzo de este año. Su punto de conflicto por el que terminó desvinculándose fue el cambio de rumbo que tomó el programa, dándole —desde su visión— más lugar a lo informativo y policial, no teniendo tanto espacio para lo humorístico.
Al haber sido parte de Mañana Informales —reconocido programa de El Trece conducido por Jorge Guinzburg— la comparación es inevitable: “Intentaron hacer algo como eso, pero no funcionó. La tele hoy va resolviendo sobre la marcha, el minuto a minuto del rating y perdió lo que tenía Jorge: una idea clara. Hoy no hay humor, ni unitarios, ni ficción, ni programas para chicos. Nada. Las plataformas y el teléfono cambiaron todo y la televisión está buscando qué hacer con todo eso”.
Aunque Bicho habla con respeto, no deja de expresar su resignación con el formato. Reconoce que la televisión fue un espacio importante en su carrera, pero asegura que ya no encuentra allí el juego ni la creatividad que lo movilizan.
—Con esto de tener una idea clara, si vos llevaras una idea así a la tele, ¿te imaginás teniendo un programa propio?
—Me encantaría, pero sé que es difícil, es todo caro y los tiempos son muy cortos. Nosotros hablamos de Mañanas Informales, un programa que estuvo 5 años al aire, ¿qué programa está 5 años al aire ahora? Es todo muy efímero.
Al hablar de lo que realmente lo apasiona, no sólo el circo es parte fundamental de su historia, sino que la actuación en general y el desarrollo de un personaje frente a un público de teatro es lo que lo atraviesa y lo define: “A mí me gusta actuar y hacer personajes… El teatro es donde más disfruto. Lo que no tiene la tele es esa risa inmediata, ese asombro instantáneo. Es el lugar donde más soy yo».
Luego de protagonizar Extraña parej”, con Diego Pérez, y hacer tres temporadas seguidas de Tom, Dick y Harry, con Mariano Martínez y Yayo Guridi, Bicho Gómez adelanta que ni bien termine la temporada de invierno con el circo ya tiene en agenda los preparativos para las obras de teatro de los próximos meses, pero que mantiene por ahora el misterio: “Si llego a contar, me matan, pero cuando se enteren se van a caer de culo, va a ser una comedia muy linda y con unos actores maravillosos”.
Fotos: Diego García.
