Entre los efectos más reconocidos de esta infusión se encuentran el alivio de la indigestión, los cólicos y la acumulación de gases; también se utiliza para promover el descanso nocturno.

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Redacción El País
La manzanilla es una de las hierbas medicinales más consumidas en forma de té. Su popularidad se debe tanto a sus propiedades relajantes y digestivas como a su aporte en la hidratación del organismo. Aunque suele considerarse segura, conviene conocer también sus posibles contraindicaciones y limitaciones.
A lo largo del tiempo, diferentes culturas han valorado esta planta como un remedio natural confiable. Su versatilidad la ha convertido en una presencia habitual en los hogares, ya sea para acompañar la alimentación diaria o como apoyo en momentos de malestar.
Entre los efectos más reconocidos de esta infusión se encuentran el alivio de la indigestión, los cólicos y la acumulación de gases. También se utiliza para promover el descanso nocturno, gracias a sus compuestos con acción sedante ligera.
Además, la manzanilla contiene antioxidantes y agentes antiinflamatorios que colaboran en el cuidado general del cuerpo. Su aplicación no se limita al consumo oral: en forma tópica, se ha empleado para calmar irritaciones en piel y ojos. Todo esto explica por qué ocupa un lugar destacado en la medicina tradicional y en el cuidado cotidiano de la salud.
El aporte más claro de la manzanilla sobre los riñones proviene de su capacidad para hidratar. Al favorecer la eliminación de líquidos, contribuye a reducir la retención y la hinchazón en el cuerpo.
Sin embargo, es importante remarcar que la infusión no “desintoxica” el organismo. La depuración natural corresponde a órganos como los riñones y el hígado. Por ello, la manzanilla debe verse como un complemento y no como un sustituto de estos procesos. En personas con enfermedades renales o bajo tratamiento médico, es recomendable consultar previamente para evitar interacciones indeseadas.
Aunque es segura en la mayoría de los casos, hay situaciones en las que se debe ser cauteloso. Las reacciones alérgicas son uno de los riesgos más frecuentes, especialmente en personas sensibles a plantas de la misma familia, como los girasoles o la ambrosía.
Otro aspecto a considerar es la interacción con medicamentos: puede potenciar el efecto de anticoagulantes o sedantes si se consume de forma habitual sin supervisión médica. También se aconseja precaución en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, así como en pacientes con enfermedades renales graves o trasplantes, donde el consumo de hierbas puede interferir con los tratamientos.

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Formas de preparación y consumo del té de manzanilla
La manera más extendida de disfrutar la manzanilla es a través de una infusión. Para ello, se recomienda hervir agua, añadir flores secas o frescas, tapar durante unos minutos y luego colar antes de beber. Esta preparación sencilla asegura un buen aprovechamiento de sus compuestos activos.
Más allá del té, existen cápsulas, extractos líquidos y productos tópicos con base de manzanilla. Sin embargo, la bebida sigue siendo la opción más segura y estudiada. Incluso en la cocina puede usarse en pequeñas cantidades para dar un toque distintivo a postres o bebidas, aunque su rol principal continúa siendo terapéutico.
En base a información de El Tiempo/GDA
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