El uso del celular se ha integrado de manera casi total a nuestra vida cotidiana, convirtiéndose en una herramienta indispensable tanto para el trabajo como para el ocio. Sin embargo, a pesar de sus múltiples beneficios, el exceso de tiempo frente a la pantalla puede tener efectos perjudiciales sobre nuestra salud, especialmente en áreas tan delicadas como el descanso y el bienestar mental.
La constante exposición a la luz de los dispositivos, el estrés de estar siempre conectados y las alteraciones de nuestros hábitos pueden generar consecuencias que no siempre son inmediatas pero sí notorias a largo plazo.
Uno de los problemas más frecuentes relacionados con el uso del celular es su impacto en el sueño. Las notificaciones constantes, la luz azul que emiten las pantallas y la tendencia a usar el dispositivo antes de dormir afectan negativamente la calidad del descanso. El cerebro se mantiene en un estado de alerta, lo que dificulta el proceso de relajación necesario para un sueño reparador. Con el tiempo, esta alteración en los ciclos de sueño puede derivar en fatiga crónica, ansiedad e incluso en trastornos del estado de ánimo.
Y es que, al pensar en los efectos del celular sobre nuestra salud, hay una pregunta crucial que surge: ¿cuál es el error de usar el celular como despertador y sus efectos en tu salud? Este hábito, aparentemente inofensivo, podría ser una de las principales causas de alteraciones en el sueño, comprometiendo aún más nuestra salud en general.
El error de usar el celular como despertador y sus efectos en tu salud

El uso del celular como despertador se ha vuelto un hábito común, pero pocos consideran las consecuencias que puede tener en la calidad del sueño y la salud mental.
Según el sitio Cuidate Plus, dejar el teléfono móvil sobre la mesa de luz durante la noche no es inofensivo, ya que puede generar interferencias en el descanso y alterar el ritmo natural del sueño.
Aunque parece una opción práctica y funcional, el problema radica en que la mayoría de las personas no toma las precauciones necesarias para evitar sus efectos negativos.
Uno de los principales factores que afectan el sueño es la exposición a la luz azul de las pantallas. Esta luz altera el ritmo circadiano al inhibir la producción de melatonina, la hormona responsable de inducir el sueño.

Como resultado, el inicio del descanso se retrasa, se incrementa la alerta nocturna y disminuye la sensación de descanso al despertar. Además, el uso del celular antes de dormir puede fomentar el síndrome de retraso de fase, una condición en la que las personas se acuestan cada vez más tarde, generando un déficit de sueño crónico.
La alteración del sueño afecta la salud
Estudios han demostrado que esta alteración del ciclo del sueño puede afectar el rendimiento cognitivo, la memoria y el estado de ánimo, aumentando el riesgo de trastornos como la ansiedad y la depresión.

Otra práctica común es la de posponer la alarma varias veces antes de levantarse. Aunque puede parecer una estrategia para extender el descanso, los expertos advierten que interrumpir repetidamente el sueño no permite alcanzar una fase de descanso reparador, lo que genera fatiga y reduce el rendimiento diurno.
Además, el sonido constante de la alarma puede provocar un aumento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, haciendo que el despertar sea más abrupto y generando una sensación de agotamiento matutino.
Para evitar estos problemas, se recomienda utilizar un despertador convencional y dejar el celular fuera del dormitorio o, al menos, activar el «modo descanso» para minimizar interrupciones nocturnas.

Muchos investigadores advierten, también, sobre la posibilidad de que el exceso de los rayos de la telefonía celular cause cáncer en los usuarios.
Teoría abonada por el hecho de que cada día los smartphone agregan servicios y utilidades notables, que nos acompañan desde el despertador de su alarma digital, hasta los últimos momentos de vigilia en la almohada con las escenas de una imperdible serie en 4 K.
Estudios sobre los efectos de la luz azul de los celulares
El sitio de BBC Mundo publica un extenso artículo sobre las amenazas a la salud de la telefonía celular 24 x 24 horas en nuestra vida. Y señala la información de una fuente de gran crédito.

«En las últimas décadas se ha llevado a cabo un gran número de estudios para analizar si las ondas de radiofrecuencia (RF) ponen en riesgo nuestra salud», le dice a BBC Mundo Emilie van Deventer, directora del Programa de Radiación del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si bien la mayoría de los estudios no son concluyentes sobre la posibilidad de que el celular nos pueda ocasionar cáncer, los estudios se siguen haciendo. Incluso la directora de la OMS confirma que la Organización Mundial de la Salud sigue investigando en este momento la conexión entre cáncer y telefonía celular.

Si bien hay falta de evidencia, también es cierto que hay «riesgos potenciales a largo plazo» especialmente relacionados con tumores en la cabeza y en el cuello, cuenta la especialista al sitio BBC Mundo.
Pero también hay estudios que vinculan el uso del celular con el cáncer de piel y el cáncer testicular. Para analizarlo, los investigadores utilizan dos tipos de estudios: de laboratorio (con animales) y en personas (comparando tasas de cáncer).

El problema, explica Van Deventer, investigadora de la OMS y autora de unas 50 publicaciones científicas sobre radiaciones no ionizantes es que «muchos tipos de cáncer no son detectables hasta muchos años después de las interacciones que causaron el tumor, y como el uso de los celulares no se popularizó hasta los 90, los estudios epidemiológicos sólo pueden evaluar aquellos cánceres que se hicieron evidentes en períodos de tiempo más cortos».
En conclusión, y hablando de los excesos del celular que se mete (metemos) en nuestras sábanas, es aconsejable establecer una rutina de sueño saludable, evitando el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse y creando un ambiente propicio para el descanso, con una iluminación tenue y una temperatura adecuada en la habitación.

Y un buen despertador a pila o incluso a cuerda, para que nos despierte a tiempo para recontinuar la vida productora.
Pequeños cambios en los hábitos nocturnos pueden marcar una gran diferencia en la calidad del sueño y el bienestar general.