El Gobierno nacional busca mantener el estatus sanitario de la región mientras espera respuestas de la Unión Europea y Chile sobre posibles impactos comerciales.
El Gobierno nacional decidió prorrogar por 60 días la resolución del Senasa que suspendió el ingreso de carne con hueso a la Patagonia, proveniente de zonas del país donde se vacuna contra la fiebre aftosa. La extensión de la medida responde a la necesidad de esperar las respuestas de países como Chile y miembros de la Unión Europea, a quienes se les consultó si la flexibilización del estatus sanitario podría generar conflictos regulatorios o comerciales.
La suspensión original se dictó mediante la Resolución 186/2025, publicada tras las críticas que generó la Resolución 180/2025, que autorizaba el ingreso de carne con y sin hueso desde zonas con vacunación. La prórroga, confirmada por fuentes cercanas a la Secretaría de Agricultura, se extenderá hasta mediados de agosto.
El secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, explicó que las consultas internacionales fueron impulsadas a pedido de productores patagónicos. Una de las preocupaciones está relacionada con la exportación de carne ovina patagónica, ya que un cambio en el estatus sanitario podría limitar el acceso a mercados exigentes.
En el caso del tránsito de hacienda desde Tierra del Fuego a Santa Cruz, que requiere atravesar territorio chileno, se habría recibido una respuesta favorable del país vecino. Sin embargo, desde Europa aún no hubo confirmaciones oficiales.
La decisión se da en un contexto de fuerte rechazo por parte de las cámaras frigoríficas y asociaciones rurales del sur, que alertaron sobre posibles retrocesos sanitarios, pérdida de mercados y daños irreversibles para las economías regionales. En un comunicado conjunto, señalaron que la resolución original “pone en riesgo los mercados internacionales ganados gracias al estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación”.
El Gobierno había justificado la medida como un intento de bajar los precios de la carne en la Patagonia, donde la escasa oferta de hacienda —de unas 1,2 millones de cabezas— provoca valores muy superiores a los del resto del país. Por ejemplo, en marzo, el kilo de asado costaba más de $20.000 en el Alto Valle, frente a los $8.200 en CABA.
La prohibición de ingreso de carne con hueso a la Patagonia rige desde 2001, cuando un rebrote de fiebre aftosa motivó la implementación de un sistema de regionalización sanitaria para preservar el estatus diferenciado de la región.